AL DÍA SIGUIENTE
Danielle García
Llego a casa y lo primero que hago es dejar caer la mochila al suelo. Si me quedo en casa lo más probable es que me ponga a comer, mejor salgo a correr.
Me cambio y me recojo el pelo en una coleta. Mientras salgo de casa me pongo los cascos y cierro la puerta con llave.
Comienzo a correr por la acera concentrada en mis pensamientos y esquivando a la gente que viene delante, la mayoría ancianos. Las casas son muy bonitas y coloridas, por no hablar de los jardines, aún siendo pequeños las plantas están muy cuidadas. Tal vez debería empezar a hacer lo mismo con mi jardín, está hecho un asco.
De frente a mí veo a dos chicos exactamente iguales y extremadamente guapos, se les diferencia por el color de pelo, uno es castaño y de ojos verdes y el otro de pelo blanco y ojos azules grisáceos.
Están a varios metros y vienen de frente a mí. Recibo una llamada al móvil, un número desconocido, desenchufo los cascos y contesto la llamada sin dejar de correr.
-Sí? Hola? -no responden, solo se escuchan murmullos de personas. -Hay alguien?
-Sí, em... -uno de los chicos se choca conmigo, mi móvil cae al suelo y yo voy detrás en la misma dirección, osea, la acera.
-Lo siento. -uno de los dos me agarra antes de que caiga y me ayuda a enderezarme. El castaño recoge el móvil del suelo y me lo da.
-Toma, está perfecto. -sonríe mostrando su perfecta dentadura de color blanco nuclear. -Lo sentimos, estábamos despistados.
-No, tranquilos, la culpa es mía por contestar la llamada. -son muy altos.
-Nos vemos.
-Hasta la próxima! -siguen su camino mientras yo me quedo estancada en medio de la calle.
-Bueno, vale... -sigo mis camino, pero esta vez con el móvil en silencio, la próxima vez salgo sin el.
Christian de Angelis
-Lo tienes? -pregunto.
-Creo que esto responderá a tu pregunta. -me enseña la cadena de oro que llevaba la chica.
-Perfecto! -chocamos nuestros puños. Suena mi teléfono, Hermes.
-La tenéis? -pregunta directo.
-Sí, pasamos a la segunda fase del plan?
-Lo haremos en cuanto Baco consiga su dirección. -le escucho suspirar agotado. -Volved a casa y aseguraros de no perder el collar.
-Enseguida hermanito. -cuelgo y miro a Caspian. -Hermes nos espera. -aceleramos el paso para llegar cuanto antes.
Hermes de Angelis
-Por fin llegáis, dad me el collar. -extiendo mi mano hacia los gemelos y Caspian es el que me entrega el collar. Una fina cadena de oro con un colgante en forma de trébol de cuatro hojas muy pequeño. -No tiene mal gusto, ahora solo hay que esperar a... -Baco entra por la puerta con su cara aburrida.
-Por qué tardaste tanto?
-No lo quieras saber. -me da un papel con una dirección.
-Calle 21 número 12.
-La puerta blanca. -añade Baco.
-Se puede saber para qué querías que la siguiera hasta su casa? Solo necesitábamos ese estúpido collar. -se deja caer sobre la silla de mi escritorio.
-Verás, pequeño Baco, ahora entro yo en acción. -sonrío. Miro la hora. -Mañana te quiero en la cafetería a la hora de siempre, ya sabes qué hacer. -indico saliendo de mi despacho. -Y por cierto, que Adrián no se entere... Por cierto, sabéis dónde se ha metido?
-Fue a acompañar a mamá al centro comercial. -responde Christian.
-Perfecto.
Baco de Angelis
Entro en la cafetería, son las doce y cuarenta. La campanilla suena igual que siempre y la luz atraviesa las ventanas iluminando el pequeño lugar.
-Hola... -la voz de Danielle no suena igual que siempre, algo le preocupa.
-Hola Danielle, lo de siempre por favor. -ella asiente sin darse la vuelta, estaba colocando los platos en su sitio. -me siento en el mismo lugar que las últimas semanas.
Me gusta venir a esta hora por que no hay nadie, tan solo somos yo, Danielle e Igor, el dueño del local. Rara vez hay más de tres o cuatro personas aquí.
Enseguida me trae mi café, pero la veo preocupada y buscando algo. -Buscas algo? -pregunto. Ella inconscientemente se lleva la mano al cuello buscando algo.
-Baco, por casualidad no habrás visto un collar por ahí, no? -mientras habla busca entre las sillas y las mesas.
-Cómo es?
-Es una cadena de oro con un colgante en forma de trébol. -me mira preocupada. -Dime que lo has visto, por dios, es muy importante para mí. -se sienta en la silla que hay delante de mí dejando la bandeja en la mesa.
Me siento un poco culpable por hacerle esto, después de todo es para el beneficio de Hermes, los gemelos y yo. El contarle el plan me tienta, pero sé que si lo hago me meteré en un lío.
-Ahora que lo dices, ayer uno de mis hermanos volvió a casa con uno como el que dices. -hacerme el loco es la mejor opción, por no decir que es la única.
-En serio? -sus ojos se iluminan de esperanza.
-Sí, por qué no vienes hoy a mi casa? Así puedes venir a recogerlo. -sugiero, acepta por favor.
-Seguro? No quiero molestar ni nada.
-Tranquila, no molestarás. Tengo una idea mejor, por qué no te quedas a cenar? Hablaré con Hermes, seguro que te deja. -sonrío para convencerla.
-Está bien. -parece dudar. -Toma. -escribe su número en un papel y me lo da. -Avísame con tiempo. -cojo el papel y lo guardo.
-No te preocupes.
Perfecto, ahora solo tengo que esperar a que ella se vaya y venga Hermes a buscarme.
ESTÁS LEYENDO
Adrián de Angelis
Teen FictionTERMINADA La historia de una chica que se muda de país por trabajo alejándose de todo y todos donde conoce al chico de sus sueños. La historia de un chico asquerosamente millonario que conseguirá cualquier cosa para dárselo a ella con tal de conquis...