El pequeño Jungkook ; yoonkook

ZÉRO.

Tres días antes del cumpleaños de Jungkook.

Yoongi exhaló, viendo el vaho que escapó de sus labios a causa de las bajas temperaturas. Estaba a media cuadra de la casa de su novio, apoyado contra una pared mientras lo esperaba en silencio. Jungkook le había indicado que se quedara ahí, por alguna razón que no conocía.

No le había importado mucho, apenas llevaban tres meses de ser novios así que estaba seguro que con el paso del tiempo las cosas se acomodarían y avanzarían en su relación, aún si era a pasos de tortuga.

Jungkook era la clase de novio mejor a lo que había podido soñar alguna vez, así que definitivamente se aseguraría de ser la mejor versión de sí mismo.

Una sonrisa se dibujó en sus labios al verlo acercarse a él, cubierto en varias capaz de abrigo y con un rostro medio enojado. Parecía un conejito con la nariz arrugadita.

—Yoonie hyung —saludó al llegar a su lado, colocándose de puntitas para llegar a besar sus labios.

—Hola, conejito enojado —saludó, respondiendo a su piquito mientras rodeaba su cintura con una mano—. ¿Discutiste de nuevo con alguno de tus hermanos? —preguntó, haciendo a su pequeño bufar.

—Sí, el tonto de Hobi hyung otra vez.

Yoongi rió suavemente, besando su frente y luego tomando su mano envuelta en un guante calentito. Comenzaron a caminar hacia la estación más cercana, con la intención de tomar un tren hacia el centro de la ciudad.

—Ya casi se acerca tu cumpleaños, amor —menciona, viendo las hojas teñidas de tonos rojizos y cafés de los árboles—. ¿Quieres que compremos hoy algo especial?

—No me cambies de tema —se queja, rodeando el brazo del mayor en un abrazo—, Hobi hyung se enfadó porque salí y no les dije con quien —infla sus mofletes, enterneciendo a Yoongi.

—Uhm, así que sigo siendo un misterio, ¿no? —pregunta y Jungkook asiente con un puchero. A Yoongi no le molesta actualmente, ha escuchado mucho sobre la familia Kim para entender sus motivos—, van a odiarme.

—Pff, no importa. Además, tú ya sabes que con cualquier regalo soy feliz —sonríe suavemente, besando la mejilla de su novio.

—Ahora eres tú el que cambia de tema —bromea, inclinándose a besar sus labios en respuesta—, vamos, olvidemos tu enojo y tengamos una súper cita.

Jungkook asiente emocionado, olvidando por un momento que, más temprano que tarde, deberá presentarle su novio a sus hermanos. Ah, todo se volvería un verdadero desastre.