Narra Chifuyu.
El chico había sido capaz de evitar todos los movimientos de Poindexter con gran agilidad, puedo decir que hasta con algo de elegancia. Era raro, nunca había visto a alguien pelear así, pero cuando dejó a mi capitán contra el muro fue cuando quedé sin aliento; pudo atacar, era el momento, pero aun teniendo a mi compañero a su total disposición no lo hizo, repitió sus palabras, esas palabras que en un inicio pensé que eran por cobardía, que eran dichas por miedo a perder la pelea o quedar mal herido, pero después de ver el combate y la forma de hablarnos, esas definitivamente eran sus convicciones y era un duro oponente.
Cuando se despidió de nosotros con una cálida sonrisa y una voz tan suave que parecía casi angelical, pude ver algo delicado emanando de él, algo casi atractivo. Pude notar que no fui el único que pensó así ya que en la clara piel de mi amigo se hallaba un leve sonrojo, si bien me había sentido levemente tocado por sentirme así ya que era primera vez que podía decir que encontré atractivo a un chico, no lo diría en voz alta y podría molestar a Baji con eso.
— Vaya, no vi cuando te golpeo el rostro, tienes rojos los cachetes, Baji- san. — el pelinegro en un rápido movimiento golpeo mi cabeza donde seguramente dejará un chichón.
— No digas tonterías, Chifuyu. — dijo para empezar a caminar con las manos en sus bolsillos. — solo estoy enojado de no haber peleado con él.
— Vamos, si hubiesen peleado te habría molido a golpes. — dije llegando junto a él. — estoy seguro que no lo viste venir cuando te dejó contra el muro... la verdad yo tampoco lo vi. — dije recordando los movimientos del chico de ojos azules de hace unos segundos.
— Ahora sé porque le dicen "la sombra Kei", no lo ves venir, es muy rápido y esquivó todos mis movimientos. — por la expresión de mi amigo podía ver que algo más había en su mente y no quería decirlo.
— Anda, conozco esa mirada, dime lo que estás pensando. — dije mientras caminábamos a nuestro salón.
— A pesar de que lo ataqué por la espalda y quise enfrentarlo sin razón, dijo que soy buena persona. — dijo este en un susurró mirando sus pies. — ese chico es el tipo de personas que deberían estar en la pandilla.
Las palabras de mi amigo vagaron por mi mente todo el día. Por lo que nos había dicho Kei en la pelea, no tenía el perfil para entrar a una pandilla, pero es verdad que ese tipo de convicción podrían venir bien dentro de la Touman.
Narra Kei
Han pasado unos días desde el suceso con los chicos de la Tokio Gang, fuera de eso en la escuela no ha pasado nada interesante, fuera de esta unas cuantas idas a casa de Camila para sanar unos moretones o cortadas.
Cuando comenzó el tiempo de clases Camila había llegado hace tan solo unas semanas a Tokyo, no conocía a nadie y recién se acostumbraba al cambio de lenguaje y horario. Fue asechada por 3 tipos que ni siquiera pertenecían a una pandilla, eran solo pervertidos que vieron a una extranjera y les pareció divertido molestarla. Ese día recorría una ruta diferente a la habitual, me había quedado sin caramelos y para mi era algo sagrado tener dulces en los bolsillos, de hecho cada moneda que podía juntar era destinada a pagar este pequeño vicio que es el azúcar. Cuando a lo lejos pude notar como estos 3 tipos hacían un semi circulo contra un muro, no tardé mucho en darme cuenta de lo que estaban haciendo; de una patada uno quedó inconsciente, al verme uno de los imbéciles solo corrió lejos sin mirar atrás, pero su amigo se hizo el valiente, por lo que después de que mis nudillos se mojaran con la sangre que escurría de su nariz rota me detuve, Camila me veía asombrada, son pocas las veces en las que alguien te ve de esa forma después de pelear a tal punto con alguien. La chica me abrazó sin siquiera decir nada, intenté apartarla pero nada, era obvio que iba a sentir un par de cosas que no debían estar ahí; si bien intento taparlas con vendas para que no sobresalgan demasiado, el estar en crecimiento no ayuda y la chica notó que mi pecho no era plano.
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Oculta ║ Tokyo Revengers
FanfictionKeitaro Yasuda, es una chica de 14 años que deambula por la calles de Tokyo buscando defender a las chicas de acosadores o pervertidos. Adoptando una constante imagen de chico logra vencer a sus oponentes sin que estos la subestimen por ser mujer, g...