Capítulo 10 Lascivo.

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Sus experimentadas manos no tardar en pasearse por todo mi cuerpo, su pecho me empuja a recostarme por completo en la cama expuesta hacia él, sin soltar mis labios, enredando su lengua con la mia; separa sus labios de golpe para dirigirse a mi cuello, todo mientras nuestras pelvis chocan, restregando si erección con un vaivén caderas demandante.

Puedo sentirlo lamiendo mi cuello entretanto su mano toma uno de mis pechos y lo palpa con necesidad haciendo que libere débiles gemidos, intento contenerlo lo mejor posible.

Mi respiración se torna agitada, mientras mis jadeos llenan la habitación.

Su boca se estrella con pasión sobre la mía, se adentra en mí tan pronto como le es posible por inercia envuelvo mis piernas alrededor de su cintura, esto hace que empuje más dentro de mí; volviendo sus embestidas rudas y rápidas.

Mientras mis uñas rasguñan su espalda, mis gemidos son silenciados por su boca, la presión en nuestros cuerpos era mayor, la fricción cada vez más intensa; se aparta del beso para enterrar su rostro en el hueco de mi cuello.

-Te sientes tan bien. -Musita en mi oído.

Continúa tan implacable, tan salvaje la sensación es tan fuerte que mi cuerpo caliente empieza a temblar, arqueo mi espalda mientras el inmenso placer que experimento llena cada parte de ser, débiles gemidos salen de mi boca; intento que sean lo menos sonoros posibles.

-¡Gabriel! -Gimoteo.-Shhh -Murmura-, tenemos que ser silenciosos.

Sé que tiene razón pero es tan difícil en especial cuando golpea justo en el lugar exacto; sus caderas golpean las mías con fuerza hasta que se detiene, quiero protestar pero él toma mi rostro entre sus manos mientras me besa con desesperación.

Mis manos continúan aferradas a su espalda; le devuelvo el beso con el mismo ímpetu robándome el aliento.

Puedo sentirlo salir de mí, estoy confundida así que rompo el beso.

-¿Qué sucede? -Demandó.

-Date vuelta.

Trago algo ansiosa y nerviosa, obedezca su petición quedándome boca abajo recostada en la amplia cama; sus manos recorrer con suavidad mi espalda mientras me sujeta con determinación, alza mi cadera un poco de la cama antes de entrar en mi de nuevo.

Abre paso entre mis piernas sin detenerse, libero un quejido con cada empujón que da; mientras el ruido que hace nuestros cuerpos chocando entre si inundan la habitación.

Me aferré a la manta de la cama mientras él embestía a un ritmo más vigoroso, más veloz e incluso más profundo que antes; gruñidos salen de sus labios mientras con cada respiración dejó escapar un gemido.

-¿Lo quieres? -Demanda.

-S-Sí -Suplicó -. Dámelo todo.

Presiona su pecho con mi espalda, desliza sus manos de mi cadera hacia mis pechos presionándolos mientras embiste más desesperado; besa mi espada al mismo instante que acelera el ritmo, me lleva hasta el límite llegando a mi liberación.

Da unas cuantas estocadas más hasta que se detiene agotado, jadeo intentando recuperar todo el aliento que he perdido; después de unos segundos él sale de mí y se recuesta a un lado de mí, continuó tendida en la cama.

Su respiración es casi tan agitada como la mía, no dura tanto tiempo acostado ya que retira el preservativo haciéndole un nudo y levantándose a tirarlo.

Doy vuelta a mi cuerpo quedando boca arriba aún con la respiración entrecortada.

Él regresa dejándose caer a un lado de mí, exhausto cierra los ojos mientras jadea igual que yo.

Opacidad  ‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora