Proyecto Amor(borrador)

3.La solución de Summer

Miércoles, 15 de abril

Emma:

Hay cosas que no entendía de niña y con el paso del tiempo he ido comprendiendo como, de dónde salen los bebés o el porqué es malo montar en bicicleta sin aguantar el manillar con tus manos, esta la aprendí a las malas. Pero hay otras cosas que a pesar del paso del tiempo aún no le he encontrado respuesta, como, ¿por qué Pluto y Goofy son de la misma especie y aún así solo uno de ellos puede hablar? o ¿Cómo hay personas que pueden dormir al instante en que su cabeza toca la almohada? Y la que me da dolores de cabeza casi cada día, ¿cómo las personas pueden tomar decisiones en solo un par de minutos cuando a mí incluso una elección simple me toma mucho más tiempo? Incluso cuando era pequeña y tenía que decidir con que peluche dormiría cada día, terminaba metiéndolos todos conmigo en la cama para no tener que tomar una decisión. Anécdotas como esta se han repetido a lo largo de mis muy aburridos dieciocho años. La más reciente y que aún me causa una pequeña jaqueca fue hace apenas un día a la hora de elegir compañero para el proyecto.

Dejenme contarles como y qué pasó.

Después de hablar con la Sra. Rogers me di a la tarea de investigar quienes aún seguían sin pareja para el proyecto y solo salieron dos nombres Ryan Perkins y Thomas Will. Pedí sus números y fui a casa a pensar a cual de los dos llamaría y le pediría que fuera mi compañero y ahí fue donde inició mi problema, porque ¿a quién elegía? Intenté hacer una lista de pros y contras. Mientras Ryan se destacaba por ser un estudiante con sobresalientes en un par de clases, su contra era mayor, se rumoreaba sobre tener manos sueltas con las chicas. Por otro lado, Thomas, aunque un gran chico, tenía la misma capacidad mental de un niño de preescolar y terminaría haciendo lo que siempre, hacer el proyecto sola. Y ahí estaba mi dilema ¿Ryan o Thomas? ¿Thomas o Ryan? Y cuando ya estaba por caer rendida sobre los mullidos cojines de mi cama, se me ocurrió. Le pediría ayuda a los chicos.

Y eso hice, tomé mi teléfono, me senté en el medio de la cama y escribí la pregunta en nuestro grupo.

«Ryan Perkins o Thomas Will como compañero de equipo?»

La respuesta tardó un par de minutos en llegar y sobaba el lóbulo de mi oreja con impaciencia, no quería morder mis uñas y arruinar la manicura.

Caleb <3:
«

Thomas Will, sin duda»

Marcus :):
«Definitivamente Thomas Will»

«Aunque tengas que soportarlo riéndose todo el tiempo con palabras como “compenetrados"»

Caleb <3:
«XD»

Marcus :):
«Te reíste, no es cierto?»

Caleb <3:
«Chi»

En fin, que decidí hacerles caso y preguntarle a Thomas si estaba de acuerdo, pero una notificación de un nuevo mensaje de un número desconocido llamó más mi atención. Sasearía mi curiosidad y listo, lo más probable es que fuera uno de esos chicos que te escribían para que los agendaras entre tus contactos y tener una vista más en sus estados de WhatsApp. No podía estar más equivocada.