𝑴𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒚 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅.♡

-20-

-真相-

—De qué diablos estás hablando?

—Vaya, no sé por dónde comenzar...

—¿Me citaste aquí solo para que escuche como dudas en tu "confesión"?

—No estoy dudando específicamente, sólo quiero empezar de una buena manera, y quiero que tomes las cosas con ligereza.

—Ja, ligereza? Ya me estás haciendo perder los estribos, Zeke.

—Cálmate, niño. Es primordial que permanezcas en tranquilidad.

—¡Joder! ¡Entonces empieza ya!

—¿Jamás has escuchado el año 817? —Cuestionó, y al ver su cara de confusión y disgusto, pregunto nuevamente. —¿No tienes atracción por esos números, o algo así?

—¿Por qué tendrían que interesarme esos números? Tch, que estupidez.

—Vaya, me parece raro que no lo hayas escuchado, con lo mucho que lo decía...

—Por segunda vez, ¿de qué diablos estás hablando?

—Por aquella época, ocurrió un atroz crimen, Eren. —Dijo con facilidad, desconcertando una vez más al castaño. —La sociedad marleana dice que solo fue un accidente común, pero, fue más que eso.

—Aja, te escucho.

—Una dulce niña de ocho años fue asesinada cruelmente por un sargento marleano.

—Continua, habla de una buena vez, Zeke.

—Está bien, está bien. —Respondió. —Ella iba en compañía de su hermano, sólo a ver un dirigible, pero ambos niños eran Eldianos, y no sabes el desprecio que conlleva ser un Eldiano en Marley.

—Sí, eso lo sé.

—Su madre le advirtió severamente al mayor que no saliera de la zona de internamiento, y que siempre debían llevar con ellos sus brazaletes.

—¿Brazaletes?

—Sí, son estos. —Dijo señalando el rojo brazalete que portaba. —Este es el rojo, con él se conoce que eres un guerrero al servicio de Marley, el amarillo es para aquellos niños que entrenan para ser guerreros, y el último, pero no menos importante es el gris. Todos en Liberio deben portarlo, si no eres un candidato a guerrero o un guerrero, pero esto sólo aplica a los Eldianos, jamás verás a un marleano con un brazalete que lo identifica.

—Eso es... algo discriminatorio, no?

—Lo es, es repugnante. —Dice el rubio. —Un día la pequeña niña expresó sus deseos de conocer aquel dirigible, y su hermano mayor desobedeció a su madre, llevándola al lugar, sin imaginar lo que les esperaba.

—Deja el maldito suspenso, habla ya.

—Al llegar, ambos quedaron maravillados, pero allí estaban dos soldados de Marley. Preguntaron por sus permisos para ver el dirigible y al decir que no tenían alguno, uno de ellos le proporcionó una paliza al mayor, y el otro se llevó a la niña con la excusa de llevarla a casa.