17. Caput septendecim.

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                                                                           Maratón 2/4

Arlet Everhart.

Mentiras.

Eso ocupaba mi mente mientras caminábamos a casa, cada vez que profundizábamos más habían más mentiras de por medio, una tras otra, como si todo nuestra vida fuera construida a base de ellas.

Quizás así es.

De manera inconsciente mi mente me hace dudar de todo. A veces sentía que se volvía en mi contra, como si una parte de mí quisiera aceptar que debe de ser así y la otra se oponía a la idea, quizás siempre lo supe y con el tiempo teníamos que saberlo, teníamos que descubrir nuestra verdad.

Pero, ¿Astrid amiga de la reina? ¿era su amiga o una conocida?

¿Por qué tenía los ojos verdes en la foto? Cuando en mi vida la he visto con los ojos de ese color, siempre azules, como los de mis hermanas.

Y luego recordé que Emil nunca afirmó que su madre era la del mito, nunca hizo ningún gesto como para darnos a entender de que su madre era la hermosa chica de ojos verdes. No afirmó absolutamente nada y yo empezaba a sospechar que había algo más de trasfondo entre ellas dos, entre Astrid y la reina. Porque era imposible que fuera su hermana, no se parecían físicamente y las edades no concuerdan, me niego a esa posibilidad, porque de ser así, ella es la única familia de la realeza en Sword.

Cuando la viera iba a hacerle un interrogatorio, le gustara o no, tenía que explicar muchas cosas.

Nos detenemos en el sendero justo antes de bajar hacia nuestro hogar, mis ojos ven desde la lejanía la casa de madera, puedo ver las luces encendidas dentro de la casa. Emil toca mi hombro girándome hacia su dirección y observo su cara.

―Las acompañare hasta aquí, Astrid y David no deben verme con ustedes o todo será más complicado de lo que ya es.

―Ah ―protesta Michelle de mala gana― ¿es que la situación se puede poner peor?

―Siempre se puede poner peor ―murmuro reprendiéndola, sus ojos se clavan en mí y ella se encoje en su sitio.

―Lo siento ― suelta mirando a Emil y se aparta para seguir caminando, nuestros hermanos yéndose con ella.

Mis ojos abandonan a Michelle clavándose en Emil quien me da una mirada de entendimiento extendiendo sus manos para abrazarme el gesto me toma por sorpresa cuando siento su aliento cálido a un lado de mi cuello, yo correspondo el abrazo que se siente cómodo y reconfortante, para nada incomodo como imaginé en algún momento que sería. Antes de apartarse se queda quieto unos segundos susurrando algo contra mi oído.

―Tienes que sacarle información, deja tus emociones de odio hacia un lado y háblale. No eres la única que ha sufrido.

Yo lo miro con los ojos entrecerrados conteniendo la impotencia él se da cuenta porque aprieto mis puños a mis costados, se gira sobre sus talones con la intención de irse para dejarme sola en medio de los arboles boscosos y el olor a tierra mojada, camina unos cuantos pasos y yo me quedo estática observándolo sumida en mi rabia. Dejo de escuchar sus pasos y se voltea para recordarme:

―El plan ya comenzó. Deja de llevarte por tus emociones o todos moriremos.

Y dicho esto se alejó de mí desapareciendo entre los árboles.

                                                                            ――――――

Cierro la puerta detrás de mí recostándome en ella mientras mis labios dejan salir un suspiro cansado, se me revuelve el estómago al ver a David sentado en una de las sillas en la mesa con Matteo en sus brazos. Él no me mira y yo agradezco por eso. No puedo lidiar con ambos. Astrid sale de la cocina y me mira con desaprobación en sus ojos.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2021 ⏰

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