NICCOLO
Eran las 21:00, la gente empezaba a llegar y la música a sonar, esta fiesta iba a ser la ostia, estaba claro, era para despedirnos definitivamente del verano y darle la bienvenida a nuestro último curso de instituto.
Los primeros en aparecer fueron Gael y toda la pandilla, traían más alcohol, lo que significaba que la fiesta iba a alargarse mucho, porque aquí hay una regla, hasta que no se termine la bebida la gente no se larga.
Gael dijo la bebida en la cocina, se me acercó y me comenzó a hablar.
-Niccolo, no sé qué te traes con mi hermana pero que sepas que esta noche va a venir y no quiero que se meta en líos, bueno en realidad , si quiere beber pues que lo haga, pero conozco a la gente que viene a estas fiestas y no quiero que nadie le ponga la mano encima. Sé que a veces trato a mi hermana como un auténtico cabrón, pero la quiero y quiero que esté segura. Por lo que ya que ha sido idea tuya invitarla, prométeme que estarás pendiente de ella para que no la pase nada, no me fio de la gente de aquí, además ya has visto a mi hermana, cualquier baboso estaría dispuesto a hacerla lo que sea y no quiero que le pase nada.
-Te lo prometo, Gael.- Conteste mientras terminaba de colocar los vasos para el pimpón.
Paso una hora y la fiesta estaba hasta arriba, había un montón de gente, pero no estaba quien yo quería. Julia, no estaba, yo empecé a pensar que se había echado atrás y no la vería en toda la noche.
Yo ya llevaba un par de copas y me había puesto a jugar con un par de tías al pimpón cuando la vi llegar.
Estaba preciosa, llevaba su preciosa melena suelta, un vestido blanco que hacía relucir sus curvas. Eso me hizo entender el miedo que tenía Gael de que algún baboso la intentara hacer algo, Así que como le había prometido a Gael, vigilaría a su hermana.
Ella no me debió de ver, pero yo no le quitaba el ojo de encima.
JULIA
Llegué a la fiesta una hora más tarde que mi hermano.
Cuando llegué me sentí un poco fuera de lugar, estaban todos borrachos o a punto de estarlo. Me encontré a Gael dándose el lote en el sofá con la barbie Amanda y luego le vi a él, estaba jugando al pimpón con un par de tías y debía de ir un poco borracho por su actitud. Así que para empezar a encajar fui a la cocina y me puse un vaso de cerveza que me bebí del tirón. Creo que en mi vida me había bebido un vaso tan rápido, pero hoy lo necesitaba.
Me serví otro vaso cuando se me acercó un chico.
-Hola. Me saludo
-Hola, ¿Te conozco? Me atreví a preguntar.
La verdad es que el chico no me daba muy buena espina.
-No, preciosa.
-Julia. Conteste de modo cortante, no me gustaba que me hablase de esa manera.
Necesitaba alejarme de ese tío, pero cuando lo intente, me agarro de la muñeca.
-¿A dónde vas, muñeca? Vamos a pasarlo bien un rato.
-Suéltame.- Protesté
- ¿Y si no qué? -Pregunto mientras me acercaba a él. Yo intenté resistirme, pero de repente le tenía besándome el cuello.
- ¡DÉJAME! - Chille mientras intentaba quitármelo de encima.
En ese momento apareció Niccolo.
-He capullo, no la has escuchado, déjala. Le dijo Niccolo a ese tío.
- ¿Y si no qué?- Contestó de modo amenazante.
-No querrás saberlo.-
El tío me soltó y se fue.
- ¿Estás bien, Julia?
-Si, tranquilo, solo necesito salir de aquí, no ha sido una buena idea venir.- Dije antes de beberme la bebida de golpe.
Intenté alejarme de allí, pero Niccolo me siguió no sé qué quería, pero de repente me empecé a marear y a encontrar mal.
-Mierda. Masculló él mientras me agarraba para que no me cayera, ese capullo ha debido de echar algo en la bebida.
Mi cabeza empezó a dar vueltas, no me encontraba bien, empecé a sudar y a tener frío, me sentía desubicada.
-Niccolo, no me encuentro bien, quiero ir a casa- Conseguí decir.
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Entre sus brazos
RomanceJulia y Niccolo se conocen de toda la vida ya que él es el mejor amigo del hermano de ella. Ninguno pudo imaginarse que todo cambiaría al empezar el curso, ninguno se imaginó que pudiesen enamorarse de ese modo ni de lo que podían llegar a sentir en...