-: CAPÍTULO 34 :-

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Tina aseguró su agarre en el escarbato mientras Newt abría la jaula. Parecía que estaba a punto de darse la vuelta y quitarle el escarbato, pero en cambio se quedó paralizado mirando algo que había dentro de la jaula. Ella siguió su mirada. Parecía estar mirando algo de plata, rodeado de monedas de oro.

Antes de que Tina pudiera ver bien lo que era, la mano de Newt lo sacó rápidamente de la madriguera. Tina metió al escarbato en su jaula y cerró la puerta detrás de él. Luego se volvió hacia Newt, quien estaba mirando lo que fuera que tuviese en las manos.

"¿Qué tienes ahí?", le preguntó.

Newt apretó más el objeto en su mano. "N-n-nada.", balbuceó rápido.

Tina se inclinó hacia adelante para agarrar la muñeca de Newt.

"Vamos, déjame ver", suplicó.

Lentamente, Newt fue aflojando su agarre. Sus dedos se desplegaron uno por uno para revelar una pequeña banda plateada: un anillo. Tina se inclinó hacia delante, lo recogió y lo examinó. Era hermoso. Estaba hecho de dos finas bandas de metal, una de las cuales estaba cubierta por una fila de diamantes más pequeños, y en el medio había un único y precioso diamante.

"¿De quién es?", preguntó, devolviéndoselo.

"Yo no - no es - yo no -"

"No me digas que no lo sabes. Si no supieras de quién es, habrías dejado que los Nifflers lo tuvieran.", exigió. "Dime de quién es. No tengo por qué conocer a la persona."

"Es - no es de nadie.", murmuró Newt.

"¿Qué?"

"Que no le pertenece a nadie."

"¿Qué quieres decir con que no pertenece a nadie? ¿Cómo puede no pertenecer a nadie?"

"Yo - eh - es posible." Newt tartamudeó un poco, pero no pareció dispuesto a dar más explicaciones.

"Está bien, tal vez el escarbato lo robó de una tienda así que en ese caso tendrías razón, pero hay cientos de artículos robados en esa madriguera que no te molestas en sacar. Este anillo tiene que pertenecer a alguien.", insistió Tina.

"Yo - es mío.", admitió finalmente Newt. "Lo compré el otro día cuando compré tu collar." Él miró hacia arriba y señaló la cadena que colgaba alrededor de su cuello.

Tina lo miró con curiosidad. "¿Qué?", tartamudeó. No estaba segura de lo que estaba pasando. Su mente estaba tratando de procesar lo que Newt estaba diciendo. Lo único que se le ocurría era...

No. Eso es imposible. No puede ser.

El corazón de Tina comenzaba a acelerarse y se le hacía más difícil respirar. "¿Por qué comprarías un anillo?", dijo lentamente, tratando de mantener la voz tranquila.

"Yo - no sé - quiero decir, claro que lo sé,", admitió Newt. "Pero lo - lo vi en la tienda y - bueno, inmediatamente me acordé de ti. Tuve que comprarlo, no pude evitarlo. Yo - no sé si te lo iba a dar al final, no sé si hubiera podido dártelo, pero quiero hacerlo."

"Newt, ¿qué estás diciendo?", se las arregló Tina para preguntar.

Newt estaba mirando el anillo que tenía en la palma de la mano. Lo cogió con la mano izquierda y empezó a juguetear con él con nerviosismo.

"Supongo que lo que estoy diciendo es..." Newt se interrumpió y se detuvo, tratando de ordenar sus pensamientos. "Te amo, Tina, y compré este anillo porque esperaba que algún día pudieras considerar el casarte conmigo. Tenía miedo de preguntarte ahora porque pensé que sería demasiado pronto y es posible que no estés lista para ese tipo de compromiso, pero a mí - realmente me gustaría casarme contigo. No quiero perderte nunca de la forma con la que casi te pierdo con Tolliver. Sé que probablemente no estés lista pero -"

Safe in Your ArmsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora