Epílogo

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Se llama calma y me costó muchas tormentas obtenerla. —Elena Poe.

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Meses después.
Mi barriga era tan pequeña que me costaba creer que tuviera un bebé ahí, era tan chiquito. No dejaba de ver el ultrasonido y como me confirmaba en los exámenes que sería un varón, aunque ya lo presentía.

—¿Cómo te sientes querida? —preguntó Dominika.

—Una poco cansada. Me preocupa que no parece querer moverse, me pone nerviosa.

—La ginecóloga dijo que todo está perfecto con el bebé, si no se mueve ya lo hará en los siguientes meses. —me tranquilizó con un tono cariñoso. —¿Mi hijo no te ha dicho nada?

—Ha estado ocupado encargándose de los tratos con los italianos. Intenta no estresarme para no perjudicar al bebé.

—Andrey y tú serán grandes padres.

—Eso intentaremos…

Miraba la habitación y lo bonita que había quedado todo. La cuna, los juguetes, admiré la pequeña ropita de colores crema o blancos con los cuales vestiría a mi hijo. Olían a limpio y nuevo.

—¿De nuevo admirando la habitación de nuestro hijo, Sladkaya? —voltee. Andrey entró con una sonrisa en sus labios, camino hacía mí y se acercó para besarme. Su beso era lento, pausado y amoroso. —¿Qué hiciste en todo el día?

—Estar sentada sin mucho que hacer, ¿y tú?—tomé asiento en una silla mecedora.

—Las rencillas entre los camorrista y la costa nostra están empezando. Caruso parece querer estar entre la espada y la pared. —fruncí mi entrecejo —Nadie va hacernos daño Sladkaya, te lo juro.

—¡Ay!

—¡¿Qué sucede!? —me quedé sorprendida y lo volví a sentir.

—Se mueve —dije feliz. —¡Andrey el bebé se está moviendo!

Él estaba igual de sorprendido.

—Siéntelo —pedí poniendo su mano en mi barriga, vi la ternura en sus ojos.

—Nadie va a lastimarlos. Se los juro a mi hijo, mi heredero y tú mi reina...

Akiko dormía plácidamente en los brazos de Andrey cuando despertó y empezó a sentir un dolor en la parte baja de su hinchado vientre.

—¡Aayy! —jadeó despertando Andrey. —Creo que ya entré en labor.

El ruso se levantó de inmediato poniéndose ropa y buscando la maleta que Akiko había preparado para ella y el bebé. Kiko se levantó respirando con calma contando cada cuando venían las contracciones. Andrey no tardó en cargarla en brazos.
Todos en la casa se despertaron, Dominika los vio diciendo que los alcanzaría en el hospital. Andrey y Akiko se mantuvieron lo más tranquilos que pudieron hasta que llegaron. El ruso llegó al hospital exigiendo que atendieran a su mujer, la doctora que llevaba el embarazo de Kiko fue llamada mientras tanto a la japonesa la preparaban para el parto. Todo le dolía, ya le habían dado la epidural para que el dolor fuera más soportable.

Luego de varias horas de esperar que estuviera lo suficientemente dilatada.

—Ya puede empezar a pujar. —dijo la doctora y en ese momento pujó sintiendo un horrible dolor a pesar de la droga.

—¡Aaahhh! —gritó sin contenerse.

—Puje.

—¡Maldita sea! —Andrey estaba a mi lado sosteniendo mi mano.

—Puje de nuevo.

Akiko gritó, pujó hasta que ya no sintió más dolor y el llanto de su bebé se hizo presente. Andrey cortó el cordón umbilical y cuando me lo dieron envuelto en una manta, lo sostuvo entre sus brazos sintiéndolo tan chiquito y frágil. Tan inocente para este mundo donde la inocencia siempre termina siendo arrebatada.

Miró a Andrey y él estaba igual de maravillado con el bebé.

—Te voy a proteger siempre Akim. —le dije mirándole sintiendo las lágrimas.

Después de pasarme a otra habitación para descansar descansada. Andrey cargaba al bebé y lo vestía él mismo. Mientras lo besaba en su cachete, el bebé salivaba viéndose tan adorable. Mirarlos juntos me hizo entender una cosa.

—Tú y el son mi “Ikigai”: mi razón de ser. El gran motivo por el cual me levantaré y mataré sin piedad si intentan arrebatarles de mi lado…

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Siete años después.
El era el heredero de la mafia rusa, Akim Hiroki Ivankov hoy cumplía siete años y sus hermanos pequeños los gemelos Kira y Anton apenas tenían cinco. Anton y Akim estaban jugando en la piscina mientras mi hija se encontraba haciéndome compañía.

—¿Mami por qué tienes esos dibujos? —preguntó mi pequeña al ver mi espalda descubierta.

—Son un amuleto, mi amor. Me cuidan siempre, igual que yo a ustedes —dije abrazándola.

—¿Algún día tendré mis propios amuletos? —se veía tan entusiasmada. El pensar en provocarle el dolor de un tatuaje Yakuza me tensó.

—No, yo siempre estaré aquí para ser tu protectora.

—Como están amores  de mi vida. —le sonreí andrey aunque pronto esa sonrisa decayó.

—¿A dónde vas? —pregunte al verlo listo para salir.

—Caruso solicitó verme.

—¿Algún problema?

—Esperemos que no —él se inclinó y besó en la frente a Kira y luego me besó a mí. —Volveré pronto.

Más te vale ruso....

ANDREY.
Dimitri y yo llegamos el lugar de encuentro, Caruso ya estaba esperándome.

—Terminemos con esto rápido Caruso. Hoy es el cumpleaños de mi hijo.—dije de forma brusca.

—Siempre mostrándose tan cordial —respondió con varios de sus hombres resguardándolo.

—Me enteré que te emboscaron. —frunció su ceño.

— ¿Sabes algo de eso?

—No fue la Bratva si tanto te preocupa, después de todo tenemos un acuerdo de paz ¿Verdad? —levante una ceja. Nos manteníamos juntos porque nos convenía no porque fuéramos amigos.

—¿Nuestra alianza sigue intacta Ivankov?

—¿Qué es lo que quieres decir? ¿Se te acabo la confianza Caruso? —pregunté burlón.

—Espero que tú esposa e hijo estén sanos. —dijo cambiando de tema de forma brusca.

—Gracias —repliqué entre dientes, no queriendo que este imbécil pensara en mi familia.

Regresé a la mansión para pasar celebrar el cumpleaños de mi hijo y disfrutar de mi familia. Akiko y yo vivimos felices a nuestra manera, no diré que todo es un cuento de hadas. Nuestros hijos siempre van a estar en peligro, nos guste o no, en este mundo siempre hay alguien dispuesto a joderte a través de los que más amas pero no dejaré que nadie los toque. Tanto Akim, Anton y Kira son herederos de la Bratva y ellos aprenderán como destruir a los que se atrevan atacar a nuestra familia.

FIN.

Y con esto llegamos al final de T.I.E.M.P  sepan que tenía escrito desde hace mucho este epílogo y no hallaba la hora que por fin viera la luz✨🦋💞

©Tu Infierno es mi Paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora