3. De Angelis

503 37 7
                                    

Adrián de Angelis

-Maldita sea, por qué nunca está cuando se le necesita? -pregunta Hermes apretando su tabique nasal con fuerza hasta dejarlo rojo. 

-Quieres hacer el favor de relajarte? Ya tiene dieciséis años, tampoco es ara tanto que salga de casa. -le resto importancia al asunto. Estoy sentado en el sofá con los pies sobre la mesa auxiliar del salón, en las manos tengo el móvil, estoy jugando a un vídeo juego que acaba de salir. 

-Veintitrés años y sigues comportándote como un tarado. -suspira quitándome el móvil. 

-Eh! Pues como tu hermano mayor te ordeno que me devuelvas el teléfono. -exijo sin levantarme. 

-Esto no funciona así, Adrián, no somos tus criados. -me tira un cojín a la cara pero lo agarro antes de que choque contra mi perfecta cara.

-Ya lo hemos encontrado. -los gemelos entran al salón. 

-Bien, y a qué esperáis? Hay que ir a por él. 

-Modo padre activado. -murmuro por lo bajo, Hermes me lanza una mirada asesina. -Está bien, si me lo pones así tendré que actuar como hermano mayor. -me levanto del sofá arreglando mi americana para que no se arrugue. -Christian, Caspian, conmigo. 

-Nosotros estamos ocupados.

-Hermes, colega, verdad que me acompañas? -pregunto con una sonrisa.

-Lo siento, hermano mayor, no pienso ir. -el énfasis que hace en la palabra mayor debería asustarme? 

-Pues nada, dónde decíais que estaba? -pregunto mirando a los gemelos. 

 -En la cafetería del pueblo, creo que se llamaba "Blue Frog". -dice Christian. 

-Está bien, volveré con él. 

-Trae pizza! -grita Caspian desde las escaleras. 

-Trae a Baco de una vez. -suspira Hermes sentándose en la butaca para cogiendo un libro de la mesa. 

Pongo los ojos en blanco y cojo las llaves del coche. 

...

Me quito las gafas de sol y miro por la ventanilla del copiloto al interior de la cafetería buscando a mi querido hermano pequeño. Al encontrarle sentado en una de las mesas al lado de la ventana toco el claxon del coche muchas veces para llamar su atención. 

En cuanto él y yo cruzamos miradas activo mi lado serio de hermano mayor, con un movimiento de cabeza le indico que venga ahora mismo al coche a lo que él se niega. Alzo una ceja a modo de aviso para que no juegue conmigo, él suspira y se levanta dejando dinero sobre la mesa. 

Sube al coche cerrando la puerta de golpe, se cruza de brazos y mira por la ventana. Yo doy la vuelta para volver por el mismo camino de antes. -Qué tal? Se me da bien esto de hacer de hermano mayor, verdad? -río, Baco me mira como si estuviera mal de la cabeza. 

-No estás enfadado? -pregunta. 

-Por qué debería estarlo? A no ser que hayas tomado, fabricado o vendido drogas, en ese caso sí que debería estarlo. 

-No... 

-Entonces no hay de qué preocuparse... -me cayo al ver a una chica caminar por la acera. No la he visto antes en el pueblo. -Quién es ella? 

-La nueva camarera de la cafetería. -responde. -Hace el café mejor que la anterior.

-Nombre? 

-No sé. -sin darme cuenta aprieto demás el acelerador pasando a su lado muy rápido lo cual la asusta. 

-Mierda.

-Qué pasa?! -Baco agarra  la guantera del coche para no comérsela por si nos estrellamos.

-Es preciosa. -sonrío. 

-Enhorabuena, eso que sientes se llama amor, ahora ve más despacio por dios!

-Ups... Perdón. -miro por el retrovisor  para intentar verla mejor. -Baco, podrías hacerme un favor? 

-Depende, qué recibo yo? 

-Salir todos los días, invitar a tus amigos a casa, invitar a chicas e ir a desfiles de moda. 

-En serio? -asiento sin quitar la mirada de la carretera. -A ver... Sorprende me. 

DOS SEMANAS DESPUÉS

Danielle García

La campanilla de la puerta vuelve a sonar, sonrío sabiendo quién es. -Buenos días Baco, lo de siempre? -levanto la mirada de los vasos que estaba lavando. Esta vez viene acompañado de un chico con un cierto parecido a él en la cara.

-Buenos días Danielle, para mí sí, para mi hermano un descafeinado. -asiento.

-Podéis sentaros donde queráis, enseguida os lo llevo. -dejo los vasos sobre un tapo para que se sequen y me limpio las manos para empezar la comanda. 

Pongo los cafés en la bandeja, añado dos magdalenas, una palmera pequeña y cuatro trozos del bizcocho que hizo la mujer de Igor esta mañana. 

-Aquí tenéis chicos, un latte de vainilla con leche desnatada y un descafeinado. -dejo todo en la mesa. El hermano de Baco me mira como si analizara cada uno de mis movimientos. 

-Gracias Danielle. 

-De nada, si necesitáis algo más ya sabéis dónde estoy. -vuelvo a mi lugar detrás de la barra para seguir limpiando vasos y cucharas. 

Hermes de Angelis

-Entonces es ella? 

-Sí. -responde Baco sorbiendo su café. -Prueba lo, te va a gustar. 

-Y se puede saber por qué Adrián no se digna a venir y hablarle? -suspiro agotado de sus tonterías de niño inmaduro.

-Ya sabes como es, se piensa que va a caer rendida ante sus pies como todas. 

-Pero si tan siquiera se han visto. 

-En la realidad de Adrián eso no importa... Conociendo a Danielle ella no caerá tan fácil. 

-No me digas que a ti también te interesa. -pruebo el café, me sorprende, está bastante decente. 

-No, es guapa, pero no es mi tipo, además, soy menor, ella tiene veintidós creo. 

-Cómo es que sabes tanto? Déjame adivinar, Adriancito te ha pedido que la investigues para poder conquistarla, verdad? 

-O Adrián es muy predecible o tú muy inteligente. -alza sus cejas para seguir tomando su café mientras pasa las páginas de una revista de moda. 

-Se me acaba de ocurrir algo, por qué no les ayudamos un poco a que se junten? A lo mejor así se le pasa la tontería de niño rico. 

-Está bien, pero cómo lo piensas hacer? 

-Ya lo tengo todo planeado hermanito. -sonrío con malicia. Más me vale que esto funcione.

Adrián de AngelisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora