➢Corre

44 20 2
                                    


No había nada peor que esa noche, eso creían ellas. Naomi estuvo intentando salir de la habitación, pero Harvey no la dejó salir y tampoco habló con ella, solo esperó, esperó a que se quedara dormida y en ese momento entró. Tal vez sintió un poco de culpa, no quería dejarla ahí si ella no quería, pero debía hacerlo, después de todo la había visto afuera y luego de todas las advertencias no habría sido tan tonta como para solo salir a ver el césped, al menos eso pensaba, y ahora mismo la miraba estirada en la cama, mirando la ventana. Le parecía algo divertido, pensaba que era cuando separas a dos animales en cautiverio o cuando uno se enferma y entonces pensó bien, y le parecía triste, esos pobres animalitos no debían ser separados, pero el no podía hacer mucho para juntarlas.

—Naomi, ¿Quieres comer?— sabía que su respuesta sería un "no" pero debía intentarlo, no la conocía bien y tal vez aceptaría su propuesta.

—No. Quiero a Hailie.

—Estuviste toda la semana diciendo que debía nutrirse, deberías hacerte caso. Te traeré algo, es tu decisión si quieres comerlo o no.— y así fue, bajó y armó un desayuno especial para ella, tal vez si lo hacía lindo no se negaría, y cuando llego arriba con la bandeja, ella la miró, dudó. —Si estas fuerte y sana tal vez te dejan ir antes con ella, después de todo están en la misma casa.— tenía razón, ella no iba a matarse de hambre para ver a su amiga, después de todo eso solo le afectaría a ella. Decidió sentarse y tomar del vaso de jugo.

No significaba que le hablaría, no después de ser ignorada toda la noche, así que solo comió, vio a Tristan, asomarse en la puerta y solo miro como comía, como si no tuviera nada más que hacer, y la cabeza de la menor comenzó a funcionar, Tristan tenía el control sobre Harvey, y si ella estaba con Tristan pues podría ver a su amiga pronto. Así que terminó de comer y se acercó a él.

—Tristan, ¿puedo quedarme contigo?— Harvey la miro confundido, pensó que estarían bien, pero ahora no quería estar con él y no podía entender cuál era su motivo y al ver la confusión y el enojo del menor Tristan sonrió.

—¿No quieres estar con Harvey?— si había algo que el menor odiara, era que Tristan o Drake tuvieran más atención que él, Naomi era su amiga, ella no podía ser amiga de Tristan, lo aprovecharía y la alejaría de él, en esa semana la menor había sido únicamente para él, no quería que ahora lo olvidara por quedarse con el tonto de su amigo.

—Pues el no quiso estar conmigo ayer, ni escucharme. Me parece justo.— y eso le había dolido, él se había ido ya que ella era su amiga y no quería verla triste, ni que le gritara, pero ahora le estaba traicionando a pesar de tener la razón, era una traición y quiso reclamarle, pero sabía que no tenía el derecho de hacerlo.

—Esta bien, vamos.— Y se la llevo a su habitación, y le llevo una de las bolsas de el día anterior para que se cambiara, lo dejaron solo, y era lo que más odiaba.

No podías dejar a Harvey solo, el pobre se atormentaba pensando que hacía mal, y a pesar de ser algo sobre natural y conocido por no tener corazón, el tenía uno único y no le gustaba, porque este estaba roto, aunque no lo pareciera. Se resignó a quedarse sin su amiga, eh intento pensar que si ella no quería estar con él no era culpa suya, así se sentiría aunque sea un poco mejor eso necesitaba después de ser botado por la menor.

En la última habitación del pasillo, donde se encontraba la habitación de Drake, este venía entrando solo con un vaso pero este no tenía sangre, y tampoco era para él, se sentó en la cama cerca de la chica y dejó el vaso en la mesa de noche. La habitación era igual de negra que las demás, tenía algunos detalles que la hacían más clara, además de una ventana gigante, esta no tenía balcón, pero si un pequeño lugar para sentarte junto a ella, podías ver el bosque sin problemas, pero podías caer si no tenías buen equilibrio, era un cuarto grande, pero a diferencia del de Tristan este solo tenia un sillón individual, no acostumbraba a llevar gente a su lugar privado, había un gran armario y una puerta blanca al lado de este. Miro en la cama a la mayor, esta estaba tapada hasta la cabeza, tenía sus piernas flectadas y entre medio una almohada grande, por lo que también tenía sus brazos al rededor de este, estaba mirando la oscuridad que había ahí abajo de las tapas, no había mucho aire tampoco, pero era mejor ver la oscuridad ahí adentro que ver a la persona sentada cerca de su espalda.

InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora