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-花卉-

Mikasa.

Hace cinco años, después de mi discusión con Eren, tomamos la decisión de mudarnos a Shinganshina. Era una mala temporada para la caza y no se veía mejoría, además la delincuencia por la zona aumento y mamá temía por nuestra familia.

Papá consiguió comprar la misma casa que nos acogió cuando nació Falco, resulta que era un muy buen amigo de su antiguo propietario. Y a cambio de unas piezas que tejió mi madre para sus gemelas recién nacidas, nos vendió la casa. Estaba un poco alejada del centro del distrito, pero lo suficiente escondida de la casa de Eren para mi alivio. De todas formas, no era posible que los Jeager descubrieran que vivíamos en Shinganshina, tampoco era permanente, claro.

Papá siempre frecuenta nuestra otra casa, la verdadera casa, como suelo llamarle yo. Mi vida fue maravillosa en esa casa, toda mi infancia transcurrió allí y por supuesto, ahí conocí a Eren. Mi primer amigo, y aunque me cueste admitirlo, el chico que me gusta.

Pronto será mi turno para descansar, casi es medio día así que mamá no tarda en llegar, y terminó mi almuerzo. Estoy algo ansiosa, después de algunas semanas podré salir con Armin, él y Eren son mis amigos, aunque por Eren tengo sentimientos mucho más fuertes, eso lo sé. Extraño pasar tiempo con Armin, hablando de cualquier cosa que se le ocurra, que me explique algo que no entienda.

Anteriormente, solían molestar mucho a Armin, y en la mayoría de las ocasiones lo golpeaban. Cuando ya no pudo ocultarnos los moretones y el intenso dolor que sentía, fuimos a darle una paliza a esos idiotas y nunca más volvieron a meterse con Armin.

El ruido de la puerta me distrae, y automáticamente miro. Pensaba que era mamá, pero todo lo contrario. Son Armin y Eren, me sorprende verlos por aquí al medio día, pero es algo lógico, ya que no fijé hora con Armin. Están riéndose felizmente de yo no sé qué, se quedan parados en la puerta y me veo obligada a acercarme.

-Hola, chicos. No los esperaba tan temprano, siéntense por favor.

-Ehh, Mikasaaaa, ¡Buenos días!

-Buenos días, Armin. Si no les molesta terminaré de almorzar, mamá no tarda en llegar.

Eren me mira un momento y otra vez se fija en Armin, quién le susurra cosas al oído y después se ríen. Su risa es música para mis oídos, y es aún mejor que antes, ya que su voz cambio y con ello su risa. Sus dientes son bastantes rectos y de un tamaño mediano, todos están bien posicionados a excepción de sus colmillos, que sobresalen un poco más que el resto porque son un poquito más largos.

Siempre me gustó cuando ríe, su sonrisa se muestra al completo y provoca sonrojos en mí. La tía Carla tiene la misma sonrisa que Eren, y su risa es escandalosa y armoniosa, justo como su voz, cuando ambos ríen puedo ver la amplitud de sus dientes y observarlos todos.

-Mikasa, cómo está tu hermano? -Pregunta Eren.

-Oh, está bien. Creo que está en casa o en el puesto de papá.

-Tu papá tiene un puesto? -Dice Armin.

-Si, ya sabes algunas hortalizas y frutas, por supuesto las cosas que caza.

-Qué raro, cuando voy con mi mamá a hacer compras no lo veo Mika.

-Es que está casi al fin del mercado, y la mayoría de las veces lo atiende Falco, porque papá se duerme.

𝑴𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒚 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora