-Enemigos con derechos, si escucharon bien. A Nicholas le gusta ser creativo y se inventó ese estúpido termino... -digo rodando los ojos.
-Te escuché Charlotte. -escucho desde la habitación a Nicholas. Sonrió.
-Ups. Bueno, está es la historia de com...
Muchísimas gracias por TODO el apoyo que le han dado a ECD. MUAK.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca creí que me pasaría algo así en mi primer partido, que suerte la mía.
Que se note el sarcasmo.
Estaba emocionado, era mi primer juego. Habíamos practicado bastante, estábamos jugando muy bien. Íbamos ganando me sentía libre y feliz.
Todo paso tan jodidamente rápido, recuerdo escuchar voces a lo lejos y sentir un terrible dolor en mi brazo.
Desperté desconcertado y sin poder mover mi brazo, me costó varios minutos volver a la realidad.
Sentí que habían pasado años desde el golpe. Nunca había recibido uno tan fuerte como para dejarme medio inconsciente.
Pedí ver a mi hermana y a Charlotte porque sabía que eran las que estaban ahí. En mi inconsciencia escuchaba sus voces y sabía que habían venido conmigo.
Tengo un brazo enyesado, mis padres nisiquiera entraron a mi habitación. Tengo a una chica detrás de mi, pero no es la que quiero.
En algunas horas me darán la salida para poder irme de aquí.
Scarlett fue al departamento para cambiarse y bañarse.
Tocan la puerta, digo que "pase" y veo a una hermosa rubia entrar. Charlotte.
Que lleva unos jeans simples, una camisa de su banda favorita 5 seconds of Summer y unas tenis Jordan. Sonrió al verla.
-Hola. -dice en un suave murmullo, se nota nerviosa.
-Hola, ayer no quise que te fueras así.
-No me sentía bien, no quería estar aquí.
Su sinceridad me golpea, pero se que ella estuvo conmigo desde que me subieron a la ambulancia y no se fue hasta que me pudo ver. Me duele que no quisiera estar aquí pero no puedo juzgarla.
-Tranquila. Gracias por estar conmigo desde un inicio y no dejar a mi hermana sola. —tomo su mano, pero ella se suelta. Frunzo el seño.
-Ajá, no es nada. -juega con la pulsera que siempre lleva en su mano derecha. Lo hace siempre que está nerviosa.
«Lo siento por decirte esto así, tan de la nada, pero no puedo seguir con nuestro trato.
¿Había escuchado bien? Llevamos más de mes y medio en esto, no habíamos tenido ningún problema pero ella quiero terminar con esto.
-¿Por qué? ¿Ha habido algo mal en el sexo que te incomodara o así?
-No, no me incomodaste.
-¿Fue por lo de Diana? Tienes que saber que no he tenido nada con ella y que me aparte pero tú ya te habías ido.
