Hay personas que creen en el destino, están seguras que toda su vida está delimitada por alguna fuerza desconocida, otros creen que tenemos un libre albedrío y que tenemos control total de nuestras acciones y otros que simplemente creen que todo eso es un montón de basura.
Al menos eso tenía claro nuestro protagonista Oscar un joven paquidermo quien a sus 14 años abandona a su familia adoptiva si es que se le puede llamar así a una pareja que adopta a muchos niños para usarlos de mano de obra donde solo son vistos como objetos donde el maltrato físico y psicológico era el pan de cada día, Oscar solo lo podía comparar como una jauría de perros en donde quien es el más fuerte es quien domina al resto, cuando molió a golpes al que se hacía llamar su padre simplemente decidió que este no era su lugar.
Tomó sus pertenencias y se alejó lo más que pudo, deseaba simplemente dar vuelta esa página de su vida.
Su viaje fue largo y tedioso, de vez en cuando buscaba algún trabajo provisional que le diera algo de dinero para seguir avanzando, pero mientras más viajaba sentía que no era el lugar adecuado así que simplemente tomaba sus cosas y continuaba sin mirar atrás.
A pesar de lo maravillado de cada ciudad, condado, pueblo y granja sentía que no era el lugar para iniciar de nuevo, hasta que cierto día se acabó el camino a recorrer y llegó al mar.
Este era el lugar de alguna manera podía sentirlo, aunque se complicó un poco, sus fondos estaban por acabarse y era complicado encontrar algún trabajo, bueno las cosas podían mejorar algo que a pesar de todo Oscar nunca perdió ese optimismo, incluso recordó que era él quien mantenía a flote el espíritu de todos sus hermanos.
Llegó a lo que era un parque y decidió dormir en una de las bancas, el clima era agradable y además el cielo estaba despejado, quien sabe podría ser una buena señal, hablo demasiado pronto un sujeto que paso corriendo casi tropieza con él afortunadamente Oscar tenía reflejos rápido el sujeto parecía tener prisa y se adentro a un mas en el parque, cuando se percató se dio cuenta que este le había robado su mochila, Oscar reaccionó lo más rápido que pudo a pesar de su agilidad y que duró minutos persiguiendo a este desconocido lo perdió de vista, estaba maldiciendo su mala suerte.
No podía creerlo, parece que este pueblo no desea tenerlo cerca, incluso su cena. decidió seguir caminando un poco resignado, aunque su estómago le recordó que no había comido en un buen rato, bueno no es la primera vez.
El hambre le aconsejo buscar pero hasta los botes de basura del lugar estaban impecables, regreso a su banca y decidió esperar, justo se dio cuenta que una pareja dejó en una banca de enfrente lo que se veía como hot - dogs estaba casi intacto, al parecer la pareja entró en desacuerdo y todo por una ensalada que nunca existió, espero a que estos se perdieran de vista y tuviera la oportunidad de probar alimento.
Al voltear ocurrió lo peor, un mugroso Poodle color café tenía ya en su poder la bolsa y en cuanto lo miró se echó a correr, la única diferencia es que el hambre era una buena motivadora y se forzó a sí mismo a perseguirlo.
— en definitiva esta cuidad me odia — el famoso animal se perdió entre la maleza dejando al pobre Oscar con ganas de maldecir su suerte, pero no sería esta noche, cuánto habrá recorrido desconocía esta parte de la comunidad, se veía algo rústico, pero ya en la mañana lo resolverá, siempre lo hace.
De regreso al parque para buscar un algún lugar cómodo y al menos más privado el cielo comenzó a tronar y una fuerte lluvia asoló el lugar obligando a Oscar al único refugio disponible bajo un puente.
— Parece que he tocado fondo — Su único confort es que al menos permanece seco en la tormenta.
Aun sentado bajo ese amplio puente se preparaba para dormir, bajo la mirada un poco cerrando los ojos un momento los abrió un segundo y ahí estaba parada esa extraña joven era inevitable ignorar ese gorro puntiaguado de color púrpura le parecia gracioso decidió ignorarla.
— Busca a Ramona dile que te envía Erizo ella te puede ayudar —
Oscar estiró el brazo haciendo señas de que se aleje — No busco limosnas, ya largo deja dormir— el levanto la vista y ya no estaba nadie — Rara, la rara del gorro chistoso— se disponía a dormir de nuevo cuando un olor lo distrajo, justo a su lado estaba lo que parecía un baguette con una especie de guiso de carne e incluso una botella de agua, volteo a ambos lados y solo seguía la tormenta, se levantó para avisarle a la joven que había dejado su comida en la silla, era raro ni rastro en el suelo había dejado, como saber qué rumbo había tomado, pero por ahora estaba en un dilema el orgullo era grande, pero el hambre en ese momento era inevitable.
Quedó satisfecho y agradecido con la joven, quien sabe algún día le devuelva el favor, dentro de la bolsa además encontró una tarjeta efectivamente con el nombre de Ramona en letras doradas — como dije no acepto limosnas— Oscar rompió esa tarjeta.
No muy lejos del lugar tenemos al ladrón que buscaba entre las pertenencias de Oscar, decidió tirarlos todo era basura, para su suerte una pareja desprevenida se acercaba hacia él, una presa fácil, preparó su arma y se escondió en una decoración hasta que estuvieran lo suficientemente cerca, a los pocos metros estaba por salir pero por la espalda un par de garras lo tomaron con fuerza una le sujetó la cintura, la otra le tapó la boca, lo presionaron con tal fuerza que las uñas de la desconocida criatura se hundieron con su piel como si fueran de papel, arrastrándolo a la Oscuridad.
Oscar a pesar de creer que está solo está siendo vigilado, hace tiempo esperaban su llegada, en una esfera de cristal 3 personajes lo veían dormir y discutían entre ellos.
Las 3 figuras seguían discutiendo entre ellas que hacer:
— Al fin a llegado—
— Si se ve que es orgulloso—
— pero también noble—
— y muerto de hambre—
— Cuál será su historia—
— pero lo más importante es retenerlo y reclutar—
— y se ve que es necio, el plan a fallo—
— Sera bueno pasar al plan b—
— Si si ya estoy llamando—
— Hola buenas noches, habla el restaurante de Barb qué orden desea tomar— Contestó una voz alegre del otro lado del teléfono.
— Barb soy yo Alice quiero encargarte una orden de enchiladas, Susie quiere una hamburguesa y Betsy si una aburrida ensalada no olvides los cubitos de pan seco, si Barb papas extra, refresco si 2 de a litro y uno pequeño ligth, claro yo te saludo a erizo— colgo el telefono.
— Se supone Barb es el plan B — Grito Susie quien se dio un golpe en la frente.
Susie tomó el teléfono y le explica a Barb que por fin se ha presentado uno especial.
— Susie cuenta conmigo — Reafirmo Barb
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Por esa Sonrisa
Teen FictionTantos futuros unos bueno otros malos y uno que otro horrible este es uno de ellos Un joven Oscar trata de rehacer su vida lejos de todo lo que conocía y odiaba. Después de una larga travesía parece que llego a un lugar que tal vez podría llamar ho...