4.El equipo

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Martes, 14 de abril

Max:

—¿Estás seguro de que ella busca compañero de equipo para el proyecto? Ni siquiera está en nuestro grupo—la incredulidad de mi tono es palpable. No me creo que Emma Summer, la casi reina del instituto, no tenga compañero para un proyecto que ni siquiera es para su clase.

Seco los vasos con el trapo de la barra con el ceño fruncido, después que le gritara a unos niños por reírse demasiado fuerte, Zoe tomó la sabia decisión de mandarme con los vasos y alejarme de los clientes. Solo sabe quien sea que esté allá arriba lo que hubiera sido capaz si volvía a escuchar a esos niños.

—Estoy seguro, mi fuente la vio preguntando por los que aún no tuvieran pareja, así que te recomiendo darte prisa sino quieres tener que esperar dos semanas más antes de poder empezar el trabajo—responde, tan fresco como una lechuga que me dan ganas de sacarle un ojo con un espárrago congelado, luego recuerdo que tendré que ponerlo de mi sueldo y se me pasa.

—¿Y de quién será la culpa, eh?—froto con demasiado fuerza el vaso—De todas formas, no tengo su número así que no puedo decirle que...espera, ¿qué haces? Suelta mi teléfono Dylan Foster. Te juro que si es otra vez para escribir en mi muro que acoso gatos te lanzo el vaso. ¡Te lo juro, Dylan!

—¡Relajate, hombre! Veo que aún sigues tocado por lo de los gatos, ¿eh?—levanta sus manos inocentemente con mi teléfono en ellas— Solo intentaba escribir su número en tu teléfono, lo conseguí antes de venir aquí.

Le arrebato el teléfono de las manos y reviso que esté diciendo la verdad antes de mirarlo aún con sospecha.

—Soy genial, lo sé—me vuelve a quitar el celular de las manos antes de que tenga tiempo de guardarlo en el bolsillo de  mi delantal y apoya sus brazos extendidos en la barra mientras teclea—. Le estoy escribiendo, ¿qué te parece esto? “Qué hay bebé, escuché que buscas a alguien, pues no busques más, yo soy a quien necesitas". ¿Le agrego un corazón o es demasiado?

Aprieto los dientes y me contengo de gritarle delante de toda la cafetería. El señor Butler me descontaría el día encantado.

—Perdón, dejé de prestarte atención cuando dijiste “bebé" porque no estoy para tus bromas y eso malditamente tiene que ser una broma.

—Ok, ok, amigo, relajate, no te amargues. Sino te gusta dime tú que escribirle—concede el pelirrojo peinando hacia atrás con sus dedos el desastre de su cabello.

Emma no nos hace esperar mucho por una respuesta después de eso y luego de aclararle que era yo quien le escribía, quedo en verla al día siguiente.

—¿Ves, hombre? Cuando termine mi castigo dentro de dos semanas, me uniré al equipo y listo. Y, Max, intenta ser un poco menos amargado con ella, ¿quieres? O al menos disculpate si lo eres. Recuerda que la necesitas para comenzar el trabajo—me sermonea serio aunque no permanece mucho así cuando Zoe pasa por su lado con un pedido—. Oh, dios a atendido mis plegarias y me ha puesto este ángel en mi camino.

—Púdrete, Foster.

—Ah, tan dulce al hablar.

(...)

O salía de ese salón o le gritaría a la Sra. Arrugada como una pasa Rogers. Por su culpa tendría que echar a la basura todo mi avance en el proyecto y cuando digo avance me refiero al trabajo casi hecho. Aguanté en silencio todas sus objeciones por dos simples razones, si protestaba puede que terminara sin pareja o peor, con Thomas Will como compañero y la segunda es que en todo el tiempo que pasé en el aula con la profesora y Emma, las palabras de Dylan se repetían en bucle en mi cabeza; “ intenta ser un poco menos amargado con ella, ¿quieres? O al menos disculpate si lo eres. Recuerda que la necesitas". Y sabía que si abría la boca, para comentar aunque sea un poco la decisión, acabaría molestando a ambas mujeres. Para una vez que intento contener mi mal carácter y me sale así de mal.

Proyecto Amor(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora