Cuando te vuelva a ver

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Cada día se denuncian alrededor de 70 desaparecidos, en un año pueden ser más de 5.500 personas, muchas veces la mitad de estas nunca aparecen, o aparecen muertas, pero, siempre se deja una pista, las cámaras de seguridad, vecinos y demás. En esta desaparición se buscaba de todo, pero no habían cámaras que las grabaran, su pista se perdía detrás de una pastelería, donde las cámaras no alcanzaban grabar, nadie sabía dónde habían ido, para Jacob, eso jugaba en contra, y ya había pasado un año, en el que solo sabía que se habían ido juntas y la ropa que habían usado, sus teléfonos no mostraban algún tipo de señal y sentía culpa. Nunca se había perdido en la vida de ambas ni siquiera un recital, había dedicado la mitad de su tiempo a Mark, Naomi y Hailie, los cuidaba y los llevaba a parques y lugares llenos de gente donde disfrutaban el día. Pero se alejó de ellos dada su adolescencia, no por idea propia, estaba obligado a ello. Nunca había sido mala persona, y había llorado la muerte de su hermano y de su sobrino Mark, además de ambas mujeres, quienes consideraba amigas.

Aquel día, en el que fue a verlas, encontró todo en su lugar, todo como debía estar, menos a ellas. Había esperado paciente hasta que llegó la noche y supo que no llegarían, algo en su interior se lo decía, hizo la denuncia y había hecho una oferta generosa, la cual le parecía estupido, porque sus sobrinas no eran objetos por los cuales pagar, pero era la forma más rápida, aún así, un año había pasado y no estaban en ningún lugar del mundo, tampoco había rastros de sus cuerpos, así que no estaban muertas y si lo estaban, habría sido más fácil encontrarlas. El hombre se preguntaba dónde estaban, si estaban bien y cada día que llegaba a casa jugaba ansioso con sus piernas leyendo algún libro.

—Papá, lo haces de nuevo.— se detuvo, miró a la razón por la cual había ido a casa de las chicas ese día.

Justin, su hijo, al cual lo había adoptado cuando tenía 8 años, quien ya tenía 16. El chico que iba a presentarles como primo a ambas, quien aún no era presentado a la prensa o al mundo como su hijo, por el simple hecho de que creían que necesitaba una vida normal, sin reconocimiento público.

—Lo lamento, no me di cuenta.— el chico asintió y miró el libro que sostenía.—Me gusta esta frase, por eso siempre lo leo.— se defendió antes de tiempo y Justin posó sus azules ojos en él, esperando a saber a que frase se refería.—"Es en las noches de diciembre, cuando el termómetro está a cero, cuando más pensamos en el sol."— El chico sonrió melancólico y su padre hizo lo mismo.

En ese momento, cuando ya no tenía a sus sobrinas, era cuando más pensaba en ellas, pero el menor jamás las había visto, aunque quisiera ayudar, Jacob no lo dejaba, decía que debía preocuparse de sus estudios y de su vida, no era su pelea y mientras menos supiera de lo que pasaba, sería mejor.

—Buenas noches papá, intenta dormir.— asintió a las palabras del chico y lo vio irse de la oficina.

Esa noche no dormiría, porque cada vez que cerraba los ojos las veía. Las veía correr por el jardín, reír en la cocina y escuchaba sus peleas por quien ganaba y quien no, por los pasillos, muchas veces al dormir las veía llorando, las imaginaba amarradas, perdidas, muertas, anhelándolas con él, a salvo.

Pero Hailie y Naomi sentían culpa, sabían que su tío se atormentaba, y ellas jugaban a las escondidas esperando que no las encontrara. Jacob era amable, comprensivo, siempre intentaba mantener la calma, nunca lo habían visto enojado, pero sabían muy bien que si las encontraban, esta vez no mantendría la calma. Había actuado como su padre toda niñez y si ellas le decían que habían estado en cautiverio durante un año, el no hablaría del asunto, ni querría entender.

¿porque no se defendieron?

¿Les hicieron algo?

Deben pagar y no me detendré hasta que lo hagan.

Era lo que diría, y no lo podrían detener, lo que el no sabía era que no eran simples humanos, eso le jugaría en contra, pero el no entendería eso, la única posibilidad de que se calmara y no les hiciera daño a ellos, sería que ella murieran, pero eso solo lo haría sentir peor, porque no las habría protegido vivas.

Sus días consistían en trabajar, llenarse de trabajo hasta más no poder, luego miraba las cámaras, las de cerca de su casa, esperando que volvieran. Solía pensar que mientras el las buscaba ellas estarían en una isla, bronceándose y jugando, que volverían sonriendo por el alboroto que el hombre causaba y eso lo hacía sonreír, intentaba buscar confort en esas pequeñas cosas, pero a veces se preguntaba si las volvería a ver, si cuando lo hiciera estarían bien, o si las vería en la morgue para reconocer sus cuerpos. Lo que pase primero, sería lo que cambiaría el rumbo de las cosas.

—Jacob, ya está dormido.—miro al chico en la puerta y lo hizo sentarse con él.—¿No seria mejor si lo llevamos a otro lugar? Otro país, donde pueda vivir tranquilo.— Jacob negó y miró al chico dejando el libro a un lado.

Joseph, era considerado el hermano mayor de Justin, a quien no dejaron quedarse con él, así que Jacob lo adoptó eh invitó al chico a vivir con ellos. Él controlaba todo lo que hacía Justin, además de trabajar, sus ojos igual de azules que los del menor hoyuelos que hipnotizaban, quijada ovalada, ojos almendrados, nariz pequeña, labios medianos pero carnosos. Jacob se había tomado el tiempo de conocerlo, era una buena personal cual trabajaba como juez, atendiendo casos familiares.

Una chica muy querida había muerto por un disparo, gracias al alcohólico de su esposo, había sufrido demasiado, y Joseph se sintió culpable por no poder ayudarla, así que estudió, y se convirtió en una persona de ley, quien no se dejaba persuadir por nadie. Su único defecto, era con el que le tocaba batallar con Jacob ahora mismo, su increíble sobreprotección hacia Justin, a quien no dejaba ni respirar de mala manera, y ahora mismo quería sacarlo del país, para no ser involucrado con aquel problema.

—No se irá del país, Joseph.— Jacob era el único que podía decidir por sobre el chico y eso le molestaba a veces, ya que no dejaba protegerlo como el querría.— Ha estado preocupado de sus estudios, no ve las noticias, ni siquiera las conoce, no hay fotos de ellas para que no tenga nada que ver con el caso, no esta más protegido porque no lo has envuelto en papel burbuja.— sonrió un poco y lo vio abrir la boca pero siguió.— Ya esta decidido, no se irá.— el chico asintió y se paró, saliendo de la oficina.

Ya era tarde, pero el no dormiría debía seguir trabajando y ocupar su cabeza en otra cosa, seguiría así, cada día de cada año, hasta que las volviera a ver.

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2021 ⏰

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