—¡No sé porque papá quiere venir aquí a los campos Elíseos!¡¿Sabes todo el daño que le hizo a tus padres?!—gritó Ares desde el baño—¡No pienso ponerme esta maldita falda!
—Creí que era parte de tu personalidad—bromeó Macaria.
—Hace 10 siglos tal vez pero ahora soy alguien completamente diferente, soy un padre responsable y un esposo amoroso, las faldas no van conmigo.
Ares salió del baño molesto por la falda que usaba y porque de pronto su padre quería verlo y a Daphne. Más que molesto estaba preocupado por lo que significaba que él estuviera cerca de su pequeña.
—Le pediré a Alcione te preste uno de sus trajes de la academia, si Zeus pregunta diremos que vas llegando de una guerra que estás planeando.
Ares se acercó a Macaria y le dió un beso en la frente.
—No sé que haría sin ti.
—Yo sí sé, tu vida sería horrible, quizá te habrías casado con Artemisa pero para este punto ya se estarían separados.
—¿Podemos saltarnos la parte en la que se demuestran su amor?—les dije Daphne desde la puerta.
Ella era sin duda la hija más bonita de Ares y también la más obstinada, odiaba un poco las demostraciones de afecto pero amaba a su familia.
—¿Dónde está tu hermano?—preguntó Macaria
—Dijo que iría a dejarle unas cosas a Adonis.
—Ire a buscarlo—dijo Macaria abriendo un portal.
Daphne se adelantó y se paró frente al portal.
—Iré yo, ya iba para allá después de todo.
Daphne entró y cayo a la casa de Adonis, él y Alcione estaban recostados un una hamaca besandose.
—Deberias de poner unos escudos aquí—le dijo a Adonis.
—¿Para qué no entren molestas diosas con ojos dormilones?—dijo Adonis.
—Hablo en serio, mamá ya se dirigía aquí y...
—¿Mamà? Pero ella no sabía que estoy aquí y jamás viene de visita a casa de Adonis.
—Perdon preguntó por ti pero no pensé que abriría un portal, así que simplemente le cerré el paso.
—Te debo una Daphne.
—Nada de eso, sigue guardando mi secreto y yo guardaré el tuyo.
—¿Tienes secretos, Daphne?—pregunto Adonis.
—Todos los tenemos ¿no?
—Pero el mío besa riquísimo—dijo Alcione besando a Adonis.
Ares apareció y vio todo, no dijo nada.
—¡Papá!—dijo Daphne.
—Alcione, ¿Podrías prestarme uno de tus uniformes militares?
—eh...
—Solo dime dónde están.
—Sabes iré contigo.
Alcione no sabía qué decirle a Ares, lo había visto besando a un hombre. Fueron hasta la habitación de Alcione y este empezó a buscar los uniformes
—¿Cuánto tiempo llevas saliendo con Adonis?—le preguntó Ares.
—Unos dos años, creo.
—A Perse no le hará gracia esto, ¿Por qué no nos habias dicho?
ESTÁS LEYENDO
Las Crónicas de Ares
RandomSer un Dios no es fácil. Mucho menos ser el mismísimo Dios de la guerra. Claro que su familia suele odiarlo por su evidente falta de escrúpulos y por ser un causante de problemas pero, ¿què Dios no los causa? Su vida ha sido larga, y ha tenido mucho...