dejando de lado el desastre que se formó en el armonioso ambiente propiedad del peliazul, la lluvia fue cesando con el transcurso de los minutos, minutos en los que siren reconsidera a seriamente si auxiliar al cangrejo o dejarlo a su suerte.
¡pero no! su moral era más fuerte, así que por mucho que le doliera ver la maceta rota de su bello bonsai, que también sufrió daños por la caída, sin mencionar el tobillo que ardía como el infierno, suspiró y se dió aliento a sí mismo. tomó al animal y se dirigió a duras penas a la puerta que quedaba cerca del escritorio, llegando así a un lugar aún más grande y espacioso, el cual era abarcado por numerosas peceras, en su mayoría de más de tres pulgadas y una en especial, era esencialmente grande acomodada en todo el centro de la pieza.
una gran parte del techado era constituído por un gran enrejado, por lo que le facilitaba la entrada a la luz y aire natural necesarios para una mejor estadía a las criaturas que llegaban a allí sin dejar de ser seguro y conservando de igual forma un techo en forma de hilera a todo lo largo de las esquinas para poder avanzar sin mayor problema. avanzando por el mencionado camino, llegó a un extenso acuario aguardado de coral, arena y una cantidad considerable de agua, dejó con sutileza a ogo en lo más alto y este al ver que ya podía movilizarse libremente, picó intuitivamente la mano de siren para luego esconderse entre la arena.
─¿cómo es posible que siga siendo igual de agresivo conmigo si tiene un vidrio enterrado? ─se preguntó entre susurros a su vez que agitaba la mano afectada─. demonios, no entiendo como es que kappa puede llevarse bien contigo.
se alejó algo resentido, decidido en ver rápidamente las demás criaturas aprovechando la suave llovizna que aún resonaba contra el techo de teflón, no sin antes colocarse los guantes especializados que se encontraba encima de una mesa cerca del habitad de ogo, poniéndose igualmente un gorro de lana junto a una mascarilla de plástico.
─¿cómo estás hoy, baily? ─pasando por un lado del depósito marino más grande, surgió una curiosa especie, renombrada baily por cariño, que asomó su prominente frente en busca de caricias por parte del alto, quien indudablemente le cumplió su cometido. siren sonrió dulcemente y la beluga, ante la emoción de su gesto, saltó enérgicamente, mojando al pálido, quien solo rió por la travesura del animal─vendrá un compañero así que compórtate, nada de salpicar ni tirarlo al agua ─jactó, señalándola acusador; sabía lo inteligente que era y también la gran imperatividad que poseía.
siguió con su recorrido, enlistando en silencio y pasando la palma de su mano por algunos tanques cerciorándose de que todo se encontrara impecable y dónde debía estar. luego de saludar a varias especies como era lo habitual, entre ellas una raya, una cría de tiburón, un pez ángel y un pequeño calamar, se acercó presuroso a un contenedor que quedaba casi al final, hogar de una pareja de tortugas y sus crías.
se quitó los guantes e introdujo la mano en la ya fría agua en la se encontraba la familia acuática, sintiendo de forma inmediata el toque de la madre quien acercó su caparazón, feliz de verlo de nuevo. siren sonrió nuevamente, apacible y ensimismado por el momento, ver a la pareja marina junto a sus bebés le recordaba mucho a su familia.
─¿no muerden?
exaltándose por la repentina pregunta de alguien que no esperaba ver tan pronto, jadeó y se volteó rápidamente, asustando también a las tortugas, las cuales formaron un círculo en defensa propia.
─te juro por mi madre que si vuelves a hacer eso...
─es malo jurar en vano ─siren exhaló con fuerza, maldiciendo en voz baja, luz roja para el castaño de 1,90 frente a él─. traje donas, como dije... y unas galletas, de esas que te gustan, ya sabes ─conciliando la calma y prestando atención a la conversación, el ojiazul lo observó en silencio, tensado al adverso.
─gracias.
─oye ─rió falsamente en un afán de amortiguar la incomodidad que lo carcomía─, ¿para qué me necesitabas? puedo...
─encontré un cangrejo con el caparazón perforado, necesito que me ayudes a retirar el objeto sin lastimarlo ─esquivando cualquier otro contacto visual, el menor se aproximó al tanque dónde estaba ogo seguido del castaño.
recibió las galletas sin mucho que decir, un agradecimiento algo seco y una seña para que le siguiera el ritmo fue lo único que recibió, captando en silencio las indicaciones del como debe tratar al animal debido a sus condiciones y hábitos.
─¿sabes cómo se comporta? ─interrogante, alzó un ceja con intriga ante las explicaciones tan específicas que daba con cuestión a las actitudes de la criatura que descansaba en la mesa frente a ellos.
siren detuvo su habla y vaciló para contestar─su especie es así, la conozco, la estudié hace poco ─fingió seguridad─. buscaré la libreta de anotaciones que tengo, no te le acerques mucho, es muy testarudo y puede arrancarte un dedo.
─pues gracias por el consejo ─sonrió forzadamente, atento a cada paso que daba el más bajo hasta desparecer de su campo de visión a través de la puerta. no esperó ni un segundo más para suspirar y mirar al cangrejo que aún seguía en la mesa, decaído─. ¿qué? ¿también me ignorarás? ─el crustáceo atacó al aire en respuesta─al menos a tí si te intereso.
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𝐬𝐞𝐚 ; cs
Fanfiction﹝castle swimmer :: human¡au﹞ Era la primera vez que Kappa veía un humano real, estaba tan entusiasmado e intrigado, quería saber absolutamente todo de él, hasta el más mínimo detalle... que mal que su entusiasmo se esfumó tan rápido como llegó...