𝟐

863 95 174
                                    


«Dios, qué sexy es

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Dios, qué sexy es...».

Estaba en una cena de negocios con algunos de mis socios cuando vi a una pelinegra preciosa en la terraza del Pacific Bay Lounge.

Era impresionante. El vestido corto de encaje negro se ceñía a su cuerpo curvilíneo en los lugares correctos, y me moría por ver qué había debajo de ese escote palabra de honor.

El brillante pelo negro azulado estaba recogido a un lado, con algunos delicados rizos sueltos que apenas le rozaban los hombros, y sus ojos azules refulgían bajo las luces parpadeantes que colgaban sobre su cabeza.

¿Señor Agreste? —El abogado me arrancó de mis pensamientos—. ¿Cuándo quiere repasar esa propuesta?

—El martes por la mañana. Me da la impresión de que me va a llevar mucho tiempo ordenarlo todo. No puedo creer que no quieran fusionarse; van a perder mucho dinero con una compra.

Él se encogió de hombros.

—Yo tampoco puedo creérmelo, pero podría ser una jugada para comprobar su grado de compromiso. Nos vemos el martes.

—De acuerdo. Que tengas una buena entrada de año.

—Nos vemos en la oficina. —El resto de los asociados me estrecharon la mano antes de alejarse.

Me volví de nuevo para observar a la diosa pelinegra, pero no estaba a la vista.

¿Había soñado? ¿Cuánto había bebido esa noche?

Recorrí el muelle con la mirada y... allí estaba ella. Se había alejado algunos metros.

La observé mientras acercaba a los labios la cerveza que le habían servido en la barra y suspiraba, y me pregunté si habría ido a la fiesta sola.

—Creo que las cosas han resultado bastante bien. —Vanessa, una de mis consejeras de confianza, esbozó una sonrisa—. Sabes llevar muy bien las conversaciones, lo que es muy bueno para Agreste Industries.

—No me lo agradezcas aún. Todavía tenemos que cerrar el trato. —Me puse en pie—. Gracias por venir, no podría haberlo hecho sin ti.

—¿Te marchas ya? ¿No te apetece quedarte a tomar unas copas conmigo? Estamos en fin de año y no tengo a nadie al que besar cuando sea la cuenta atrás...

—Vanessa, ya hemos pasado por esto. Sabes que no salgo con empleadas.

La vi poner los ojos en blanco.

—No puedes considerarme una empleada sin más. Me siento en el consejo.

«Peor me lo pones...».

—No mezclo negocios con placer. No es un cliché. Además, no quiero que las cosas se compliquen entre nosotros.

—No se complicarán... —Se acercó para ponerme la mano en la cara—. Seríamos perfectos juntos, y lo sabes...

𝙈𝙤𝙣 𝙋𝙖𝙩𝙧𝙤𝙣 | 𝘼𝘿𝘼𝙋𝙏𝙀𝘿+16 | 𝘼𝘿𝙍𝙄𝙉𝙀𝙏𝙏𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora