Crónica 8(pt. 2): Perfecto, más familia

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—Entonces ¿puedo saber porque no fuiste a ver a tu padre al bar del hotel?—le dijo Afrodita a Eros.

—Madre, con todo respeto, quería que mis padres recordaran viejos tiempos y eso no me incluye a mí—Eros tomo un panecillo—además te lo dije estaba ocupado, cosas del trabajo

Ares se paró de la cama, pensando en el trabajo de su hijo

—¿Sigues con Psique?—le preguntó a su hijo.

—Sí, de vez en vez viene aquí y me acompaña a mi trabajo, se ha vuelto una experta.

—Sabes envidio eso de ti, tienes el paquete completo en una sola persona—dijo Afrodita.

—La clave es encontrar quién te ame, tenga sexo contigo y sea tu amigo incondicional, obviamente debe ser recíproco

—Si tienes dos de tres ya ganaste.

Ares solo escuchaba sin opinar, no sabía mucho del tema.

—No necesariamente madre, quiero decir, tu y Hefesto tienen dos de tres y no funcionaron, Ares y tu tienen dos de tres y tampoco funcionan. Son las tres cosas o nada.

—Tu madre y yo solo tenemos una cosa en común y eso es el sexo—le respondió Ares poniéndose la bota derecha.

—Por favor, tenemos una buena amistad ¿No te parece?

—Madre, le secuestraste a su amada hace un par de siglos, creo que tiene razón solo tienen una cosa en común.

—He cambiado, es más, te lo demostraré, pídeme lo que necesites y te ayudaré.

—Eso nos convertiría en aliados.

—Puedo ser una buena aliada, aquí vienen hombres importantes y muchos darían lo que fuera por mi, incluso información de estado y grado militar.

—¿Me estás ofreciendo información?

—Si eso me vuelve tu amiga, sí.

Ares se lo pensó, ella no era precisamente lo más confiable del mundo pero no tenía otra conexión en el país, al menos no una a la que no le importara ponerse en peligro. Los tres desayunaron como si fueran la familia armoniosa que Ares siempre quiso tener, le recordaba a aquellos desayunos con Hades y Perséfone.

—¿Y bien donde están mis hermanos?—preguntó Eros sorprendiendo a Ares por completo—, Apolo me dijo que tu no quieres revelar su paradero.

—Es preferible no incluir a Fobos y Deimos, por el bien de la humanidad.

—Apuesto a que están en el Tártaro—apunto Afrodita—es el único lugar de dónde no saldrán.

Ares la miró duramente.

—Genial, ¿podemos ir?—preguntó Eros.

—No. Ese lugar no es para alguien como tú, y sinceramente solo Hecate lo encuentra agradable—Ares bebió un poco de jugo—, les pido que no le digan nada de esto a Apolo, ha estado muy interesado en Fobos y Deimos, es capaz de enviar a alguien por ellos.

—Podrías ganar la guerra si los utilizas.

—Sería jugar sucio, además Der Führer ya está suficientemente loco como para incluir a ese par.

Pasaron los días y Afrodita contacto a cientos de militares todos le daban las mismas noticias, y en los periódicos no hablaban nada más que de la invasión a Polonia, Apolo se había unido al ejército Alemán y pronto había subido de rango, Ares le contaba todo a él y este se lo comunicaba al Führer. Ser un doble agente era extenuante. Pasaron los meses, ocasionalmente enviaba mensajes encriptados y en clave tal y como le habían dicho, pero ya le estaban solicitando volver a Alemania. a veces quería que Afrodita apareciera en su puerta y le dijera que la guerra había acabado, además que temia que en cualquier momento apareciera Atenea y lo acusara de jugar sucio. Aunque para su sorpresa la que apareció en su puerta fue Artemisa.

Las Crónicas de AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora