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Entonces

Mark rozó mi brazo al pasar a mi lado tras el mostrador. No pude evitar sentir la piel erizarse en esa zona, así como una sensación caliente que terminó por consumir todo mi cuerpo en cuestión de segundos. El chico me dio una sonrisa cuando estuvo a mi lado y siguió limpiando el vidrio. Por mi parte solo tragué saliva.

Hice un intento de salir del pequeño espacio para volver al estudio, pero cuando mis talones comenzaron a girarse, su voz me detuvo.

-¿Y tienes mucho tiempo de trabajar aquí?

Terminé por volverme completamente a él y con el mayor de los nervios, asentí.

-Bueno...como mucho unos cinco meses. Pero creo que eso es bastante, ¿no?

Las comisuras de su boca se estiraron hasta formar una sonrisa.

Habían pasado unas cuantas semanas desde que mis jefes oficialmente lo habían contratado. Hacía mi mayor esfuerzo por enseñarle todo, sin tener que quedarme mucho tiempo con él y así evitar conversaciones como esta. Pero Mark tenía algo en su forma de ser, que siempre terminaba saliéndose con la suya.

No tenía la pinta de ser ese tipo de chicos que solo se dedican a romper corazones. Más bien era bastante tímido, pero amigable y creo que eso era lo que le ayudaba a intentar romper el hielo conmigo.

Asintió con la cabeza.

-He notado que te gusta la fotografía-señala el pequeño cuarto con su dedo y por inercia vuelvo la mirada hacia allá-. Soy bastante malo tomando fotos, mis selfies son horribles.

-No creo eso-me muerdo la lengua como castigo por haber abierto la boca tan rápido.

De pronto siento las mejillas calientes y sé que ya es tarde para esconder el rubor que las resalta.

-B-bueno-ni siquiera sé cómo hablar. ¿Por qué no piensas un poco Na Jaemin antes de hablar?-, he visto la que tienes de perfil en tu contacto. Es bonita.

Mark arquea una ceja y me sorprende ver que intenta contener la risa.

Pero al cabo de unos segundos ya no puedo contener la risa y él también lo hace. Y es ahí donde descubro que tiene una risa bastante contagiosa, lo que provoca que yo me ría más hasta que las lágrimas nublan mis ojos y mi estómago me duele.

-No es tan gracioso-digo cuando los dos nos hemos calmado un poco.

Por dentro agradezco que tanto el señor como la señora Choi no están. De seguro me hubieran echado por todo esto.

-Debiste ver tu cara, no tiene precio, Jaemin-sonrío de vuelta y comienzo a levantarme para volver a mi trabajo, pero me toma del brazo y me hace mirarlo-. ¿Qué haces después de aquí? ¿Te gustaría ir a tomar un café?

Me muerdo el labio inferior.

-Y-yo...bueno no sé si lo sabías-miro al suelo porque sus ojos tienen un peso que no puedo soportar. Nunca he sido bueno para hablar y mucho menos salir con alguien-, pero hago ballet y tengo práctica después de aquí. Lo siento.

Este asiente con la cabeza y deja escapar un suspiro. Pienso que se va a rendir, pero Mark vuelve a abrir la boca al instante y son sus siguientes palabras las que me dejan helado.

-¿Te importaría si te acompaño?-se lleva un brazo tras su cabeza y la rasca en un gesto nervioso-. La verdad es que no tengo mucho qué hacer y me gustaría distraerme un rato. Además, es viernes...

Me quedo en silencio solo unos segundos.

Un millón de excusas se vienen a mi mente y al mismo tiempo se agolpan en mi garganta. Pienso la forma que llegué a rechazar invitaciones de amigos, pero lastimosamente no puedo hacerlo esta vez. Así que termino asintiendo con la cabeza.

The Anatomy of Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora