11. Adriancito

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Danielle García

Debo admitir que con este vestido me siento muy bien. No es algo que yo me pondría pero me gusta y mucho. Un vestido rojo con escote en V y falda larga y suelta con una raja hasta mi muslo. Simple, sexy y elegante. 

Salgo del cuarto de Adrián apareciendo en un pasillo y largo, a mi izquierda hay más puertas y a mi derecha una barandilla que deja ver el salón. Al final de las escaleras está Baco. 

-Buenos días Dani, qué tal has dormido? -pregunta sin apartar su mirada de mí. Agarro la tela el vestido para no pisarlo y caerme escaleras abajo. 

-Bien, aunque me he despertado un poco desorientada. Pero bien. -llevo puestas mis vans, les estoy dando más uso que nunca. 

-Me alegro, tienes hambre? 

-Demasiada. -caminamos hasta el jardín trasero, es exageradamente grande. Hay una piscina, miles de arbustos enormes con formas de cualquier cosa, también hay una casa en uno de los árboles. 

Es todo precioso. 

Cerca de la piscina hay una mesa de madera oscura con un mantel rojo a cuadros, encima bandejas con todo tipo de cosas, frutas, bollos, azúcar y leche. Hay dos asientos libres, uno al lado de Adrián y otro entre Hermes y Christian. 

Adrián levanta la vista del periódico para repasarme de arriba a abajo. Aunque tenga gafas de sol negras sé que me está mirando. -Buenos días chicos. -saludo. 

-Buenos días Danielle. -saluda Hermes bajando su libro. -Pareces intacta, creo que me preocupé por nada cuando los chicos se fueron contigo al parque de atracciones. -le da un sorbo a su taza de café. -me siento al lado de Adrián. -Ellos necesitan supervisión de alguien responsable a todas horas, pero al parecer tienes todas tus extremidades. 

-No crees que exageras un poco hermanito? -pregunta Adrián sin levantar la vista de su periódico. -Te recuerdo que soy el mayor. 

-Y yo te recuerdo a ti que no eres el más responsable de los cinco. 

-Dani, quieres azúcar? -pregunta Baco intentando cortar la tensión del ambiente. 

-Sí, gracias. 

Adrián de Angelis

Sabía que ese vestido que mamá ya no usaba le quedaría genial a mi querida Dani. Está extremadamente increíble. Y esa sensación que tuve al despertar y verla a mi lado completamente dormida ha sido fantástico. 

Sé que eso se volverá a repetir todos los días en cuanto la haga mi esposa, definitivamente la quiero conmigo. 

Desayunamos tranquilamente en el jardín, solo se escuchan lo pájaros y el motor de la piscina. 

La verdad, no me importaría vivir así el resto de mis días. 

Hermes de Angelis

-Iré a buscar una cosa dentro, Baco, puedes acompañarme? -pregunto cerrando el libro. 

-Por qué yo? Estoy comiendo. -se queja, con tan solo arquear una ceja él comprende mi mensaje. -Está bien, ya voy. 

-Gracias, enseguida volvemos. -nos levantamos y caminamos dentro de la casa, una vez estamos fuera de vista en la cocina abro la nevera bajo la atenta mirada de mi hermano. -Y bien? Lo has conseguido? 

Adrián de AngelisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora