-Carlo, voy a estar en el jardín por si necesitas algo- Informó el de cresta saliendo por la puerta al ver un coche llegar a su propiedad.
-De acuerdo- Respondió desganado echado en el sillón con el control remoto en mano cambiando de canales cada minuto.
-Buenos días H- Saludó el agente que iba vestido como civil para pasar desapercibido.
-Buenas- Devolvió el saludo mirándole con intriga en sus orbes heterocromáticos. -¿Y bien? ¿Qué quería?- Fue directo poniendo un poco incómodo al otro.
-Ehh bueno, solo quería saber como le iba todo con el nuevo compañero de piso- Dijo moviéndose despacio de un lado para otro intentado borrar su propia incomodidad.
-Bien ¿Usted venía a reclamar que lo que estoy haciendo no es correcto, verdad?- Resopló con desaprobación desviando sus ojos dispares hacia uno de los grandes ventanales de su casa.
-Sinceramente no comprendo por qué hace esto, podría dejar que se lo lleven a prisión y que pague su condena como debe ser-
-Mírelo de esta forma, agente- Habló de forma calmada intentando persuadirlo. -Podría obtener aún más información de él e incluso podría servir como un cebo ¿Sabe?- Ante la mueca de curiosidad del hizo el contrario, Pérez dibujó una pequeña sonrisa para terminar de convencerlo con lo último que diría. -Carlo es un gran señuelo para conseguir atrapar al resto-
-Tiene un buen punto, pero a usted sólo se le había encargado ir a por uno de ellos, ¿Acaso está intentado atraer a alguien más aparte de a Toni Gambino?- Entrecerró sus ojos observando como el de cresta gris bajaba su cabeza apenado al verse descubierto. -¿Agente H?-
-Quizás el otro Gambino pediría ver a su hermano si tenían una relación tan cercana como se podía ver y si es así, tal vez... Podría tener noticias de él... Ya que él se encargaría del otro...- Terminó diciendo casi toda la oración en un pequeño murmullo para si mismo con su mirada en el verde césped del jardín.
-Bueno... Yo confío en usted, compañero- Le regaló una diminuta sonrisa intentando animarlo un poco de ese estado bajoneado en el que había entrado. -Debo volver al trabajo, buena suerte con... Ya sabe- Señaló con su cabeza en dirección a la casa, sacándole una risita al dueño de la vivienda.
-Que tenga un buen servicio- Se despidió para ver como el hombre se subía en el vehículo con el que había llegado para marcharse.
Esperó unos minutos dando una pequeña caminata por el patio y cuando iba a dar media vuelta, vio al rubio cenizo salir por la puerta mirando a todos lados hasta conectar los orbes celestes con los suyos y comenzar a caminar en su dirección.
-¿Sucedió algo, Carlo?- Preguntó extrañado cuando el italiano se plantó frente a él.
-No tengo nada para hacer y ya me estaba aburriendo allí dentro y como no puedo salir a ningún lado sin supervisión, quería preguntarte... ¿Podrías contarme algo sobre mi?-
-¿Has recordado algo?- Interrogó mientras se sentaba al filo de la piscina y metía sus piernas al agua.
-No, pero me da curiosidad después de haber escuchado a tus compañeros en el hospital decir que debía ir a prisión y que soy un criminal... Quisiera saber qué es lo que he echo para que se haya visto implicado el FBI- Elevó sus hombros formándose una sonrisa irónica en su rostro. -¿Puedo?-
-Adelante- Le concedió el permiso a lo cual el rubio cenizo sin pensárselo dos veces se quitó la camiseta y los pantalones quedando solo en bóxer para posteriormente tirarse a la piscina. -¿Entonces no has recuperado ni siquiera un poquito tus memorias? ¿Qué recuerdas exactamente?-
-Sólo veo algunas cosas borrosas, pero logro discernir que se trata de Italia, mi hogar, la mamma- Comenzó tranquilamente con sus ojos perdidos en ningún punto en específico. -Se me viene a la mente... ¿Por qué cojones tengo un tatuaje de un cuchillo?- Expresó con confusión al prestar atención por primera vez a su brazo. -¿Y esto? ¿¡Pero cuántos hay!? Uno, dos... ¿Cinco? Bueno, al menos son pequeñitos-
-Tienes dos más en el cuello y eso que aún no viste el de la espalda- Comentó con una risita al ver la cara de incredulidad del contrario. -Bueno, en lo que estábamos-
-Horacio-
-¿Dime?-
-¿Tu crees que tendré a alguien que se preocupe por mi?-
-Todo el mundo tiene por lo menos a una persona que se preocupa por él o ella ¿No crees?-
-Ya pero entonces ¿Por qué estaba allí en una camilla solo? Si tuviera a alguien, hubiera estado allí ¿No?- Su semblante se notaba cada vez más y más apagado, algo que al federal logró darle una pequeña punzada por la angustia que desprendía el contrario.
-Sé que no nos conocemos mucho, pero desde que saliste del hospital yo estoy preocupándome Y ocupándome de ti, así que se podría decir que me tienes a mi- Le sonrió dulcemente intentando animarlo, pero su sonrisa se torció al escuchar la pregunta del italiano.
-¿Y tú, Horacio? ¿Tienes a alguien que se preocupe por ti?-
~~~~~-Ayer nuestro contacto tuvo un pequeño encuentro con el camarada Carlo- Informó el ruso mientras él, Toni y José acomodaban todo en la nueva casa que consiguieron en aquella ciudad, Hai había tenido que salir para arreglar algunos asuntos de su gente y a la vez buscando familiarizarse un poco con las calles y costumbres de aquel lugar.
-¿Está seguro de que era nuestro Carlo? Mira que esta ciudad es muy grande- Expresó Heredia sirviendo agua en tres vasos y alcanzando uno para cada uno.
-Le robó la billetera sin que se diera cuenta hasta que llegó a su casa y revisó percatándose de que no la tenía encima- Comentó con desinterés escuchando una risa por parte de José y un suspiro del italiano.
-Joder con el carterista profesional- Dijo con reproche pero después cambiando el tono de voz a uno bromista. -El cabrón pierde la memoria pero no la costumbre de robar ¿Eh?-
-Bueno al menos es un indicio de que se puede llegar a recuperar ¿No?- Expresó el gitano calmando poco a poco su risa.
-Eso espero-
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Buenas!
Alguien más está emocionad@ por el regreso de Perxitaa? 👀
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Ricorda... Mio Fratello
LosoweUna muy necesaria huida al extranjero, específicamente a Norteamérica. Fueron separados pero uno de ellos busca incesantemente intentando tener noticias del otro, aunque éste no parece dar señales de vida hasta varios meses después. Otra historia de...