Capitulo 18

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AKIKO
Después de la conversación con Dominika me atacó un gran cansancio, cuando desperté estaba en la cama apoyada en el pecho de Andrey, sonreí acurrucándome más contra él. “Seguramente entró a la habitación mientras dormía”.
Sus brazos me apretaron más. Levanté la mirada y ahí estaba él sonriendo con los ojos cerrados.

—Buenos días Ivankov.

—Buenos días sladkaya. —respondió abriendo sus ojos.

—Hoy es el día. —su expresión se tornó seria.

—Lo haremos, mataré a Kai para ti sladkaya…

El día de hoy prometía tantas cosas. Tenía tanto que quemar, mutilar y destituir. En el pasado me había preparado para otros asesinatos pero con desinterés y de forma mecánica, esta era diferente. Puse esmero en escoger mis armas y guardas mis cuchillos. Ya me había vestido con pantalones, camisa y chaqueta negra, con botas oscuras. Una sensación de hormigueo recorría mi estómago.

Ansias, expectativa, adrenalina pero lo más que predominada eran mi deseo de venganza. Recordaba como Sakura había caído a punta de todos los disparos, las balas que atravesaron su cuerpo sin piedad y como sus ojos dejaron de tener vida.

Era curioso, como cambiaban las cosas, los giros que podía darte la vida. “Todos los que una vez me lastimaron yacían bajo tierra, todos menos uno, pero eso lo arreglaría hoy”. Kai iba a morir por mi mano y eso era una promesa. En ese momento Andrey entró a la habitación.

—Es hora sladkaya. —se acercó a mí y acunó mi rostro. —Vamos a destruir a todos aquellos que se atrevieron a lastimarte.

—Solo queda Kai, recuerda que esa escoria es mía. Seré yo quien dispare el ultimo tiro de gracia —él sonrió.

—No te quitaría esa satisfacción por nada del mundo sladkaya. —dijo con sus ojos brillando de emoción fijos sobre mí y me imaginaba que si llegaba a tener un hijo los tendría iguales, si serían tan vivos y burlones como los de Andrey. Lo imaginé y la imagen que se formó en mi mente me enterneció… 

NARRADOR ONMICIENTE.
La fábrica donde se haría el traslado del cargamento de armas y drogas de los japoneses estaba en una zona por completo abandonada, un lugar seguro para ellos cuya ubicación no era conocida.  Kai y Raymond se encontraban ahí supervisando el encargo más grande e importante que tenían, debido a los constantes ataques de Ivankov junto al capo Giovanni Caruso, la traición  de su propia hermana; la yakuza se había debilitado de forma considerable.

Todos estaban furiosos y exigiendo sangre. 

Esto preocupaba a Kai, estaba entre la espada y la pared. Los miembros ya perdían la confianza en él, la única razón por la cual seguía siendo líder era Raymond. El cargamento estaba por ser subido a los camiones, Kai estaba junto a Raimundo esperando alertas, cuando varias camionetas blindadas irrumpieron en la fábrica y se desató el infierno.

—¡Naruse me jodiste por última vez! —gritó Ivankov quien empezó a disparar desde su camioneta.

Ninguno de los dos bandos dudo en empezar el tiroteo. Kai estaba furioso y lo estuvo aún más cuando vio a los responsables bajar de la camioneta, Akiko había salido de la camioneta armada con un rifle de alto calibre, disparando a cualquiera que se interpusiera en su camino. Para Akiko no importaba las armas o las drogas lo único que quería era a su hermano, cuando sus miradas se encontraron ella lo que hizo fue sonreír sellando esa promesa de muerte que Kai logró entender y no dudó en disparar contra ella.
Kai junto a Raymond se resguardaron tras las grandes cajas que contenían su mercancía. Varios comenzaron a caer. Akiko mato a varios y cuando vio que Kai escapaba fuera de la fábrica, ella comenzó a correr detrás de él.

“Ese maldito va a pagar”.

Akiko corrió hacia él. Kai iba a disparare pero ella fue más rápida le disparó en la mano haciéndolo soltar su arma y corrió hacia ellos sin dejar de apuntarles, Raymond también le apunto.

Los ojos de Akiko rebelaban la furia asesina que crecía en su interior.

—¡Mátala Raymond! —ordenó Kai. Akiko miraba a Raymond, esperando el primer moviésemos de él para matarlo. —¡Hazlo!
Gritó Kai pero Raymond hizo todo lo contrario desviando su arma hacia él.

—¡¿Qué haces!?

—Por Sakura. —le disparó entre ceja y ceja. Akiko lo único que pudo hacer fue mirar estupefacta y colérica el cuerpo sin vida de Kai.

—¡No! ¡Él era mío! ¡Iba a morir por mi mano, maldito hijo de perra!  —le gritó con los ojos llorosos,

—Debí impedir que la mataran. Perdóname Kiko. —Akiko contuvo sus lágrimas y sin ningún tipo de piedad le disparó en el hombro, luego a la pierna. Raymond se retorció de dolor pero con todo y eso la miró a los ojos —¿Eso te hizo sentir mejor?

Raymond soltó el arma y se acercó cojeando hacia ella, Akiko quería volver dispararle y al final se dejó abrazar para después apartarlo con brusquedad.

—De nada me sirve tus disculpas. Lo único que me haría perdónate seria si pudiera verla de nuevo aquí conmigo. Vete, solo a ti se te permitiré vivir. A Hana ayúdala a organizar una fiesta por su viudez —Raymond no contuvo su sonrisa y lo dejo irse.

Hace mucho los disparos se habían terminado lo que significaba que todos estaban muertos. Akiko regresó a la fábrica y vio los cuerpos en el suelo, la sangre que escurría por el piso. Los camiones serán un buen pago y mercancía para Ivankov.

Vio a Andrey mirando con suficiencia a los hombres arrodillados frente a él y uno por uno empezaron a ser ejecutados por sus hombres. En ese momento volteó a ver a Akiko.

—¿Lo mataste? —preguntó al tenerla cerca.

—Murió. Puedo apostar a que mi cuñada organizará una gran fiesta. —él rio y se acercó a mi poniendo sus manos en mi cintura para después besarme en los labios.

Akiko estaba tan cansada. Todo había acabado en un abrir y cerrar de ojos, al fin era libre de la yakuza, de todos los que la lastimaron y fingieron ser mi familia. Extrañaba a Sakura, probablemente ella estaría celebrando conmigo, incitando a Akiko a ir alguna discoteca. Casi podía jurar que si la viera diría: ¿por qué tan decaída perra? Levántate, folla, bebe, ¡baila que al fin eres libre!...

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HANA
La gran mansión era solitaria y yo siempre me encargaba de todo. Ya fuera cocinar o limpiar, después de todo el muy maldito de Kai me había hecho su esclava pero también mantenía a sus hombres vigilándome para que no saliera o escapara. Me encontraba Sentada en el sillón de la sala cuando vi a Raymond entrando a la estancia cubierto de sangre.

—él está muerto. —dijo de repente —Kai esta muerto.
Volvió a repetirme pero seguía sin poder creer lo que Raymond me decía.

—Eres libre Hana. —¿En serio está muerto? Miraba a Ray mientras mis ojos se llenaron de lágrimas. Me pellizcaba tratando de comprobar de que no era un hermoso sueño y que por fin podía vivir en paz, que él no volvería.

“En realidad está muerto. ¡Kai está muerto!”. —pensé y por primera vez en mucho tiempo pude llorar de felicidad.
Se supone que ahora a mi debían rendirme cuentas. Tradicionalmente, si su esposo muere o va a la cárcel, la esposa tiene que tomar el mando del grupo. Es raro, pero ha sucedido un par de veces. Pero que mierdas importaba la organización ahora, Kai estaba muerto.

¡Mis oraciones por fin habían sido escuchadas!..

Al menos Hana es libre 🥺😔🖤❤️ Al perro de Raymond le tengo una arrechera 👹🤬

©Tu Infierno es mi Paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora