JULIA
Cuando tenía 15 años empecé a salir con un chico, Marc, al que adoraba.
Al principio todo iba bien, de verdad, los dos estábamos muy contentos y nos queríamos, pero al cumplir los 16 las cosas cambiaron.
Él quería hacer cosas para las que yo no estaba preparada y eso le cabreaba, decía que para que le calentaba si no iba a pasar nada, yo no entendía porque se enfadaba ni porque se comportaba así cuando lo había dejado bien claro. Eso pasó un par de veces, luego empezó a relajarse y todo volvió a ser como antes, quedaba con él, íbamos a la piscina, al cine, venía a cenar a casa, etc. O eso pensaba yo y fue ahí cuando comencé a pintar.
Marc de vez en cuando soltaba comentarios bastante hirientes, sobre mi cuerpo, mi forma de actuar o de vestir y eso me empezó a afectar.
Empecé a dejar de comer, a coger complejo con mi cuerpo, me machacaba todas las mañanas cuando salía a hacer ejercicio, cambie mi forma de vestir, deje de usar vestidos y faldas y pase a ponerme vaqueros y sudaderas, no iba a la piscina con tal de no ponerme bikinis y no iba a fiestas, estaba todo el día encerrado en casa pintando.
Mi hermano empezó a sospechar que algo no iba bien, comenzó a ver que no me terminaba los platos de comida o que me saltaba algunas, empezó a ver como mi estado de ánimo cambió, mi forma de vestir y como me machacaba todas las mañanas.
Él me mandaba indirectas, pero hasta que no desmaye después de volver de correr, no habló conmigo directamente sobre el tema.
-Julia, ¿Qué te pasa? ¿Por qué ya no eres tú misma? ¿Qué estás haciendo? - Preguntó mi hermano preocupado sentado a mi lado en mi cama mientras me acariciaba el pelo.
-No lo sé, yo solo quiero gustar.
- ¿Gustar? ¿A quién?
-Dice que visto muy provocativa, que le caliento y le dejo plantado, que tengo un cuerpo horrible y que nadie me va a querer así.
- ¿Julia, quien te dice eso?
-Marc. -
En ese momento mi hermano se levantó de la cama cabreado, muy cabreado nunca le había visto así.
-Que hijo de puta- Dijo mi hermano pensando que no le oiría.
Gael se volvió a sentar en mi cama y me miró a los ojos.
-Julia, por favor, tienes que dejarle, te hace daño, no es bueno para ti, por mucho que tú le quieras, él solo te está destrozando, por favor, Julia.
-Tengo miedo, no sé cómo hacerlo. -
Él no dijo nada, solo me abrazó y me besó la cabeza.
Pasaron unos días desde que tuve esa conversación con Gael cuando por fin decidí dejar a Marc, mi intención era ir a hablarlo a su casa y terminar de manera amistosa pero no fue así.
Era sábado por la tarde cuando me planté en su casa.
Él me abrió y pase.
Fuimos al salón y nos sentamos en su sofá.
-Tu dirás, Julia. - Comenzó él la conversación.
-Creo que esta relación no nos lleva a ninguna parte, queremos cosas distintas y nos hacemos daño mutuamente.
- ¿Quieres acabar esta relación?
- La verdad es que sí, Marc. - Conteste con miedo por su reacción.
Su primera reacción fue pegarme una bofetada.
- ¡Eres una hija de puta y una desagradecida! Llevo tiempo esperando, aguantándome para tenerte entera para mí y me piensas dejar ahora, eso no te lo crees ni tú, si no eres mía no vas a ser de nadie. - Enseguida me agarró el brazo, me tumbó y empezó a besarme el cuello.
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Entre sus brazos
RomanceJulia y Niccolo se conocen de toda la vida ya que él es el mejor amigo del hermano de ella. Ninguno pudo imaginarse que todo cambiaría al empezar el curso, ninguno se imaginó que pudiesen enamorarse de ese modo ni de lo que podían llegar a sentir en...