Capítulo 17

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Hago un comentario en este y dolor diré que: Me odio por lo que sucederá a continuación 😭😭🤧🤧

KAI
Toda la organización era un caos por esa perra traidora, padre debió casarla con el primer imbécil que se le cruzara. El clan Naruse ahora se veía débil, mis hombres hablaban, mi apellido ya no era considerado tan poderosa no desde que la muerte de mi padre y ahora Akiko… quería hacerla sufrir, derrumbarla.

—¡Ayy! —gimoteó Hana con su estúpida cara llorosa mientras la embestía una y otra vez contra el colchón.

—Ya no está tu salvadora. Lo dejé pasar porque toda tú ya me asqueaba, pero hoy, ¡hoy estoy de muy mal humor Hana! —ella gritó.

La ahorqué queriendo callarla. Pensaba en Akiko y en como había jodido todo por lo que trabajé. El rostro de Hana siempre pálido ahora se estaba poniendo morado y me vine en su interior, dejando que ella respirara. No me bastaba con ver a Akiko muerta, ella siempre ha buscado la muerte, no le importa si muere.

—Voy a quitarle lo que más quiere. —dije apartándome del cuerpo magullado de mi estúpida esposa.

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AKIKO
Sakura lloraba mientras yo la abrazaba, mi amiga lloró hasta que no tuvo más lágrimas y sus ojos estuvieron hinchados.

—Haré que cremen su cuerpo. A ella le asustaban los espacios cerrados, seria crueldad encerrarla en un caja —dijo con la voz un poco rasposa, mientras yo peinaba su cabello con mis dedos.

—Saki...

—Ahora mi única familia eres tú y tu hermano busca matarte. A este paso terminaré sola, que maravilla, siempre estoy destinada a estar sola. 

—¡Basta! —la agarré de los hombros para que me mirara. —Kai no puede conmigo. Y ni hablar de Andrey, él es un insecto frente a Ivankov.

Hablé con firmeza, logrando tranquilizarla. Quería distraerla de todo el asunto de su madre y lo que mejor funcionó fue ir a darnos un baño en la hermosa piscina de la mansión, a pesar de mi herida me puse un lindo traje de baño azul de una pieza con espalda abierta, amarre al cuello y corte en V en el pecho. Mientras que el traje de Sakura era de dos piezas, de un vivo color rojo que iba tan bien con ella, incluso envidiaba como le quedaba a su cuerpo que tenía más curvas que el mío. Había estado comiendo mucho más de lo que comía porque debía recomponer mis fuerzas.

—¿Ahora tú y el ruso estarán juntos por siempre o qué?

—Por ahora estamos más seguras con Andrey que afuera en las calles con la toda la yakuza y Kai buscando mi cabeza.

—Te imaginas que Ivankov y tú terminen casados. —dijo con una sonrisa. 

—No exageres Sakura.

—Amiga te trajo a su casa, a su cama ¿y crees que es exagerado pensar que podrían terminar casados? Sé que tendrían lindos hijos.

—Seriamos terribles padres.

—Tal vez el ruso sí, pero tú serías una gran madre.

—Sakura no puedo, con mi vida tal como está ahora si estuviera embarazada sería un jodido desastre.  —ella bufo.

—Siempre fuiste buena con los niños Kiko. ¿Recuerdas a la señora Hyatt que vivía frente a la casa de mis padres? Su bebé recién nacido lloraba hasta hartarse, llegaste tú un día, lo arrullaste y el condenado mocoso se volvió un angelito durmiente entre tus brazos. Siempre te han buscado lo niños…

—Viviría con miedo. El amor es peligroso para una mujer con mi pasado.

—Matarás antes de que toquen a tu pequeño retoño.

—¡Dejemos de hablar de bebés!

—Sí, mejor voy a darme un chapuzo. — En el momento Sakura se levantó de la tumbona todo paso tan rápido que no vio cuando el primer disparo atravesó el pecho de Sakura, luego fueron varios y todos los soldados dispararon contra el intruso que se había infiltrado.

—¡No! —grité sosteniendo su cuerpo —Sakura. Saki, por favor. ¡Por favor Saki abre tus ojos! ¡Sakura!

—¡Akiko! —no escuché nada más después de eso…

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Mi cuerpo se sentía entumecido, miraba mis manos aun llenas de su sangre, sintiéndome vacía.

“Está muerta. Sakura Está muerta”.

—Kiko.

—Murió por mí, la salvé tantas veces. La protegí porque no quería perderla, no a la única amiga que había tenido e igual la perdí. Me la arrebataron. ¡Ellos me la quitaron! Los quiero muertos, a todos y cada uno de ellos. Quiero sus cabezas, que su sangre bañe el piso. Los voy a matar. Los vo-y... —la voz se me cortó. —Un Naruse no llora. Un Naruse no llora.

Seguí repitiéndome hasta que sentí los brazos de Andrey rodeándome para abrazarme.

—Solo estamos tú y yo, así que si tienes que llorar, solo hazlo. Yo estaré aquí para reconfortarte sladkaya.

—Voy a matarlos.

—Lo haremos sladkaya. La vengaremos. Juntos seremos implacables. —dijo sin soltarme y ahí me desmoroné.

Hice lo que jamás debía hacer. Lloré, grité, sollocé hasta que mi garganta ardió, los ojos me ardían, las lágrimas nublaban mi vista. Recordaba todas las cosas que ella y yo habíamos pasados juntas y más lagrimas salían hasta que ya no me quedó ninguna. Se supone que una Naruse no llora pero yo lo hice hasta que caí dormida entre los brazos de Andrey pensando en Sakura.

“Akiko te admiro mucho. Fuiste bendecida con belleza e ira, jamás podría soportar lo que tú has vivido”. —me dijo una vez y yo solo pensé que se equivocaba en admirarme, cuando para mí la que era digna de admirar era ella. 

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Y pensar que su madre murió  y ahora yo debía enterrar a su hija. Las pocas fuerzas que tuve se fueron cuando el cuerpo de Sakura fue enterrado. Una parte de mí se iba con ella. Sakura lloró pensando que se quedaría sola, que yo la iba abandonar. Hubiera preferido ser yo quien recibiera los disparos.

“Su sonrisa siempre me animaba. Me llenaba de paz, me hacia reír”.

Después del funeral no había salido del dormitorio. No quería ver a nadie. Ni siquiera quería a Andrey cerca, no quería comer. Me estaba castigando por no poder protegerla, no pude hacerlo, ella murió. La puerta se abrió, mientras mirada por la ventana. Escuché pasos, luego a mi nariz llegó el olor a perfume cara, la madre de Andrey había entrado a la habitación y sentando a mi lado.

—De nada servirá este castigo autoimpuesto. Puedo entender cómo te sientes Akiko... —reí con sarcasmos.

—¿Y que es lo que siento Dominika? ¿Cómo puedes saberlo tú? —su mirada se endureció.

—Mi hermano fue asesinado frente a mí. La escoria que tenía por marido lo asesinó frente mí porque lo desobedecí. Si cierro los ojos aun puedo recordar como su sangre bañó mi rostro cuando el disparo le voló los sesos. Así que si Akiko, entiendo lo que es perder a alguien que amabas. —tenia tanto guardado entre espalda y pecho y no tenía con quien hablarlo. Ella apretó mi mano y la mire a sus ojos tan iguales a los de Andrey. Dominika tiene el aura de alguien que ha estado en el infierno y ha regresado. —En cada mujer vive un ángel, una bestia, una princesa, un demonio, ¿a cuál vas a despertar?

A la bestia. —me deje abrazar por ella, se sentía como el abrazo de una madre, algo que no había sentido en años.

¡Ahhh, Sakuraaa!!! 🤧😭😭

©Tu Infierno es mi Paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora