𝘃𝗶. ¿𝗽𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲́?

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las luces se estaban ocultando a medida que el tiempo pasaba

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las luces se estaban ocultando a medida que el tiempo pasaba. kappa se encontraba refugiado en un arrecife no muy lejos de la costa en la que conoció a aquel peculiar humano, y es que aunque él le hubiera dicho todo eso, el castaño sencillamente se rehusaba a irse y jamás volver.

aún tenía muchas preguntas que esperaba fueran respondidas.

la brisa lo obligó a esconderse en el agua hasta la mañana siguiente, pasando una noche medianamente mal, las palabras de siren fueron duras y aunque no fueran siquiera conocidos, eran hirientes, quizás era también porque no entendió gran parte de su advertencia.

además, no tenía a donde ir.

cuando el primer rayo de sol se asomó, rápidamente se apresuró a observar a través de la gran roca lateral que cubría un lado del arrecife en el que estaba, la cual dificultaba la vista y comprobó que no hubiera nadie para salir.

a mitad de camino se llevó la agradable sorpresa de ver a ogo en una pequeña isla de piedras cerca del muelle, rápidamente y sin la necesidad de pedírselo, el pequeño fue hasta él y se acomodó en la mano que se le fue ofrecida.

siguió hasta la vieja estructura de madera y se ocultó en lo profundo del agua bajo este.

comenzó una grata conversación con su acompañante rojizo en la que solo él atribuía pero era divertido ser escuchado, los gestos que hacía eran graciosos y no requería de palabras para entretenerlo.

una gran parte de su día fue así, hablando y observando el cielo borroso desde abajo, saludando cada pez que pasaba, buscando nuevos objetos humanos en el fondo y adivinando sus usos.

todo relativamente normal hasta donde se podía decir. y así podría haber seguido, pero el mundo no le agradó la idea.

─oye.

ay no.

─shh, silencio ogo ─sin valor de subir a la superficie, se quedó quieto en su lugar y en completo silencio al oír la inconfundible voz apagada del peliazul.

─no necesito verte para saber que estás ahí abajo, ¿por qué volviste?

no quiso responder.

─aún cuando te advertí explícitamente de los peligrosos que implican estar aquí... volviste ─no había menuda emoción en sus palabras, estaba entre tristeza y sorpresa, sus expresiones eran realmente difíciles de comprender─. ¿por qué? no hay nada emocionando aquí arriba.

lentamente fue subiendo con temor al rostro que le esperaba.

─no subas, no salgas, no te expongas ─aquella oración lo detuvo al instante─, solo... ¿por qué?

un largo silencio los atrapó a ambos y fueron consumidos por sentimientos igualmente de negativos sin saber exactamente porqué, solo lo sentían.

pensó detenidamente en lo podría esperarle y optó por hacer algo que desde un inicio deseó.

revelando su melena castaña y sus ojos almendra junto a parte de su nariz, habló con el mismo timbre neutral que el más alto.

por primera vez desde que de conocieron, lo vió serio.

─¿por qué tú siempre estás triste?

─¿por qué tú siempre estás triste?

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𝐬𝐞𝐚 ; csDonde viven las historias. Descúbrelo ahora