Me tiro en el sofá.
-No me vas a sacar de aquí, soy como un chicle pegado bajo la mesa- pongo cara asqueada ante la comparación que yo misma me he hecho.
-Quieres ducharte?- ofrece, resoplo sin energía pero asiento. Me ayuda a levantarme, voy directa al baño. Me despojo de la ropa y me meto en la ducha.
El agua recorre mi piel aliviando un poco mis músculos, la puerta se abre.
-Te dejo algo de ropa a un lado.
-Vale- respondo mientras huelo el champú de Allan, lo esparzo por mi pelo sonriente.
Salgo de la ducha encontrándome con un bóxer, un jersey de manga corta y unos pantalones, todo negro, sonrío divertida.
Entro en la cocina revolviendo mi pelo húmedo.
-Huele muy bien- babeo ante el olor de los gofres. Me acerco a el y le acerco un mechón de pelo, lo huele y me mira fijamente para luego tomar mi cara entre sus dos manos y besarme. Sonrío durante el beso. - Se van a quemar los gofres- susurro para luego darle un pequeño beso en los labios. A regañadientes vuelve a su tarea inicial. Sonrío poniendo la mesa.
-Esto está buenísimo- relamo mi dedo el cual tiene chocolate. Bostezo.
Sonríe y se acerca a mi para levantarme, me subo como si fuera un koala. Sonrío pegando nuestros labios notando el sabor dulce en su boca. Camina hasta su habitación, río mientras se inclina dejándome sobre la suave cama. Me gira dejándome boca abajo. Sus manos se deslizan bajo mi camiseta subiendo esta a su paso dejando mi espalda desnuda. Las yemas de sus dedos se deslizan de forma delicada por mi columna dándome un escalofrío. Empieza a masajear mis hombros, suelto un suspiro.
Tras masajear mi espalda esparce besos húmedos por mi hombro derecho. Me giro quedando boca arriba. Se sitúa sobre mi sonriente.
-No sabía que haces masajes tan buenos- sonrío- pero es que las manos de Marcus- muerdo mi labio e intento no reírme cuando me mira muy muy mal, fracaso cuando intenta quitarse de encima. Le abrazo por el cuello atrayéndolo hacia mi. - Prefiero las tuyas- sonrío mordiendo su cuello. Nos hago rodar para quedarme sentada sobre su regazo. - Aunque, si no recuerdo mal, tus manos eran mágicas- subo y bajo mis cejas repetidamente. Me coge por el cuello para besarme de forma posesiva, muerdo su labio haciéndole gruñir.
El sonido de mi teléfono nos interrumpe.
¨Te quedaban muy bien esos pantalones negros deportivos, aunque será un placer para mi arrancártelos¨
Frunzo el ceño.
-Quien es?- pregunta Allan al ver mi reacción.
-No es nada- sonrío y apago el móvil para darle un beso, esta vez un beso tranquilo, dulce.
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BOXEADOR
Teen Fiction2da parte de BOXEADOR, si no has leído la primera parte te invito a que la leas primero para que puedas entender esta!