𝐬𝐞𝐚 ; cs

𝗶𝗶𝗶. ¿𝗵𝗮𝗯𝗹𝗮𝘀?

el pequeño cangrejo daba vueltas alrededor del cuerpo dormido del peliazul que se encontraba en la arena; no quería hacerle daño, solo estaba preocupado. quizás murió y no podría ayudarle con su pinza. temía lo peor.

se detuvo a un costado de su rostro y giró nuevamente a observar a un preocupado castaño que no sabía qué hacer.

habían pasado cinco minutos desde la casi muerte del humano al desplomarce en el agua cuando lo vió, pesaba más de lo que imaginó y se le dificultó mucho socorrerlo y sacarlo a tierra. al principio dudó si salir por completo o no pero debía hacerlo, se le haría más difícil sino.

luego de tomarse unos minutos ridículamente largos para tomar el valor suficiente y acercarse al cuerpo adormecido del chico, picó su mejilla para ver si reaccionaba.

no hubo mayor movimiento más que el simple desplome de su cabeza hacia el otro lado por la inercia. su preocupación aumentó y un ligero pánico empezó a surgir.

─¿crees que esté bien? ─le preguntó a su compañero crustáceo, quien solo hizo amago de subirse de hombros.

¿como podía un cangrejo subirse de hombros? nunca lo sabremos.

─no sabía que los humanos eran tan débiles ─con cautela fue acercándose poco a poco hasta quedar con sus brazos apoyados a cada costado del peliazul─. es igual a mi... pero sin cola. es tan extraño ─rió. ya menos nervioso, acercó una mano al rostro ajeno y tocó su labio inferior para apartarlo un poco y dejar a la vista sus dientes─. woah, sus dientes son algo filosos ─pausó─, como un tiburón.

palmeó su mejilla para agitarlo con algo de fuerza, llevándose la sorpresa de como el adverso comenzó a escupir agua y a toser. se asustó y alejó la mano por instinto.

a los pocos segundos sus ojos fueron abriéndose y al enfocar la mirada, vaya vista.

un chico castaño de ojos dorados encima de él con un ángulo de luz tan conveniente que parecía sacado de película.

no dijo nada por un largo tiempo y con una expresión difícil de comprender. el castaño se confundió y se alejó hasta quedar a su lado, haciendo que el de ojos azulados volteara su cabeza para seguirlo con la mirada.

─em... ¿hablas? ─preguntó el joven tritón en medio de aquel sepulcral silencio.

hubo más silencio, y así pudo quedar, hasta que...

─¿qué eres?

habrán capítulos diarios hasta cierto punto, por ahora incluso habrán doble actualización a veces, así que ya saben.

muchísimas gracias por todos sus bonitos comentarios, los leo todos pero a veces no sé qué responder jaja

recuerden que los quiero mucho y lávense mucho las manos porque covid