Mi Bailarina De Oro

𝓮𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝟖

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𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑎𝑙 𝟷

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El llanto del Bebe, provoca que Alisha se tense; Esta que cargaba a su hijo entre sus brazos, decide destapar un poco a su pequeño para que pueda mirara el nuevo paisaje.

-insisto, no es una buena idea Rudra.- reitera la esposa, ganado la mirada del Deva.

-Shiva, quiere conocerlo... demás a ti y a mi nos haría bien dejar de vagar entre el mundo humano y el Svarga.-

Alisha frunce el seño con evidente molestia, aunque este sentimiento no le duro demasiado; debido al balbuceo del pequeño Dahana.

-Ves? Dahana se ve contento de conocer a Shiva.- indica su esposo.

-Estamos hablando de Shiva... no quiero que mi hijo sea tratado de la forma en la que él, me trato a mi cuando era pequeña.- confiesa con algo de nerviosismo.

-Pero aun así el te amo... y te ama.-la palabras de Su esposo Rudra, calan en su corazón; provocando que su semblante cambiara y apartara la mirada.

el silencio sosegó un poco los ánimos de ambos padre y de su bebe.

jamás pensó que al terminar el Ragnarok; Shiva quisiese conocer a su hijo con Rudra, después de todo la ultima vez que se vieron fue un final por así decirlo para su historia, ambos se dijeron cosas que eran necesarias para cerrar el capítulo en sus vidas, por lo que jamás pensó que tendría que verle la cara de nuevo, al que fue su protector y su primer amor durante mucho tiempo.

Poco tiempo transcurrió de viaje cuando a lo lejos se deslumbra el palacio construido a base de Oro, construcción divina que a cualquiera sorprendería.

sus grandes ojos Grisáceos se abrieron enormemente para apreciar semejante maravilla arquitectónica, todo aquel panteón era de Shiva; todo se lo había ganado el por ser el dios más poderoso, un nudo se formo en su garganta; al imaginarse que hubiera pasado si ella se hubiera quedado con él destructor, pero en su mente lamentablemente todo esto no existiría.

sus ojos cristalizados, debido a las lagrimas contenidas; son notadas por Dahana, que comienza a tiras de su ropa y de su cabello ondulado, pateando con desenfreno para llamar la atención de su madre.

-Jamás te cambiaria a ti, mi pequeño.- sonríe Alisha para su hijo, acto que causa una risa tierna en él.

La madre analiza nuevamente al hijo entre sus brazos, su cabello oscuro con un estilo parecido al de Rudra, Aquella mirada semejante a la de ella, su pequeña nariz fina y sonrisa idéntica a la de su padre, su pequeño hijo era la perfecta combinación de ambos.

Rudra se les acerca, caminando apacible; mirando atento como su hijo y su esposa se están sonriendo; imagen que provoca que su corazón se regocije de amor y gozo.

las enormes puertas de Oro se abren frente a los tres, el ruido de estas provoca que el pequeño Dahana se asuste y abrace a su madre con sus cuatro brazos.

-Bienvenidos... al Panteón de Lord Shiva, Dios destructor y Creador de universos.- recibe un sirviente, una vez las puertas estaba abiertas.

los dos padres caminan por el largo corredor, hasta llegar a donde Shiva se encontraba acompañado de sus tres esposas.

Shiva se acomoda en sus mullidos cojines y mira con una sonrisa a los recién llegados.

Alisha agacha la mirada, con evidente vergüenza, una de sus manos arropa a su bebe por seguridad.

Rudra toma la mano de su esposa al notar su incomodidad, para tratar de darle soporte, acompañada de una sonrisa que solo el sabía dar.

Shiva al notar el silencio desagradable para sus invitados, hace un gesto con uno de sus cuatro brazos, acción que provoca que sus esposas lo miren con incredulidad.

-pero Esposo.-Durga refuta, pero esto solo provoca la molestia de Shiva.

Los ojos inferiores de Shiva se abren y su aura se vuelve más densa, trasmitiendo su molestia a todos los presentes, por lo que, las tres diosas se levantan y se van resignadas, bajan hasta donde los recién llegados y les reverencian con respeto.

Alisha se voltea a ver hasta que las tres esposas de Shiva abandonan el lugar; lo que acciona que por fin su cuerpo se relaje.

El dios de la destrucción se coloca de pie y camina lentamente hasta llegar con Rudra y Alisha.

-con que ese es su hijo... es Igual a ti Rudra... pero su mirada, es como la de Alisha.-dijo con un tono nostálgico.

-su nombre es Dahana.- Presenta Rudra a su hijo.

Shiva levanta su par de brazos superiores y toma al niño, tomando por sorpresa a su madre y padre.

Esto miran con preocupación como Shiva eleva al niño y lo mira con una sonrisa que les generó nostalgia.

Dahana sin entender nada, frunce el ceño, aburrido de estar en los brazos de aquel desconocido para el, por lo que de varios movimientos, comienza a patear y a mover sus cuatro brazos para liberarse del agarre del dios.

-pues ya sabemos de quien heredó el carácter. - dice Shiva con una sonrisa de medio lado.-eres igual a tu madre en carácter... Aunque cuando era pequeña no era así, aunque la sostuviera colgando boca abajo, está solo reía o lloraba, era lo único que sabía hacer. - confiesa el destructor, provocando que la humana, se sonroje de sobremanera y aparte la mirada para no propinarle un golpe a éste.

Como si Dahana entendiera lo que Shiva decía, el pequeño mira a su madre y comienza a reír, acción que sorprendió a Shiva, ya que aquella risa era la misma de Alisha cuando era bebé.

Pará Shiva esto era único, y aunque lamentaba pasar por alto a su mejor amigo, solo tenía ojos para Alisha y su bebé.

En el fondo era algo notorio, Shiva veía a Dahana como si fuera de él.

-pueden quedarse cuanto gusten, me llevaré a Dahana para que vea a Ganesha.

Ambos padre quedan descolocado al ver como Shiva comienza a caminar con el bebé en Brazos, Dahana los mira por encima del hombro de Shiva y les sonríe, moviéndoles su pequeña manito despidiéndose de sus padres.

Estos se miran sin saber que hacer.

-supongo que podríamos ir a descansar un poco, digo.-Rudra comienza con un leve tartamudeo.-desde que Dahana nació, no hemos podido descansar bien, bueno. - las mejillas de Rudra, lentamente mientras hablaba se teñían de carmesí, mostrando su creciente vergüenza por la situación que estaba surgiendo.

hablando algunas incoherencias, debido a la vergüenza que estaba sufriendo; la cálida y suave mano de Alisha entrelaza sus manos para otorgarle tranquilidad, el Deva la mira y sonríe con tranquilidad.

Alisha y Rudra se encaminan por los lujosos pasillos del panteón hindú, siguiendo el presunto recorrido que había hecho Shiva con su hijo.

-Lord Shiva se encuentra en la estancia de Lord Ganesha, por allá junto a la estatua de Lord Shiva.- le aclara un sirviente, con el cual se toparon a los poco minutos.

la humana mira el monumento a Shiva con burla, hasta que punto podía llegar a estar el egocentrismo de aquel dios.

un risa llama la atención de Rudra, por lo que este de adelanta y sigue el sonido con discreción; dejando atrás a su esposa.

El Deva se asoma levemente, por entre medio de la puerta abierta y ve como Shiva y un poco más Crecido Ganesha, juegan con su bebe.

Rudra sonríe, dejando que la felicidad lo llene por completo, su hijo a pesar de estar con Shiva; no podía estar en mejores manos.