𝗶𝘃. 𝗮𝘆𝘂𝗱𝗮

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la pregunta tan repentina y poco regular que usó como primera palabra lo descolocó de sobremanera, haciéndolo pensar mucho en la respuesta

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la pregunta tan repentina y poco regular que usó como primera palabra lo descolocó de sobremanera, haciéndolo pensar mucho en la respuesta.

─soy... un... ¿kappa? ─más que respuesta parecía una nueva pregunta─ soy kappa ─sonrió sutil y apaciblemente.

el chico se sentó en la arena luego de reponerse en sí y observó el cuerpo de kappa en silencio, frunciendo el ceño ligeramente al ver su cola enredada entre decenas de cuerdas de pescar rotas y uno que otro alambre enroscada, al igual que en sus brazos.

─nunca había visto algo semejante a ti, debo estar delirando, ¿me golpeé la cabeza? ─se llevó la mano derecha a dicho lugar ratificando si tenía algún golpe que aún no identificada, sorprendiéndose internamente al no sentir nada.

─y yo tampoco había visto algo como tu antes, y no, no estás delirando, ambos somos reales ─dijo, ensanchando aún más su sonrisa.

el más alto lo miró sin mucha expresión y luego desvío su atención a todo su alrededor, buscando algo.

─¿buscas algo?

─un cangrejo.

─¡ah! te refieres a ogo ─de su espalda se asomó el dichoso crustáceo, aparentemente temeroso pero feliz de que el humano siguiera con vida.

─¿ogo?

─síp, así se llama ─lo tomó en sus manos con una sonrisa y se lo extendió─. quería que lo ayudaras.

júm... claro, gracias ─al menos estaba seguro de que no lo picaría. dispuesto a marcharse con el animalito al interior del santuario en el que recidía, kappa lo detuvo.

─de hecho, yo también... quería que me ayudaras ─no hacía falta palabras extra para explicar la situación.

su sistema circulatorio era un desastre.

sin recibir ni una sola palabra en absoluto como respuesta, el ojiazul se marchó hacia su hogar sin mirar atrás y dejándolo completamente solo.

se sintió decepcionado y triste por la acción, en verdad pensó que aceptaría porque aún teniendo una idea de lo serio que era, sus intenciones con el mundo marino eran buenas y sinceras, había sido espectador de ellos.

al retirarse nuevamente a su hogar, como hizo el mayor, el tan conocido rechinido proveniente del establecimiento le dió la esperanza de que el humano volvería, y efectivamente, así fue, y con el mismo objeto filoso de antes.

sonrió con total emoción, a diferencia del otro, que solo lo observaba desde lejos.

sonrió con total emoción, a diferencia del otro, que solo lo observaba desde lejos

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𝐬𝐞𝐚 ; csDonde viven las historias. Descúbrelo ahora