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Corrió rodeando el parque, con los auriculares puestos y la música a todo ritmo Summer exhalaba con cada movimiento, se levantó dos horas antes para tomarse el tiempo de salir a correr un poco, el día de ayer estuvo muy ocupada con la clases, por la tarde tuvo que quedarse a cargo de las clases del profesor Blair, ya que se había ausentado aludiendo problemas personales, como becaria asistente de la materia no le quedó más remedio que dar las tres clases siguientes del turno de la tarde. Ahora necesitaba correr, su cuerpo se lo estaba pidiendo para liberar esa tensión estresante del día de ayer. 

Mientras corría, frunció el ceño al ver un auto de alta gama estacionado cerca del parque, el hombre negro y alto hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo, como siempre Sander no parece ser la clase de sujeto expresivo, quizás porque es el mítico barquero del inframundo  que no muestra reacción expresiva alguna. Se detuvo y se quitó los auriculares.

-Buenos días señorita Rowein, mi amo la esta esperando- señala con la mano extendida en dirección  a las mesas.

-Buenos días Sander- miró en dirección a las mesas del parque- Gracias.

Adam estaba sentado en una de las mesas del parque, bebiendo café, trae puesto un traje negro de tres piezas, impecable, ocultando su mirada seria bajo los lentes de sol, sintió un nudo en el estomago,  <<Joder, para ser el dios del inframundo, este hombre es el pecado en persona>>. Sacudió su cabeza mentalmente, <<¿Qué me pasa?>>.

-Buenos días Summer.

-Hola, creo que se te esta haciendo costumbre interrumpir mi rutina de ejercicios.

Adam esboza una de esas sonrisas sexys que quitan bragas.

-Un poco de aire nunca viene mal.

-¿No haces ejercicio?- preguntó tomando asiento del otro lado de la mesa.

-Si, tengo una sala de entrenamiento en el piso de abajo- declara bebiendo un sorbo de su café.

<<Wow>>.

-Esta noche es la subasta, ¿irás?.

-Te dije que las invitaciones no serían un problema- sonríe con arrogancia.

-Claro, olvidaba que eres poderoso en el mundo de los negocios.

-¿Eso es una ironía?- levanta una ceja.

-A medias, más bien una suposición- afirma-. Bueno, espero que puedas obtener esa daga, así que suerte esta noche, y no te acuestes tarde, nos vemos- suelta ella poniéndose de pie para volver a correr.

-Detente. . .- soltó con voz relajada y melodiosa.

Su voz la atravesó, lo que hizo que se detenga en seco y se  diera la vuelta, era extraño, casi como si él le hubiera dado una orden, que hiciera que ella obedeciera sin chistar.

-¿Qué fue eso?- su expresión era confusa.

Adam se quitó los lentes y la miró, sus labios se ladearon a un costado en una media sonrisa.

-Irás conmigo esta noche, pasaré por ti a las nueve- se levanta de su asiento y se acerca a ella.

-¿Qué?, ¿Por qué yo?- abrió la boca.

-Porque, odio los eventos y me aburro con facilidad al tener que socializar, por otro lado, te necesito para que consigas la daga mientras me aseguró que la persona que estoy siguiendo no se aparezca con esos soldados.

<<Me quiere a mi para cubrirlo, inesperado>>.

-Un momento, que esta ocurriendo- se acerca-. ¿Hay algo que no me estás contando?.

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora