FINAL ALTERNATIVO: LA VIDA QUE TE PROMETÍ

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Hyunho



Hyunjin se sentía como una mala persona y especialmente como un mal padre por sentirse celoso y tenerles envidia a sus propios hijos.

Principalmente porque ellos vivían en la misma casa que Lee, porque ellos se quedaban con todo su amor y porque ellos tenían también su atención, porque podían besarlo y abrazarlo, y él debía medir su distancia ya que de primera no estaban viviendo juntos.

Los niños no debían esforzarse para conseguir el cariño de Minho, mientras que él estaba dando lo mejor de sí y aun así sus esfuerzos no estaban dando frutos.

Si le mandaba el desayuno a Minho a su estudio o a la casa, a este no le gustaba por qué no era de un buen restaurante, si cuando se veían por los niños le daba un abrazo o un beso repentino, el otro se molestaba por qué era muy hostigoso, ni hablar de querer tocarlo de más, por qué Minho enloquecía, incluso si a veces iba casa a hacer los quehaceres, cambiaba al bebé o compraba la despensa, Minho se enfurecía por qué no era como él quería.

Ni hablar de la actitud de Lee, que en los últimos meses había sido bastante delicada, se molesta o estaba serio la mayor parte del tiempo, no hablaba con Hyunjin más que para cosas de los hijos, y no le mostraba afecto alguno. Hyunjin no esperaba que Lee cooperará totalmente a su reconciliación, siendo el hombre dulce que fue antes de la infidelidad, pero tampoco se imaginó una actitud tan indiferente, sin embargo, estaba dispuesto a luchar contra eso, por qué sabía, que muy en el fondo su esposo seguía ahí.

Ambos habían acordado ir a las terapias y que un profesional los evaluará para saber si aún podían recomponer su matrimonio, en caso de que este les diera luz roja, se separarían de forma definitiva, por supuesto, la responsabilidad de que esa relación mejorará decaía en Minho y Hyunjin, y por parte del primero no existía mucha disposición.


―Min, ¿podemos hablar un momento? ―pregunto el pelinegro inconsciente de la molestia que le provocaba ver a Minho dándole besos a Jisung mientras esté comía sentado en sus piernas.


Ese día Hwang había ido a visitar a los niños, más nunca pensó que esa sensación de celos incrementaría al ver la relación tan perfecta que tenían los cuatro, como si él no hiciera falta. El ahora pelinaranja dejo las mejillas de Jisung para mirar al corpulento con seriedad


―Ahora regreso mi amor—aseguro el mayor dándole un último beso a su niño, Hyunjin se levantó para no ver y luego salió al jardín de la nueva casa, se habían mudado, no de ciudad más si de barrio, uno más privado debido a la fama que estaba ganando el vocal.


―¿Qué sucede? ―preguntó el menor que cómo casi siempre que hablaba con su ex-esposo tenía un rostro de disgusto.


―Quisiera invitarte a salir el sábado después de la terapia.


Lee medito está propuesta, a pesar de estar yendo a una terapia de posible "reconciliación" el pelinaranja no lograba sentir nada, ni dolor, tristeza, amor, odio... Sencillamente nada.


El vocal sentía un vacío enorme desde hace dos meses, el amor por Hyunjin se le había ido, de alguna forma este se había ido poco a poco con las ocho citas que habían tenido, ahora solo quedaban pequeños surcos ahogados en su mayoría por un ligero rencor del daño que sufrió.

𝘖𝘤𝘩𝘰 𝘤𝘪𝘵𝘢𝘴 •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗/𝙷𝚢𝚞𝚗𝚑𝚘 °•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora