Capítulo 25 Cesación.

1.3K 296 141
                                    

Entramos de golpe a su habitación, la ventana estaba cerrada y no pude abrirla por traerlo conmigo, caemos de pie; él se aleja unos cuantos pasos mientras cierro la ventana por donde accedimos.

-Alas oscuras caigan.

No esperaba que se transformará tan pronto, pero supongo que es la mejor manera de hablar.

-Motas fuera. –Tikki aparece delante de mí.

-¿Qué haces Marinette?

-Necesito un poco de privacidad para hablar con él. –No muy convencida asiente.

Ignorándome por completo toma asiento en el suelo, recargando su espalda en la cama sin mirarme, solo observa a su kwami, debe tratarse de Noorooo, es morado y pareciera que trae unas alas en su espalda.

-¿Cómo es que jamás lo notaste? –Gabriel lo reprime con ira.

-Usted no me permitía verlos cuando estaban juntos además no podemos sentir otros kwamis cuando están cercanos. –Su voz es tímida y chillona.

-¿Y cómo ella me descubrió? –Exclama molesto.

Tengo demasiada curiosidad y me acerco a ellos, él evita mirarme mientras Nooroo me observa pasmado; asi que no era la única que evitaba ver la interacción, aunque no es algo que queramos que los kwamis vean.

-Tú debes ser Nooroo. –Me inclino frente a ellos.

-Ladybug –Su voz es chillona y tan pequeña–, la última guardiana conocida.

-De acuerdo basta –Ha recuperado el tono serio e imponente–, Nooroo déjanos solos pero no te alejes.

-Si maestro. –Suena intimidado hasta irse para desaparecer por una de las paredes de la habitación.

-No entiendo porque actúas como el ofendido cuando tú eres el malo aquí. –Evade tanto como puede mi vista.

-No comprendo nada –La inseguridad regresa a su voz– ¿Desde cuándo lo sabes?

-¿Recuerdas el día que me dijiste el asunto de la pasarela? –Asiente–, el día anterior.

-Eso es mucho tiempo –Reflexiona mientras su ceño se frunce– ¿Por qué? ¿Qué planeabas exactamente?

-Hago esto por Adrien. –Sus ojos se posan en mí por un segundo hasta que los aparta–, tienes un gran hijo y estás perdiendo tanto tiempo en esta lucha sin sentido.

-También lo hago por él, aunque lo dudes –Sisea–, necesita a su madre.

-¡Deja de engañarte! Él ya acepto que su madre se fue, ¡Todos ya lo han hecho! Menos tú.

-¿Qué podrías saber tú?

-Paso más tiempo con él de lo que tú –Hay una mueca en su boca–, si hablaras un poco más lo sabrías, él sabe que su madre se fue, no cree esa tontería de que desapareció porque sabe que Emilie jamás lo habría abandonado.

-Ella era mucho mejor en esto que yo –Su voz es tan apagada–, si Adrien es asi es por ella, nadie lo hubiera hecho mejor y hubiera terminado de formarlo...

-¿Qué sucedió con ella? –Pregunto despacio.

-Desapareció ¿No habías estado enterada? –Suspiro. Esto será tan difícil.

-No soy tonta –Levanta las cejas–, vamos, Nathalie pasa por lo mismo y no puedes ser coincidencia –No dice nada–, sé que la tienes bajo tu casa.

-¿Cómo es que...? –Él mismo se corta–, estuviste espiando, claro, debí imaginarlo, por eso estabas aquí...

-No es por eso ¿Crees que lo hacía para espiar en tu casa? –Asiente.

Opacidad  ‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora