Capítulo 9

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Estaba en el pasillo principal, al lado de Christopher y con uno de sus brazos sobre mi hombro. Me sentía un poco ridícula, la gente nos miraba. Seguramente se preguntaban por qué un chico como Christopher, del equipo de fútbol del instituto, tan atractivo, tan simpático, tan rubio, tan todo, era capaz de ir mostrando a una chica como yo por todo el instituto. Y esperé a que nos alejáramos lo suficiente de Michael para separarme de él.

- Eeey, con lo bien que estábamos.

- Si si.

- ¿Entonces? ¿Dónde vas? - hizo amago de volver a cogerme.

- Emms... Tengo clase de economía ¿recuerdas? - lo esquivé.

- La verdad es que no. Era un truco para separarte de Woods y que te dejase en paz. Hoy no tengo clase de economía, ni si quiera tú - se rió.

Me di cuenta de que yo había usado a Christopher y que él también me había usado a mi. Me jodió. Bastante. Pero estábamos empate. No podía odiarlo por aquello, yo había hecho lo mismo. A si que hice como si nada.

- ¿Qué Woods? - me hice la tonta.

- Woods. Michael Woods. Vamos Eris, no te hagas la tonta, aunque estés aún mas guapa cuando te lo haces.

Ese último comentario fue una gilipollez tan grande que preferiría no haberlo escuchado, aunque ¿qué podía esperar de Christopher? Era tan típico y previsible. Se creía que con esos estúpidos comentarios halagaba a las mujeres. Para él serían ingeniosos. Pero por lo menos a mí y no se el resto de mujeres, eran verdaderas gilipolleces. Pero aún así volví a hacer como si nada.

- Aahhh... Michael, sí. ¿Qué pasa con él? ¿Qué tienes en contra suya para alejarme de él?

- Que le conozco, eso es lo que tengo en contra suya.

- ¿Te importaría concretar un pelín? Y juro que esta vez no me estoy haciendo la tonta.

Se rió.

- Le conozco lo suficientemente bien como para saber que no te conviene Eris. Ni a ti ni a nadie.

- Pues entonces aleja a todo el mundo de él.

- El problema es que no me gusta todo el mundo - clavó sus ojos en los míos.

Me sonrojé.

- No es buen tipo Eris, hazme caso. Sólo usa a las mujeres para lo que... ya sabes.

- Me da igual, yo no soy como las demás. Conmigo no va a conseguir nada si es que lo busca como dices tu tan seguro. No quiero saber nada de él. Ni siquiera me gusta.

- Eres igual que todas Eris. Decís todas lo mismo y luego os pasa...

Eso último me hirió por completo. Se me clavó en mi pequeño pero existente corazón y orgullo de mujer. Y decidí que esta vez no volvería a hacer como si nada.

- Valiente gilipollas - pensé.

- Pues si soy como todas no te gustaré tanto - apartándole.

- Venga, no quería decir eso... - cogiéndome el brazo.

- ¡Que no me toques! - gritando.


Y arrasé con todo lo que había por mi camino hasta meterme en la clase de latín. Ni siquiera volví para ver la cara que se le había quedado. No al menos esta vez.

La hora se me hizo interminable. Cada vez que miraba el reloj de la pared, me parecía que las agujas retrocedían. Hasta que por fin sonó el timbre y salí a toda prisa hacia el jardín trasero, donde estaba el comedor. Necesitaba fumar y eso hice.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2016 ⏰

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