➢Rescatame

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Frío.

Fue lo primero que todos sintieron al despertar. Ellos por despertar en la fría y dura tierra del bosque, ellas, por hacerlo en sillas metálicas, amarradas.
La diferencia fue que ellos las buscaron toda la noche y ellas no habían despertado aún.
Fue una búsqueda interminable, sabían que estaban cerca, pero no podían saber dónde exactamente, después de todo Hailie estaba sangrando y no sería hasta sentir un poco más de sangre, para poder encontrar el lugar, y no querían que eso pasara, así que debían encontrarlas antes de eso.

Cazador, eso era lo que los había atacado la tarde anterior, lo sabían por las pequeñas marcas que había dejado en la nuca, les había enterrado algo para que se durmieran, algo que a un humano normalmente mataría, pero a ellos los durmió. Pudo haberlos matado en ese instante y ellos lo sabían, aún así no lo hizo, y necesitaban averiguarlo, aunque primero debían recuperarlas con vida.

Hailie.

Sentía a su amiga llamándola a lo lejos e intento despertar, sintiendo algo corriendo por su frente con cuidado y una respiración muy cerca de la suya. un sonido como si quisieran callar los llamados de su amiga y con poca fuerza comenzó a abrir los ojos de a poco. Un hombre, este estaba limpiando un lado de su cabeza con cuidado sus ojos grises indagando los verdosos de la chica, le sonrió y le dijo algo imposible de descifrar, seguía dormida y con un golpe en la cabeza, si respiraba era por que el golpe no había sido tan fuerte como para eso.

—Pensé que no despertarías, preciosa.— dejó de limpiar su cabeza y se paró, se fue de su vista para luego volver con una pastilla. La agarró de la mandíbula y la metió en su boca junto con agua.

Naomi, quien lo había visto mirarlas casi feliz, desde que despertó hace casi una hora atrás, había casi rogado para que ayudara a su amiga. Al despertar aquel chico se había comportado amable, aún así tenía miedo, si estaba ahí significaba que sus amigos se habían muerto, por su culpa, por hacer un escándalo que en estos momentos se arrepentía de hacerlo.

Hailie quiso levantarse de aquella helada silla pero los amarres en sus extremidades se lo impidieron. —¿Cual es el punto de tenernos así?— Preguntó algo mareada y se enderezó divisándolo.

—Cuando secuestras a alguien, no lo dejas en una cama o un jardín lleno de flores.— hablaba divertido y la chica solo lo arrugaba la frente haciéndola una mala mirada. — Marcel, es un placer.— esperó a que dijera su nombre a pesar de oírlo de su amiga, pero Hailie es simplemente muy ella.

Observo a su amiga de pies a cabeza, intentando ver si estaba herida, pero no tenía ni un rasguño, mientras ella no sentía un lado de su cara aún. En el fondo se alegraba de que la menor estuviera ilesa, pero no se lo diría, porque, estaba dolida, sus palabras la habían dañado.

—Veo que no tienes modales.— Volvió a hablar y la chica solo vió su cara seria.

—¿Que quieres? ¿Dinero? Si es por eso solo déjanos.— rió divertido por sus palabras, mientras negaba.

—Conozco muy bien su precio, bonitas.— dejó una sonrisa en su cara admirando el miedo de la menor. —Naomi Fossati, alrededor de cuatro millones de dólares viva, muerta solo serían dos millones.— su mirada giró hasta la otra chica dandole una mirada algo más dulce. — Hailie Relish, seis millones de dólares, es más alto viva, muerta te darían uno cuanto mucho. Eres valiosa, bonita.— al escuchar sus nombres, ambas se asustaron, sabían que pasaba, quien había puesto precio a sus cabezas, lo que no sabían era el porqué seguían ahí.

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