-黎明-
Los cascos de los caballos resuenan en el frío suelo, la carreta avanza lentamente, mientras la madera rechina y las grandes ruedas emiten molestosos sonidos. El conductor bostezaba con pereza, mientras su mediano cuerpo se tambaleaba y saltaba por los saltos de la carreta. Van cansados, demasiado.
El cielo toma tonos anaranjados dejando el suave púrpura-azulado que reinó en toda la noche. Las nubes eran más visibles, y si te fijabas meticulosamente alcanzabas a ver algunas estrellas. Cuan pequeñas y plateadas, emitían tenues luces, los luceros que ofrecía la noche ya se habían marchado. Cuando su hermano mejoro, emprendió viaje con su padre a la Muralla Rose. Sí, estaba exhausta por el viaje, pero era la oportunidad para descubrir un nuevo entorno, conocer la preciada Trost y claro, ver a su querida amiga Sasha.
Consiguió conciliar un poco de sueño hace unas horas. Los recuerdos de su encuentro con Eren no dejaban de repetirse en su mente. Él iba a besarla y al parecer ella no iba a negarse. Su suave toque en su rostro la estremeció, la manera en la que sus callosas manos limpiaron sus lágrimas. En lo compresiva y cálida que sonó su voz al ofrecerle disculpas, y cómo podría olvidar la familiaridad que halló en sus ojos, se sintió como estar en casa. Su lugar seguro.
Aún se pregunta que hubiera pasado si Carla no hubiera aparecido. ¿Podría haber probado sus tentativos labios?
Es algo que no tiene respuesta.Se reprendió mentalmente. No, ella no puede pensar eso de Eren, es su preciado amigo de la infancia, es como su hermano, no? Recién volvieron a hablarse, y sería un desastre que se volviera a estropear su amistad.
Creía que al haberse separado había enterrado los fuertes sentimientos por él. Su madre se lo recordaba, ella estaba enamorada de Eren, en ese entonces solía sonrojarse mucho, su madre reía cada vez que lo mencionaba, y su rostro se enrojecida al recordarlo. No era para nada una mentira que eran inseparables, tuvieron innumerables pijamadas, y solían quedarse en las casas del otro con frecuencia.
Cuando cumplieron doce, Mikasa tuvo su primer periodo. Y desde ese momento el señor Ackerman comenzó a actuar mucho más sobreprotector, procuraba que ella y Eren durmieran en camas separadas cuando se quedará en casa. Según su padre y el primo Levi, él era un mocoso hormonal y para nada permitirían que estropeará a su princesa. Mikasa no entendía mucho al respecto, hasta que su madre le explicó de lo que había su padre y su tío, de que ahora debía cuidar de sí misma muchísimo más, ya que ella era una señorita y existían muchos hombres malos que robarían su pureza.
Cuando se enteró del significado de los regaños de su padre, se avergonzó a más no poder y el rojo tiñó sus mejillas. ¡Eren jamás sería capaz de hacerle una cosa así! Él era un chico muy educado y jamás le había faltado el respeto y no tenía duda alguna de que jamás lo haría. Le hizo frente a su padre y primo y les dejo en claro, con un ceño muy fruncido que su Eren era un caballero y no sería capaz de tal atrocidad.
Ellos no eran una pareja, y tan sólo en pensar en el hecho de que lo fueran le ponía los pelos de punta. Eren era sólo su preciado amigo, no podría corresponder a su gusto. Jamas se fijaría en ella, era sólo una niña que lo seguía a todos lados y él tenía muchos sueños por delante. Al pasar de los meses, Eren le gustaba mucho más, una semana sin él era equivalente a una tristeza profunda.
Pero pronto descubrió que él no la echaba de menos, la había llamado traidora. Y su corazón de rompió, lloro en los brazos de su madre y ella la consoló. Se molestó mucho, sí. Pero le dijo que Eren era un joven impulsivo y que ella no debía mortificarse por él.
Guardo en lo más profundo de su alma, aquellas puras sensaciones. Sin saber que salieron a flote de nuevo, él de encargó de liberarlas. No podría negar que era un muchacho muy guapo, demasiado diría ella. Ahora le gustaba mucho más, en sólo pensar en él le hacía suspirar.
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𝑴𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒚 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅.♡
Fantasy«Ambos éramos inseparables. Pero cuando se marchó, la culpa y la tristeza inundaron mis sentidos, quizás un día pueda volver a verlo, 𝘰 𝘦𝘴𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘰...» -Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama. -Historia desarrollada en...