2. Latte de vainilla

489 33 1
                                    

Danielle García

La campanilla de la puerta suena, mi primer cliente, qué nervios! Me reviso en la pantalla del móvil para asegurar que mi coleta y el uniforme estén bien, necesito causar buena impresión. 

Salgo de la pequeña cocina con mi mejor sonrisa. -Buenos días señores. -saludo a una pareja de ancianos que acaba de entrar, son muy mayores, la señora agarra a su marido de la mano, él usa un bastón y unas gafas redondas. 

-Buenos días cielo, podríamos sentarnos en aquella mesa de la esquina? -pregunta la anciana. Me muero de ternura! 

-Claro, sigan me por favor. -les ayudo a sentarse. -Saben lo que van a pedir? 

-Yo un café negro. -pide el señor. 

-A mí me gustaría un zumo de naranja. 

-Enseguida. -sonrío apuntando el pedido. Entro detrás de la barra y comienzo a preparar el café y el zumo. Con diecisiete años trabajé de camarera, es como viajar en el tiempo, solo que ahora es más fácil. 

La mañana transcurre tranquila, pero en ningún momento dejó de entrar gente, en cuanto corrió el rumor de que había una chica nueva en el pueblo empezaron a llegar muchas personas, la mayoría personas de avanzada edad. 

El dueño de la cafetería que también es el cocinero, Igor me ha felicitado por mi buen trato a los clientes y la rapidez con la que hago las cosas.

-Nunca había conocido a alguien tan rápido para hacer cafés como tú, Danielle. -sonríe apoyándose en el marco de la puerta. Es muy alto y ancho. 

-En Nueva York todo va muy rápido, por cierto, puedes llamarme Dani. -él sonríe. Ya casi acaba mi turno. 

-Puedes ir recogiendo. -la campanilla de la puerta vuelve a sonar, un último cliente para mí. 

-Yo me encargo. -cojo la libreta de comandas y el bolígrafo para acercarme a la mesa en la que se acaba de sentar el chico. Lleva una gabardina beige, unas gafas de sol negras y una gorra. Es un detective o algo? -Buenas... 

-Un latte de vainilla con leche desnatada. -pide sacándose las gafas y el gorro. Pelo blanco, piel pálida y ojos azul cielo. 

-Enseguida. -camino a la barra y comienzo a preparar el pedido. Pocas veces me han pedido ese tipo de café, normalmente gente adulta de unos cuarenta años, pero él aparenta dieciséis o menos. Cuántos años tendrá? Quién es? Por qué parecía un espía?

Será mejor que me deje de tonterías y acabe cuanto antes. 

-Dani, usa sacarina y ponle canela, le gusta así. -indica Igor desde la ventanilla que conecta la cocina con la cafetería. 

-Vale, gracias. -llevo el café a la mesa con cuidado de no tirarlo, el chico me mira de reojo curioso pero no dice nada. Tiene una revista de moda en las manos y parece estar entretenido con ella. Miro el reloj de la pared, mi turno ha acabado. 

...

-Hasta mañana Igor! -me despido con una sonrisa en la cara. 

-Nos vemos Dani. -cierro la puerta de cristal de la cafetería y comienzo a caminar por la acera mirando mi móvil mientras me pongo los cascos. Apenas pasan dos o tres coches cada cinco minuto. Mi grupo favorito comienza a sonar por los auriculares, tarareo la canción sin apartar la vista de la pantalla. 

De reojo veo un coche negro con las ventanas tintadas, tiene pinta de costar más que mi vida. Sigo caminando sin apartar la mirada de la ventanilla trasera para intentar divisar alguna persona, cosa inútil. El coche se dirige a la cafetería, decido seguir mi camino para contestar los mensajes de Emma y Vega, quieren saber como me fue mi primer día de trabajo. 

Apenas dos minutos después el mismo coche vuelve a pasar más rápido que antes asustándome. -Imbécil... -gruño por lo bajo y sigo caminando, mi casa queda a veinte minutos de aquí. En cuanto pueda me compraré una bicicleta, dudo que con el trabajo consiga dinero suficiente para el coche de mis sueños, que por cierto no sé cuál es y mi nulo conocimiento sobre coches no ayuda para nada. Otra cosa para mi lista de "Deseos a cumplir, por Danielle García", si no empiezo a tachar cosas de la lista se me va a hacer eterna. 

...

Dejo el café en la mesa de noche de la cama y comienzo a buscar en internet coches bonitos y pequeños. La música suena de fondo, muevo la cabeza y hago que canto mientras sigo buscando.

-Dios... Este es perfecto para mí... Espera, precio? -abro los ojos al ver la cifra, tres números antes del punto. -475.000 dólares?! Será mejor que me empiece a olvidar de ese coche, en la vida voy a conseguir algo así... -justo en ese momento suena una parte de la canción que me da la iniciativa necesaria para empezar un plan de ahorros "Tienes que levantarte e intentarlo". -Que no digan que no lo intenté. 

Saco de una caja bajo la cama un bote de cristal bastante grande. Le pego un posit que en el que pone plan de ahorros y lo dejo en sobre la cómoda que hay bajo la ventana de la habitación. 

-Si quiero que esto se haga realidad entonces tendré que sacrificar muchas cosas... Menos tiempo en la bañera, usaré electricidad por la noche, nada de comprarse ropa nueva por un tiempo y... No quería llegar a esto pero no hay más opciones, tendré que buscar más trabajos y reducir la cantidad de comida que compre. -cuanto antes empiece, antes acabo. 

Ahora a dormir, mañana me pondré a buscar más trabajos enseguida. 

Adrián de AngelisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora