13. Caput tredecim

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Emil Dahmer.

Respiro profundamente para poder ordenar todas las conexiones de la historia de Noctis en mi cabeza y así ellas puedan entender, toda esta situación es un jodido rompecabezas.

―¿Están listas? ― emito mientras me acomodo en el sillón ordenando las carpetas frente a mí.

Ellas asienten, pero en sus rostros solo puedo ver desconcierto.

Arlet no está preparada y no sé si podrá manejarlo.

Michelle aún es demasiado joven, pero no la puedo subestimar es más valiente y fuerte de lo que cualquiera podría pensar.

Y por esa razón no les voy a decir todo aún, por eso aparecí en el momento oportuno, el momento perfecto para que todo vaya acuerdo a como lo planeamos. Todo este tiempo estuve cuidándolas, siempre desde lejos, escondido en la oscuridad sin que nadie me viera, tan ágil y tan observador.

Le prometí a papá que las protegería y lo haré. Necesito encontrar el inicio de todo. Todos lo necesitamos para poder avanzar.

La primera carpeta por la que voy a empezar tiene como nombre en su portada: historia de Noctis. La abro y lo primero que les enseño es un gráfico de Sword.

―El inicio de todo sabemos que es aquí, ―señalo con mi dedo índice y trazo un circulo con el mientras hablo ―sabemos que existen dos pueblos en cada reino, ni uno más ni uno menos, siempre son dos.

Busco con mi mirada la segunda carpeta en la cual en su portada esta la información de su contenido: Fundadores.

―Esta carpeta contiene la poca información que he podido recolectar de los fundadores. Como sabemos son ocho reinos pero por lo que se, inicialmente iban a ser doce reinos, uno para cada fundador, seis mujeres y seis hombres. ― me aseguro que lo estén comprendiendo y abro la carpeta donde lo primero que visualizamos es una imagen de una chica ―tomo la imagen y la alzo para que puedan verla, mientras yo veo sus expresiones que para mi sorpresa, están completamente calmadas y serenas, lo tomo como indicativo para seguir y le doy la imagen a Michelle ― los doce eran un equipo, una familia, y ella era su líder, su cabello rojo y largo representaban cualidades de ella, su cabello representaba el fuego que emanaba, la fuerza que les daba a todos cuando lo único que querían era rendirse, ella era el corazón del grupo sin ella estaban perdidos.

―Pero esta chica era muy joven ―interrumpe Michelle sin creerlo― como pudo liderarlos a todos y ¿no cometer ningún error? Además no la creo capaz de crear todo un reino ella sola, tuvo que tener algo de ayuda.

―Claro que tuvo algo de ayuda Mich, todos siempre necesitamos a personas a nuestro alrededor que nos acompañen a pesar de todo ―me inclino hacia adelante poniendo los codos en mis muslos con mi mentón apoyado en mis manos ― y siempre recuerda nunca subestimar a nadie, nunca sabes la magnitud del poder que cada persona puede tener, como por ejemplo tu: apenas tienes doce años y mira toda la mierda que has pasado, que han pasado ―enfatizo la última frase mirando a Arlet quien tiene su mirada posada en mí, dejando a Michelle pensativa mientras le pasa la foto a su hermana.

―Su nombre era Jaspe, no tengo idea de cuál era su apellido, así como no tengo idea de que le paso o nada relacionado con su vida, solo se lo básico. ―mi mano se dirige a otra imagen que se encuentra en la carpeta abierta y esta vez se la entrego a Arlet, ella lo toma con cautela inspeccionando el rostro de la imagen ― a él ya lo conocen, es Sebastián Sword, fundador de nuestro reino, rigió durante años y actualmente está desaparecido así como toda la familia real desde la masacre de sangre.

Arlet queda inmersa viendo la imagen y su hermana tiene que llamarle la atención para que reaccione.

―Lo siento ―responde en un susurro casi audible, mientras que Michelle le quita la imagen con cuidado de sus manos.

Palacio de sangre © [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora