CAPÍTULO 5

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Daniel POV

-No creo que sea sano tomar tanto esas pastillas- hablo mi compañero de equipo.

-Es eso, o no dormir.

-Como quieras- se levantó- Me voy a dormir, descansa.

Después de que Nico saliera de mi habitación, me quite la ropa, tome mi pastilla de dormir y programe mi alarma, mañana tenía que recoger a Volkova a las 9 en el hotel. Desde hace aproximadamente 5 meses tuve que empezar a tomar pastillas para dormir, en las noches la ausencia de Becka era peor, y día a día vivía con el fantasma de la ausencia de ella, y el día de hoy cuando esa chica chocó conmigo, por un momento creí que era Becka, tenían la misma contextura, color de piel, y cabello, solo cambiaba el color de sus ojos, los de Becka eran café y los de Volkova eran verdes, pero en Volkova podía ver a Becka. Muchas personas decían que estaba obsesionado con Becka, otras mencionaban el hecho de que cuando ella se marchó se llevó mi alma con ella; digo, me dejó plantado en el altar, eso es algo que no se supera tan a la ligera y aunque odiara admitirlo los dos puntos tenían la razón.

Al siguiente día desperté con un dolor de cabeza, habitual en las mañanas, me duche y cambie, llegué al hotel a las 8:45, y Volkova a las 9 en punto estaba subiendo a mi auto. Después de estar toda la mañana con Volkova haciendo compras, en la tarde fuimos a su habitación de hotel, mientras esperábamos el almuerzo, internamente comparaba a Volkova con Becka y viceversa, así que en cierto punto me agradaba pasar tiempo con esta extraña de ojos verdes sentía que cuando hablaba con ella, en realidad estaba hablando con Becka.

-Alemania, Múnich exactamente y bisnieta de Hitler.

Levante mi cabeza, no podía creer lo que escuchaba, ¿bisnieta de hitler?, por un momento me detuve a observarla, y por primera vez desde que nos conocimos no la compare con Becka, Volkova era unos centímetros más baja que yo, tenía su cabello suelto, al natural, sin tintura; sus ojos eran otro asunto, eran verdes, pero era un verde que yo nunca había visto antes; eran de un verde que podrías recordar con facilidad por ser tan fascinante, el borde de su pupila estaba delineado por un verde un poco más oscuro, y su pupila era de un verde más claro, su nariz era respingada, pequeñas pecas adornaban sus mejillas y sus labios eran abultados, eran ese tipo de labios que cuando veías te daban ganas de besar por horas, era hermosa, podría asimilarse con una diosa, pero ella no era Becka.

-Vaya...-rasque mi nuca nervioso, ¿Hitler? en cualquier momento está mini führer podría matarme- Hitler, que fuerte...

-No lo creas -solto una carcajada- Obvio no soy bisnieta de Hitler, mi familia materna es mitad judía, sería un caos.

-Por un momento lo creí -en definitiva está chica estaba loca, bromear con eso, la seguridad con la que lo dijo, hizo que me la creyera toda.

-Lo sé -se encogió de hombro restándole importancia al chiste.

Después de unos minutos más de conversación decidí ir a mi hotel a descansar,  baje al lobby, me subí al auto, iba a arrancar cuando me llego un mensaje de Nico.

Nico: ¿Puedes por favor pasar por mí?, salí a dar un paseo y estoy muy cansado para volver caminando.

Manda ubicación Hülkenberg.

Nico: 📍ubicación en tiempo real.

En 10 estoy allá.

Recogí a Nico, y ahora si iba para el hotel, estaba muy pero muy cansado, quería dormir.

- ¿De quién es? - dijo mostrándome la camiseta de Volkova.

-Mía- Nico olfateo la camisa

- ¿Ahora te aplicas perfume de fresas?

BLAME || Daniel Ricciardo (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora