Capítulo 3 Desasosiego.

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-Tendré más cuidado señor Agreste –Liberó una risa–, gracias.

Me recupero luego de soltar aquellas palabras, estoy parada correctamente así que él me suelta recuperando su postura.

-Awdrey me llamo ayer – ¿Ella que...?– Ya veo eso urgente que tenías que hacer.

-¿Urgente? Bueno... –Parece un tanto molesto–. Lo era para mí.

-Cuando Awdrey me dijo que tenías una nueva actitud no me imagine esto –Me señala completa–, también la charla que tuvieron sobre mí.

-N-No fue exactamente sobre usted – ¿Por qué ella le dijo?–, solo conversamos un poco.

-Escucha... –Me mira directamente, gracias a los tacones apenas debo elevar los ojos para verlo–. Somos un equipo ¿Cierto?

-Cierto...

-Tenemos que confiar en nosotros si queremos que esto funcione – ¿Cómo que funcione esto?– Awdrey confía en mí y yo en ella, mira donde estamos ahora.

-Se refiere a eso... –Solo a la relación entre pupilo y maestro–. Confio en usted.

Lo hacía, antes de saber que se trataba de Hawk Moth pero no le diré eso.

-¿Estas segura? He notado actitudes extrañas de parte de usted –La respiración se me corta–. Empezando por cómo me observa siempre.

-Y-Yo. –Maldición, ¿Lo ha notado? Pensé que estaba siendo discreta.

-Si tienes algún problema debes decirlo –Él es el problema–, quiero intentar entenderla señorita Dupain-Cheng.

-C-Creo que esto es demasiado difícil para mí –Es lo primero que digo- No estoy lista para esto señor Agreste.

-Es una decepción –Realmente se escucha desilusionado–, no te hubiera puesto a hacer algo que no sabría que podría hacer.

-¿Por qué creyó que podía con algo así? –Susurro.

-Tu talento es excepcional Marinette – ¿Acaso dijo mi nombre?–, sé que puedes con esto, no sé qué te está deteniendo pero termina con eso ya.

Lo que me está deteniendo es él, la batalla moral interna que tengo conmigo es... insufrible y estar con él lo hace peor; cuando es Hawk Moth solo hay maldad pero ahora que estoy con él como Gabriel Agreste es tan...

-Marinette –Ahí está, de nuevo dice mi nombre–, el problema que tenga, sea cual sea si puedo ayudarle a resolverlo, no dude en pedir mi ayuda.

Él aún me mira tan fijamente, desvió la mirada ya que soy incapaz de seguir mirándolo; sus ojos son tan intensos y no puedo mantenerle la mirada tanto tiempo, desde que lo conozco es así.

Lo único que puedo hacer es agachar la mirada; como si el suelo fuera a decirme todas las respuestas, en un momento a otro percibo sus manos sobre mis hombros, sin poder evitarlo vuelvo a observarlo.

Esta demasiado cerca de mí, no hay ninguna expresión en su cara; levanto poco más la cabeza para que nuestros ojos queden mirándose; estoy por decir algo, lo que sea pero él toma la palabra antes.

-Cualquier cosa que necesites... -Parece como si le costara decirlo–. Estoy para ti.

Finalmente me sonríe; para cualquier persona allá afuera es solo un acto pero conociendo al señor Agreste es demasiado para él, siempre es tan frio y recto que no pensé que aquellas palabras podrían salir de él, mucho menos para mí.

-Y-Yo a... – ¿Por qué estoy tan nerviosa? Siento las mejillas calentarse ¿Por qué me ocurre esto?– T-Tengo que irme.

Intento retroceder pero olvido que aún tiene sus manos en mis hombros, sin querer al jalarme hacía atrás lo jalón a él también, al hacerlo termino tropezando y cayendo directo al suelo, el golpe no es demasiado fuerte, para alguien que llevo toda su adolescencia cayendo es algo a lo que uno se acostumbra.

Opacidad  ‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora