𝘖𝘤𝘩𝘰 𝘤𝘪𝘵𝘢𝘴 •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗/𝙷𝚢𝚞𝚗𝚑𝚘 °•

08: UN NUEVO AMOR.

La clase de canto había terminado desde hace quince minutos y Minho estaba orgulloso de sus pequeños, ya que estos se mantuvieron haciendo su tarea sin ruido alguno, a pesar de ser juguetones Lee los había educado muy bien para comportarse.

Los nenes y el pelinaranja estaban esperando a cierto caballero que los había invitado a comer, Jisung y Felix se hallaban jugando con la tablet, mientras que Minho cargaba a su bebé y le hacía caras para que esté se riera.

—Podemos irnos—hablo Chris sonriéndole a los niños.

—Bien— Minho se acomodó el porta bebé. —Jisung, Felix quiero presentarles a mi nuevo amigo; Chan —expresó el pelinaranja sonriente al tiempo que el Idol chocaba los puños con los nenes.

—Hola Chan—sonrió Jisung alegre.

—Eres muy fuerte—soltó Felix mirando fijamente los músculos del rubio.

Christopher comenzó a reír atrapado por la inocencia del pequeño.

—Muchas gracias—Bang sonrió—Es un honor para mí conocerlos oficialmente.

Los nenes enseguida se sintieron en confianza con el muchacho, tal vez era su magnetismo, pero algo en su carácter les pareció agradable. Minho se carcajeo por el comentario de su niño.

—¿Por qué tienes tus brazos muy inflados? —interrogó Jisung curioso al ver los bíceps del mayor.

—Es por qué comió mucho y por eso sus brazos están llenos—comento Felix seguro de su respuesta.

Minho y Chan rieron maravillados por las respuestas incrédulas

—¿Qué tal si me acompañan todos a comer? prometo contarles mi secreto—sostuvo el rubio dándole un guiño a Jisung quien sonrió emocionado por la idea.

Minho esbozo nuevamente una sonrisa

—Bien, Sungie, Lixie, las manos—ordenó el pelinaranja sosteniendo las muñecas de los niños.

—¿Quieres que te ayude con algo? —el menor se mostró preocupado por Minho quien estaba sobrecargado, ya que también llevaba la pañalera.

—Muchas gracias, pero no creo que los niños quieran..— el pelinaranja fue interrumpido repentinamente.

—¡Cárgame! —grito Jisung estirando los brazos en dirección a Chris; su padre lo miro molesto por la insolencia de la petición, el pequeño entonces volvió a mirar al mayor. —Por favorrrr—agrego tiernamente, Chris le devolvió la sonrisa dulzona.

—¡Por supuesto!, aunque es mucho mejor en el estacionamiento, no quiero que te golpees con el ascensor—comento el rubio tomando la pequeña mano del nene, Felix también le dio la mano al mayor.