Parte 4 Vagabundo

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Y entonces todo se va al caño.

Una día después de altercado Oscar acudió a declarar sobre los hechos ocurridos, todo se veía normal, defensa propia e incluso lo felicitaron por su valía, vaya hasta gente desconocida lo saludaba y agradecía por salvar a Barb sin querer se había vuelto una celebridad, hasta la princesa fue a agradecerle aunque fuera de lejos, bueno para Oscar eso ya era un avance.

Unos días después mientras Oscar limpiaba en la cocina, un par de oficiales terminaban su desayuno antes de retirarse le dejaron un sobre a Barb, al parecer a Oscar lo estaban buscando lo habían reportado como desaparecido e incluso daban una recompensa económica muy alta por ayudar a localizarlo, el joven lo escuchó todo y antes que la anciana le diera el sobre Oscar había desaparecido del lugar.

Unas horas después a la salida del pueblo Oscar caminaba por la carretera principal en camino al siguiente pueblo, tuvo suerte y un tráiler le dio un aventón, era un sujeto agradable tenía mucha platica, lamentablemente su tráiler llevaba demasiada carga y creo habría llegado mas lejos si hubiera seguido caminando.

Oscar recordaba en sus primeros años en esa casa abarrotada de niños que uno de sus hermanos se había fugado, este apareció nuevamente a los pocos días, fue castigado lo habían azotado frente a todos y encerrado en ese cuarto Oscuro, luego de una semana no habían vuelto a saber de él.

Después de unas horas ya se notaba el final del día, el trailero debía dejar su carga en una bodegas en una brecha del camino así que se quedó en un parador al borde del camino, fácil estaba a unos kilómetros de distancia del pueblo, no tan lejos como quería pero a una distancia prudente.

La noche lo cobijó nuevamente, la mala suerte o bueno en este caso las prisas no fueron excelentes decisiones literalmente tomó lo que tenía y escapó lo más rápido que pudo y el dinero no había sido una de sus prioridades y su estómago ya se había acostumbrado a tener mínimo sus 3 raciones diarias y no ingirió nada desde la mañana.

Había un pequeño restaurante en el parador era tarde y estaba ya cerrado, tal vez dormir podría ser la mejor opción, pero por ahora debía priorizar, después de revisar la basura buscando algo pasable solo se topó con basura en descomposición, tal vez los mapaches ya le habían ganado los restos decentes.

Ya solo le restaba buscar donde descansar, la entrada del local se veía acogedor además que lo protegerá del sereno de la noche, en poco se percató que fácil 3 autos salieron a toda velocidad a rumbo desconocido, venían de un área de comedor justo al lado, nada costaba revisar los lugares de fiesta siempre dejan bebidas y una que otra botana.

Para su gran sorpresa comida literal intacta, pizza, refrescos. Luego de hartarse se preguntó el por que abandonarían tantas cosas, bueno al menos el no las desperdiciaría, todo iba bien hasta que las luces del área se apagaron, Oscar maldijo su mala fortuna, y el silencio, antes se podía escuchar al menos un búho insectos y ahora todo estaba demasiado quieto empezó a alarmarse sabía que lo estaban observando, algo se movía rápido entre los arbustos, esto empezó a gruñir.

Oscar sabía que esta área podría haber animales salvajes más por la densidad del bosque, por ello siempre descansaba en lugares iluminados pero ahora esto, tomó lo primero que tenía a la mano, debía poder tener algo con que defenderse, pero esto se oía más fuerte de lo normal, sus gruñidos retumbaban y se movía rápido alrededor de Oscar entre los arbustos sin dejarse notar — que se cree ese perro un mugre predador — Pensó Oscar en la ironía que al parecer se volvería en la cena de algo, una cena recién rellena, puede eso fue lo que espantó a los que estaban de fiesta.

Oscar tenía que avanzar quedarse quieto no era una opción, si lograba llegar a los baños podría encerrarse en cuanto escuchó el gruñido nuevamente lanzó un par de botellas de vidrio que había tomado esperando esto espantara al lobo y corrió hacia los baños lo cerró con fuerza la puerta, sujetándola para evitar que el animal entrara.

Por esa SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora