La fresca brisa provoca que su cuerpo se estremezca por el frío, se mueve unos centímetros para apegar su menudo cuerpo al de su acompañante, para su suerte; los fornidos brazos de Rudra, la abrazan y la atrae hasta un cálido pecho, para acomodarla en él con el objetivo de que vuelva a conciliar el sueño.
—¿Tienes mucho Frío?— pregunta susurrando Rudra.
—si, no me deja dormir— contesta una Alisha de aspecto adolescente.
—Shiva, despierta— el de trenzas suspira al ver que no hay respuesta —¡Shiva!— grita por último, causando que el nombrado y el tigre de la chica, se despierten de un brinco asustado.
—que molestia, sobre todo tu humana.-insulta Shiva, acercándose resignado al dúo que estaba a unos cuantos metros de él— déjenme algo de espacio— pide antes de acostarse junto a la chica.
El corazón de Alisha latía a mil por hora, el aliento cálido de Shiva y Rudra le acariciaban sus mejillas.
Estrecha entre los dos devas, la habían acurrucado entre ellos y por eso, no se atrevía a mover un solo músculo, tensándolos lo más posible.
Parpadeo un par de veces, mirando a su lado izquierdo, logra ver como el cuerpo de Shiva estaba pegado a ella, mientras que su par de brazos la tenía abrazada por encima de su pecho. Por otro lado, cambio su mirada hacia la derecha y vio como Rudra estaba profundamente dormido, abrazándola por la cadera.
Trago apenas saliva, y soltó un suspiro tembloroso, no podía moverse ni un poco, pero aun así lograba sentir como sus mejillas estaban rojas, por el calor que sentía en todo su rostro.
Sus latidos iban tan rápido y fuerte que podría jurar que eran casi audibles por toda la cueva en la que se encontraban durmiendo como refugio provisorio, la chica cerrando sus ojos de forma fuerte, solo deseaba que Rudra ni Shiva escucharan su corazón desbocado.
Claramente la baja temperatura ya no era sentida por la chica, pero no así la vergüenza que se había apoderado de ella, que en ese momento era mucho peor que sentir frío.
Para su buena suerte, el sol comenzó asomar a las dos horas de lo acontecido, por lo que de un rápido y fuerte movimiento, aparto todos los brazos sobre ella y salió corriendo del lugar, provocando que ambos devas despertaran por tanto ajetreo.
—y a esta que le pasa ahora?— pregunta Shiva mirando como Alisha salía corriendo la cueva, la risa de Rudra se escucha detrás del destructor.
—creo que es algo normal para su edad— responde Rudra con una sonrisa apacible.
En un claro cercano a la cueva, existía una pequeña cascada que desembocaba en un pequeño lago de agua transparente y gélida.
Alisha mira a al tigre, que se había unido a ella cuando este se percató que había salido de lugar donde dormía.
—vamos por favor, prueba tu el agua primero— suplica de forma ansiosa.
El tigre la mira inexpresivos, mueve su cola como en un vaivén alerta y sus pupilas se retraen, un enorme rugido sale de forma feroz, acción que provoca que Alisha se resigne con sus insistencias.
Alisha se quita la túnica de color blanca que llevaba, quedando en completa desnudez, deja la prenda de ropa en el lomo del imponente tigre y se va lentamente a la orilla del lago.
Con precaución mete lentamente su pie, esto desencadena que un gemido salga de la boca de Alisha, al sentir el agua totalmente helada.
—Porque tuvimos que adentrarnos hasta los pies del Svarga— se lamenta con rabia, sin otra alternativa continua su camino, hundiendo cada vez más su cuerpo.
Su piel se eriza, provocándole un escalofrío que le llega desde la punta de la cabeza hasta los dedos de sus pies, con determinación; inspira todo el aire que le fue posible, para llenar sus pulmones y sumergirse en aquella agua y terminar de lavar su cuerpo.
—¡Ey! ¡Alisha!— el grito de Shiva, alerta al tigre y a la chica, que de forma automática cubre a una velocidad magistral su desnudez bajo el agua.
—con que aquí estabas, debiste esperarnos; te hubiéramos acompañado— esta vez es Rudra el que se deja escuchar.
Ambos devas se dejan ver a la orilla del lago.
Alisha los mira con ojos desmesurados, al notar como Tanto Shiva como Rudra estaban frente a ella sin ropa, listos para venir al agua y unirse a ella, fracasando en la lucha contra unos impulsos inhumanos que la abrumaron.
Sus ojos grises que estaban batallando por mantenerlos en los rostros de los recién llegados, cedieron ante el impulso de su interior, bajando así lentamente, pasando por los hombros, pectorales y vientres muy marcados.
La mirada se detiene De golpe, desvía su vista rápidamente, ya que nuevamente estaba sintiendo como sus mejillas se tornaban de un color rojizo.
Su corazón presentaba una taquicardia muy marcada, la imagen de los Devas estaba grabada a fuego en su retina, lo cual no le ayudaba para nada en ese momento.
El destructor seguido por la tormenta, se mete al agua como si nada, omitiendo totalmente lo gélida que estaba esta.
Shiva se sumerge y desaparece de la vista de la chica, acción que a esta le provoca una gran incertidumbre.
—Alisha, ¿te encuentras bien?— pregunta Rudra nadando hasta su lado para tocar su frente con una de sus manos —tus labios están morados y tus mejillas muy calientes—
La chica no podía oír nada, solo veía estática como Rudra movía sus labios de forma lenta, haciendo que Alisha solo prestara atención al movimiento de sus labios y lengua, junto con los dientes blancos con colmillos algo prominentes que poseía el Deva frente a ella.
La pelinegra no fue capaz de responder, ya que antes de que articulara siquiera una palabra unos brazos la levantan por la espalda y la sacan del agua dejando su desnudez totalmente al descubierto de los devas.
Como si todo ocurriera en cámara lenta para Alisha, esta ve como Shiva la sostenía con una sonrisa en su rostro, mientras Rudra apartaba un poco la mirada detonando algo de vergüenza.
Sin exageración, el grito que salió de la garganta de Alisha inundó todo el lugar, asustando a todos lo animales que habitaban en el bosque.
De un puñetazo desmedido, la joven le propina a Shiva, logrando soltarse y nadar hasta la orilla.
—¡Baagh!— grita con desespero, antes de salir del agua.
El tigre se le acerca, metiendo sus extremidades al agua para cubrir la espalda de Alisha para que los Devas no lograran ver nada.
—Maldita humana que te pasa, ya verás— Grita con un enorme enojo el recién golpeado.
La mirada de Shiva se ladea hasta que terminar en el rostro del otro Deva.
—y a ti que te ocurre, ¿por qué están tan rojo?— Pregunta con mal tercio el destructor, mientras comienza a nadar.
—no es nada— musita apartando la mirada el de trenzas.
La tormenta se sumerge completamente, para ver si eso le ayudaba a apartar la imagen de Alisha de sus pensamientos.
El tigre corre esquivando ágilmente los árboles que se cruzaban por su camino, mientras tiene a la humana sentada en su lomo.
Los dientes de la chica se aprietan, mostrando la frustración que sentía en su interior, los brazos se pegan a su pecho y empuña sus manos con rabia.
—¿Qué es esto que estoy sintiendo?— piensa con ira.
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𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝓾𝓫𝓲𝓬𝓪𝓭𝓸 𝓮𝓷 𝓮𝓵
𝓬𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟑.
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Mi Bailarina De Oro
Fanfiction|sucesos ubicados cronológicamente antes del Ragnarok| Shiva y Rudra por sus tiempos de ocio, encuentran una niña abandonada, el dios de la destrucción y el dios de la tormenta, toman a la niña y se la quedan. entre ambos dioses la nombran Alisha; y...