Si me hubieras preguntado qué era el amor hace dos años, probablemente te habría dicho: 'Es ese sentimiento asombroso que te obsesiona y te posee; es sin duda alguna, lo que mi esposo y yo tenemos actualmente '. Si me haces la misma pregunta hoy, te...
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Adrien: «Estabas muy sexy en la reunión de esta mañana. Me encanta que vistas de negro».
Marinette: «Gracias :-)».
Adrien: «¿Podemos vernos esta noche?».
Dudé qué responder.
Marinette: «Depende de si termino lo que debo leer o no».
Adrien: «Trae lo que te falte por entregar. Yo también tengo trabajo que hacer».
Marinette: «Intentar seducirme no se puede considerar trabajo de verdad».
Me respondió en solo unos segundos.
Adrien: «Tienes razón. Eso no requiere demasiado esfuerzo. Esta noche será estrictamente profesional. Estaba hablando en serio».
Marinette: «No te creo…».
Adrien: «Pues deberías. Greg te recogerá a las ocho».
Dejé el móvil a un lado y sonreí. Por fin estaba preparada para hablarles a Emma y Louisa de la existencia de Adrien. Llevaba retrasándolo mucho tiempo, y como aquel arreglo nuestro de «citas secretas» comenzaba a parecer una relación de algún tipo, deseaba que lo supieran.
Puse sándwiches y refrescos en la mesa del comedor como en todas las reuniones familiares, y esperé a que llegaran del entrenamiento de animadoras.
—¡Mamá!
—¡Mamá!
Las dos entraron corriendo en la cocina, hablando a la vez.
—¿Puedes prestarme veinte dólares?
—¿Me das veinte dólares?
—Si le das veinte dólares, ¿puedes darme a mí cuarenta?
—Es para…
Normalmente aguardaba hasta que se daban cuenta de que no podía entenderlas cuando se ponían así, pero ese truco no parecía funcionar hoy.
Estaban hablando a toda velocidad, moviendo el sedoso pelo negro por encima de los hombros con los mismos gestos exactos, sin detenerse siquiera a respirar.
—¡Vale, vale! Hablen por turnos, por favor. ¿Quién quiere empezar?
—¡Yo! —pidió Emma—. Creo que el primer punto que debemos tocar esta noche es discutir con Louisa y conmigo el tema de que necesitamos dos coches.
