Cap. 30

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Taeyong le había llevado el desayuno a la cama. El sándwich que le había hecho lo devoró en pocos minutos, ahora estaba tomando un rico café con leche.

Taeyong se encontraba sentado al lado de Ten en la cama.

Gracias al llanto el flujo nasal había regresado a atormentar al tailandés, pero hasta cierto punto estaba acostumbrado a aquellos síntomas, sin embargo, Taeyong se volvió a preocupar.

Taeyong no podía llevarlo al doctor porque tal vez no se dejaría, además había comenzado a llover, así que sólo pudo insistir en taparlo, por ello Chittaphon se encontraba envuelto por una cobija mientras tomaba su café.

Ten estaba viviendo su mejor vida envuelto en la cobija, era muy, muy cómodo y calentito, podía pasar su vida entera allí.

Taeyong lo miraba con una pequeña sonrisa en el rostro, Ten parecía un osito, además le daba gracia y ternura verlo cerrar sus ojitos cada que tomaba un sorbo de café y cómo algunas veces acompañaba el gesto con una sonrisa.

—Eres muy bonito.— Taeyong habló al aire.

Ten alcanzó a escucharlo, le echó un vistazo rápido y volvió su mirada a su café con el rostro totalmente sonrojado.

Taeyong se percató de la actitud del tailandés y sonrió ampliamente a la vez que daba un pellizco a su mejilla.

—¿Estás mejor?— le preguntó en voz baja.

—mhm— hizo en afirmación —gracias.— contestó en el mismo volumen.

Taeyong se sentía incómodo, no por la compañía, sino porque quería cuidar a Ten tan bien como pudiera, consolarlo y seguir abrazándolo hasta que estuviera cansado, sin embargo no encontraba modo de hacer alguna de las tres cosas.

Después de algunos minutos rompió el silencio —Hazme espacio.— pidió.

Ten, aún perdido en sus pensamientos logró escucharlo. Dejó la taza vacía en la pequeña mesa donde Taeyong le llevó la comida y seguido soltó un extremo de la cobija para que pudiera envolverse junto a él.

Taeyong gateó para poder colocarse al lado de Ten, con movimientos algo torpes logró taparse también. Era una especie de cueva, Ten y Taeyong estaban sentados juntos y la cobija cubría sus espaldas y cabeza, con los extremos cubrían la parte frontal de su cuerpo.

Ten jugaba con sus manos mientras miraba la televisión; Taeyong pasó un brazo sobre sus hombros y lo jaló hacia sí para poder abrazarlo.

Ten no puso resistencia, si ya se sentía bien dentro de las cobijas, ahora era mucho mejor porque Taeyong lo estaba abrazando, así de verdad podía pasar el resto de su vida allí.

Taeyong recargó su cabeza sobre la del tailandés y cerró sus ojos. Ten, por otro lado, agarró la mano derecha de Taeyong y empezó a inspeccionarla.

Sabía que su hyung tenía bonitas manos, pero nunca había tenido la oportunidad de observarlas tan de cerca; su curiosidad había ganado. Con sumo cuidado tocaba las venas que se brincaban, nunca creyó que pudieran marcársele con tanta facilidad, porque incluso se miraban así en parte de su brazo, simplemente lo encontraba sorprendente.

Taeyong no estaba dormido, lo primero que vio al abrir los ojos fue a Chittaphon comparando sus manos, a diferencia de las suyas se veían mucho más suaves y no había venas que brincaran de su piel, además eran más pequeñas. Luego lo vio jugar con sus anillos cambiándolos de un dedo a otro.

—Bonito, ¿qué haces?

Ten brincó sobresaltado y metió el anillo que había sacado de su índice, en el anular. Taeyong sonrió y acarició su pequeña mano.

Después de algunos minutos y muy a su pesar, Ten comenzó a removerse de entre los brazos de Taeyong, quien esta vez sí estaba quedándose dormido.

—Taeyong...— susurró.

—¡Sí! sí, voy, ya voy.—  salieron las palabras atropelladas.

Soltó a Chittaphon y después él también hizo ademán de levantarse.

—Quédate aquí, no te levantes, duérmete, ahora vuelvo.— volvió a susurrar.

Taeyong regresó a su posición inicial después de que Ten con movimientos delicados y suaves palmaditas lo ayudara.

Ten fue a dejar los trastes a la cocina, pasó por su teléfono que se había quedado en la sala y después fue al baño. Finalmente, cuando regresó a la recámara, encontró a Taeyong dormido en una posición en la que definitivamente terminaría adolorido.

Antes de ir con él, cerró lo poco que tenían abiertas las ventanas, porque para entonces la lluvia era demasiado fuerte, dejó las cortinas abiertas ya que estaba nublado y no entraba mucha luz.

En el mayor silencio se aproximó a donde el mayor se encontraba, tuvo que hincarse en la cama para poder alcanzarlo, con mucho cuidado quitó las almohadas que hacían que le fuera imposible acomodarse, después de varios intentos logró bajarlo un poco, así su cuello por fin quedó en una posición adecuada. Taeyong se abrazaba a sí mismo, entonces supuso que tenía frío; se bajó de la cama para arroparlo correctamente, apagó la televisión y volvió a subirse con él.

Antes de que pudiera también acostarse, Taeyong abrió sus ojos con dificultad y se apoyó sobre su brazo, queriendo salir de la cama.

—¿A dónde vas? Duérmete otra vez, duérmete ¿si? No descansaste, necesitas dormir.— dijo en voz baja.

De nueva cuenta lo acostó y en seguida él lo hizo también.

Taeyong estaba envuelto en cobijas, Ten decidió acercarse más para recibir un poco de calor, en el trayecto se interrumpió a sí mismo.

Con mucho, mucho cuidado de no despertar al pelirrojo, llevó su mano izquierda hasta su mejilla, en un toque apenas perceptible acarició cerca de su pómulo. Luego pasó a su nariz, con el índice repetidamente recorrió el puente de su nariz.

Taeyong se acercó más queriendo más de las caricias tan delicadas que le proporcionaba. Ten se congeló en su lugar.

Taeyong abrió poco los ojos para poder observarlo.

—¿Puedes dormirte otra vez?— pidió en un susurro casi imperceptible.

Taeyong sonrió ligeramente y asintió con la cabeza antes de volver a cerrar los ojos.

Ten volvió a acariciarlo. Pocos minutos después, lentamente se acercó a su rostro y juntó sus labios en un corto beso.

Taeyong abrió sus ojos una vez más; observó sus labios rosados y en esta ocasión fue él quien los unió. Finalmente dejó un tierno beso en su frente.




***
Holaa, ¿cómo están? Disculpen las actualizaciones tan tarde, me agarra la inspiración hasta estas horas.

Siéndoles sincera me está costando trabajo escribir esta historia, una vez más, disculpen mi demora.

En realidad no tengo mucho qué decir, sólo quería avisar que voy a estar corrigiendo varios capítulos, entre ello quizás la redacción (no es necesario releer); tampoco creo poder subir otro capítulo antes de agosto.

Supongo que eso es todo, muchas gracias por leer y lindo día, tarde o noche.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2021 ⏰

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Sólo un pretexto|TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora