Capítulo 1

1K 85 34
                                    

Apresurados pasos se escuchaban recorrer por toda la casa hasta que finalmente la puerta de una habitación fue abierta bruscamente, ocasionando un sobresalto en el rubio que se encontraba tirado en la cama.

-Pero bueno ¿Qué es esto de andar corriendo como loco y golpeando todo?- Expresó con algo de molestia al ser interrumpido en su soledad.

-Lo encontraron- Sólo esas dos palabras bastaron para que el contrario abriera sus ojos de par en par en sorpresa y se levantara de inmediato para seguirlo.

Sin dejar que pasara ni un minuto, los dos ya se encontraban en el salón de la vivienda donde habían dos personas más, estos voltearon rápidamente al escucharlos llegar tan agitados y uno de ellos se levantó para caminar tranquilamente hacia los dos recién llegados.

-Poni- Saludó Hai con su característico acento. -Supongo que pollo ya te dio la noticia ¿No?-

-¿Dónde está?- Preguntó de forma seca sin devolver el saludo.

-¿Ni siquiera un: Hola bebé?- Intentó bromear pero al terminar la frase sintió las manos del rubio sobre el cuello de su camisa, observó el ceño fruncido y la mirada fría de color cielo en los ojos del italiano.

-Déjate de tonterías chino- Escupió mirándolo fijamente con seriedad. -Dime donde está-

-Primero, relájate un poco...-

-¡Relajarme mis cojones! ¿¡Dónde está mi hermano!?- Demandó con un tono furioso pero que a la vez se podía intuir un poco de desespero por escuchar la respuesta.

-Nuestro contacto en unos minutos nos pasará la ubicación exacta- Habló una cuarta voz que se había mantenido en silencio. -Ahora camarada Toni, por favor suelte al amo Hai-

De forma brusca el italiano acató el pedido del ruso empujando un poco al asiático para ir a sentarse en una de las sillas que rodeaban la gran mesa del comedor, dejó sus codos sobre la mesa, entrelazó sus propias manos y apoyo su frente contra estas soltando un suspiro para calmarse.

Después de tantos meses por fin tenía una noticia de su hermano menor, un indicio que le confirmaba que aún estaba vivo, una pequeña sonrisa se formó en sus labios por la alegría, sus orbes claros brillaban por la emoción que lo invadió. Sintió un pequeño toque en su hombro derecho a lo cual giró su rostro en esa dirección encontrando a Igor que le extendía su teléfono para que observara, en la pantalla contempló una foto que le había llegado al ruso donde su consanguíneo miraba por una ventana sobre una camilla junto a un aparato que parecía medir sus constancias vitales, finas y cristalinas lágrimas comenzaron a surcar en silencio sobre las mejillas del rubio hasta cruzar por la sonrisa torcida que mantenía para intentar no llorar, aunque claramente fue en vano ya que las pequeñas gotas saladas bajaban sin permiso.

-Será mejor que se prepare Toni- Habló despacio el ruso alejándose un poco.

-Es verdad- Se levantó y con sus manos comenzó a limpiar sus lágrimas. -Cuando tengan más información, háganmelo saber-

-Sí, no se preocupe que apenas nos llegue su ubicación iremos a por él- Notificó dejando más tranquilo al italiano que le devolvió una sonrisa de medio lado para después dar media vuelta y volver a su cuarto para ducharse y alistarse esperando novedades.


~~Una hora antes~~

En otra parte de América del Norte, en una sala de un hospital de Los Santos, descansaba un rubio cenizo que lentamente fue abriendo sus ojos, se removió e inspeccionó toda la habitación hasta lograr deducir que se encontraba en un hospital. Escuchó la puerta ser abierta y como de allí entraba una enfermera, que al verlo sentado en la camilla observándola fijamente en silencio dio un pequeño sobresalto para después salir rápido en busca de algún doctor.

 A los minutos volvió la mujer junto a un médico que se encargó de revisarlo, una vez el profesional hizo todo el protocolo, entraron tres hombres uniformados con SMG en mano, eran agentes federales, los tres lo miraban con desconfianza y específicamente uno de ellos lo analizaba con seriedad. 

-Bueno, está todo perfecto señor Gambino- Le informó el doctor. -Ahora estos agentes aquí van a hacerle unas preguntas y después podrá volver a descansar-

El rubio cenizo simplemente atendía en silencio a las palabras del médico para después ver fijamente con sus orbes celestes a cada uno de los federales.

-Han pasado varios meses señor Gambino, pero eso no lo librará de pagar su condena- Tomó la palabra uno de ellos, esperaba alguna respuesta pero el italiano seguía manteniéndose en silencio, el agente emitió un chasquido de frustración y salió del cuarto seguido por los otros dos, aunque uno de ellos se quedó unos momentos intercambiando miradas con el rubio cenizo y después abandonó la habitación para ir con sus compañeros.

El Gambino vio la silueta del último hombre salir y una vez la puerta fue cerrada, volteó su rostro hacia la ventana, lo que alcanzaba a ver por ella le era desconocido, no recordaba esos edificios y mucho menos entendía por qué estaba allí. La puerta siendo abierta de forma lenta y despacio no le dio mucho interés, pero el sonido de una foto ser tomada fue lo que atrajo su atención, volteó encontrándose con un nuevo desconocido vestido como una persona común y corriente, quien tecleaba rápidamente en su móvil después de hacerle la foto.

El intruso al sentir una mirada fija en él, levantó su cara de la pantalla encarando los orbes claros que lo observaban atentamente, entonces le dio una sonrisa de medio lado y guardó el teléfono en su bolsillo.

-Ey, espero no haberte incomodado- Se acercó metiendo sus manos en los bolsillos de su campera. -Tenía que mandar la foto demostrando que el menor de los Gambino estaba bien, después de tantos meses al fin Toni tiene noticias de ti-

Los orbes tan claros como el cielo le incomodaban al ser observado tan fijamente y en un silencio bastante profundo, no quiso tomarle mucha importancia asique unos minutos después saludó con un ademán de cabeza y así dar media vuelta para poder conversar con los demás tranquilamente, pero las palabras que soltó el italiano por primera vez después de haber despertado lo hicieron frenar en seco a escasos centímetros de la puerta.

-¿Qué hago aquí? ¿Dónde estoy?- La voz del rubio cenizo salía apagada y en susurros. -¿Quién es Toni?-



ºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoº

Buenas!

Aquí estoy de nuevo con una nueva historia de los Gambino, perdón que no les dejo descansar ni un poco de mi 😂😂

Espero que la disfruten y les sea agradable de leer  😆💕 

Ricorda... Mio FratelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora