Keitaro Yasuda, es una chica de 14 años que deambula por la calles de Tokyo buscando defender a las chicas de acosadores o pervertidos. Adoptando una constante imagen de chico logra vencer a sus oponentes sin que estos la subestimen por ser mujer, g...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Mitsuya:
Mi vida tiene pocas preocupaciones, diría que puestas en orden no son más de 4.
1. Mantener vestidas y cuidadas a Mana y Luna.
2. Tratar de que su infancia sea divertida.
3. Organizar mi escuadrón de la Toman junto a Hakkai.
4. Dirigir el club de costura con Yasuda.
Puede que alguna se me escape en este momento, pero se podría decir que esas son las preocupaciones más grandes en estos momentos.
Gracias a la pandilla mi vida se ha mantenido unida a constantes aventuras y emociones intensas; cada pelea, cada risa y esfuerzo es parte del trabajo en equipo, aunque te llena de tal forma que termina siendo casi una gratificación personal. Cada día nuevos miembros se unen a la pandilla, haciendo nuestra fuerza superior. Gracias a cada persona que se suma a nuestras líneas nos hace fuertes y capaces de eliminar a la mayoría de la competencia, hasta la fecha en nuestra lista para obtener el control total de Shibuya solo nos queda un nombre por tachar:
"Los tréboles blancos".
Siendo la pandilla con peor reputación de la cuidad — relacionados con muertes, violaciones y en algunas ocasiones drogas — nunca habíamos sido confrontados directamente por ellos, no sé la verdadera razón, pero tenía dos hipótesis:
1. Ante sus ojos no éramos siquiera considerados como una amenaza.
2. Solo estaban buscando el mejor momento para retarnos.
Sin embargo, con la llegada de Kei a la pandilla pude comprobar que definitivamente siempre fue la segunda opción; no nos veían como una amenaza, puesto que poco les importó ir contra un miembro de la pandilla y uno de sus capitanes por simple capricho.
Sé que no soy el único que piensa de esta forma, pero odio que subestimen mis capacidades y eso es exactamente lo que los tréboles blancos habían hecho con nosotros y estaba seguro de que les haremos pagar por ello.
...
El club de costura siempre ha sido el lugar donde puedo unir mi hobbie con el cumplir con mis responsabilidades. Normalmente utilizo el tiempo para arreglar la ropa de mis hermanas, utilizar la tela disponible para hacerles ropa nueva o crear juguetes, ciertamente el dinero no era algo que pudiéramos invertir en juguetes, pues mantener el departamento y la comida eran casi lo que se llevaba todo el ingreso... una vez que asumes y aceptas tu situación buscas otras maneras de seguir adelante, como una vez escuché decir a una chica por los pasillos de la escuela "La necesidad es la madre de todas las ciencias", puedo dar fe de la verdad de estas palabras y hasta el momento estoy orgulloso de como van creciendo mis hermanas siendo unas pequeñas mujeres son carácter. Sin embargo, debo reconocer que también uso este lugar para escapar de mi vida o en algunas ocasiones solo perderme entre las telas y las manualidades, como creo está pasando ahora.
