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-生日-

853.

El comienzo de un nuevo año era prometedor para los eldianos, todos estaban seguros de que este sería un año de oportunidades y desarrollo para la isla. Las más viejas de los distritos decían que buenos tiempos se acercaban, otras sólo decían que las aguas no estaban tan calmadas, y que lo mejor era mantener la paz en la tormenta. Por supuesto estas sólo eran supersticiones, eran solo ancianas, nadie entendía lo que decían.

Después de todo, el cielo azulado brillante de enero era tan magnífico que la nieve resplandecía de otros colores. Sería un buen año.

10 de febrero, Shinganshina.

Madera crujiendo bajo sus pisadas, no tendrían porque descubrirlos y de la nada...

—¡Feliz cumpleaños! —La voz enérgica de los esposos Ackerman resonó en aquella habitación. Sus dos hijos se levantaron confundidos, no entendían nada.

—¿Eh? —Falco rascaba su cabeza, apoyando su cabeza en el hombro de su hermana.

Misaki y Chriss miraron con gracia la escena, Mikasa intentaba descifrar el escenario, pero ellos repitieron.

—¡Feliz cumpleaños! ¡Falco, Mikasa!

Y allí fue cuando por fin entendieron lo que pasaba. Misaki cargaba un delicado pastel de crema y fresas, el favorito de Mikasa. Y pues, Chriss llevaba un pastel de m"anzanas marleanas" , la nueva obsesión del pequeño Falco.

—¡Ohhh, gracias! —El niño se levantó de la cama, y abrazo delicadamente a sus padres, Mikasa se unió al instante.

—Gracias papá, gracias mamá. —Se inclinó un poco dando las gracias a ellos, besando cuidadosamente las mejillas de sus progenitores.

—Mi niña... —Misaki lloriqueo.

—Mikasa, ya eres una chica grande, felices dieciocho. —Su padre alentó, y Mikasa sonrió.

—Para mí sigue siendo una bebé.

—Ay, mamá. —Se quejó Mikasa.

—Yo ya soy un hombre grande, no soy un niño. —Presumió Falco. Había ganado unos cuantos centímetros este año.

—Ohhh no, señorito. —Reprendió Misaki. —Tú apenas eres un bebé, y eso está bien.

—¡No! Ya soy grande, tengo nueve.

—Recién cumplidos. —Dijeron Mikasa y su padre al unísono, riendo.

—Tch, si claro.

Los Ackerman se dirigieron a la cocina. Para explicarle a sus hijos parte de su plan, ya que ellos creían que sus padres no volverían hasta una semana, pero vaya sorpresa.

—Gracias por todo, p-pero ¿Qué hacen ustedes aquí? N-no... no se supone que estén afuera de Shinganshina, al pendiente de la otra casa?

—¡Sí! ¡Mikasa tiene razón! —Agregó Falco.

—Bueno... —Comenzó Chriss. —Tu madre y yo teníamos días planeando esto, ella se ocupó de dejar lo suficientemente ocupada a Mikasa con la tienda.

𝑴𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒚 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora